(este artículo se publicó originalmente el dia 17 de mayo de 2021 en el blog del centro de investigación ageingnomics de la Fundación MAPFRE)
El físico y matemático William Thomson ha pasado a la historia como unos de los científicos británicos más importantes. Ejerció en la Universidad de Glasgow durante más de cincuenta años y está enterrado con el nombre de Lord Kelvin, junto a Isaac Newton en la Abadía de Westminster. Pero no solo han llegado hasta nuestros días sus descubrimientos sobre la termodinámica sino una frase que repetía a sus discípulos desde el estrado: “lo que no se define no se puede medir; lo que no se mide, no se puede mejorar; lo que no se mejora, se degrada siempre”.
Este mes de mayo el Banco de España en su memoria anual
incluyó el envejecimiento poblacional, como uno de los mayores desafíos a los
que se enfrentan las economías desarrolladas y, de manera singular, la economía
española. “La extraordinaria envergadura de este reto viene determinada por las
numerosas implicaciones que estos cambios tienen en términos de la capacidad de
crecimiento de la economía, del mercado laboral y de la política fiscal, entre
otras dimensiones”. Pero la buena noticia es que por primera vez el supervisor
bancario -en boca de su gobernador Pablo Hernández de Cos- menciona las
oportunidades que el reto demográfico ofrece para el desarrollo de algunos
sectores en el medio plazo, entre los que cabe destacar los sectores de la
salud, el ocio, el turismo, el inmobiliario y el financiero. “España cuenta con
una situación de partida privilegiada para competir en la provisión de
servicios destinados a la población en tramos de edad avanzados —lo que se ha
denominado silver economy-, tanto por nuestras especiales condiciones
geográficas y culturales como por el patrón de especialización sectorial que
hemos desarrollado en los últimos años. Aprovechar las nuevas oportunidades que
se nos plantean exigirá ser ágiles - y perseguir continuas mejoras de calidad y
eficiencia en la provisión de los bienes y servicios que una sociedad más
envejecida demanda”.
Siguiendo a Lord Kelvin, España ha conseguido definir la
economía de las canas, pero ahora toca para mejorar, medir esta nueva
realidad. Por esa razón el Centro de
Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE encargó en 2020 a un grupo de
investigadores del Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad
Pontificia de Comillas una metodología técnica para la elaboración de un
indicador sobre el progreso de la Economía Plateada.
Para los profesores Aracil y Roch “la cuarta revolución
industrial que estamos viviendo se sustenta, en otros pilares, en los datos y
la necesidad de medir. Tan es así, que los datos se han equiparado al
‘petróleo’ del S. XXI, debido a su relevancia en la toma de decisiones y en la
construcción de la agenda política, social y organizacional”. Los docentes de ICADE sostienen que el
principio psicológico de Heisenberg hace que el acto de medir puede influir en
el sistema que se mide. Es decir, si una sociedad mide el avance hacia una
economía plateada, se centrará cada vez más en la economía plateada y sus
impulsores. Los beneficios pueden incluir cambios de política e iniciativas
organizativas que afecten positivamente a la sociedad en todos los niveles. Por
tanto, es imperativo proporcionar una metodología rigurosa para medir el
progreso en la economía plateada y el éxito de una nación en satisfacer las
necesidades económicas y sociales de sus ciudadanos en un contexto de
envejecimiento de la población.
Iñaki Ortega es doctor en economía y profesor de la
Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)