domingo, 26 de enero de 2025

Enamorados

(este artículo se publicó originalmente en el periódico 20 Minutos el día 20 de enero de 2025)

Los españoles que ya han superado los cincuenta son felices. Así podría afirmarse si ese estado de ánimo tiene que ver con la ausencia de problemas de salud o económicos y con que el amor esté muy presente en sus vidas. El último barómetro senior de la Fundación MAPFRE ha estudiado cómo son los más de 16 millones de españoles mayores de 55 años que suponen una de cada tres personas de nuestro país. Agárrense que hay curvas, a la vista de los hallazgos.

Los resultados muestran un grupo de edad sin preocupaciones económicas (58%) que además confían en que su bienestar no empeorará (73%) y eso permite que más de 8 millones de seniors -la mitad del colectivo- ahorre todos los meses. También una mayoría aplastante (80%) cuida su alimentación o hace ejercicio físico (58%) lo que da sentido a que apenas visiten el médico, en concreto casi ocho de cada diez van menos de una vez por mes.

Tener resueltos estos temas es importante pero muchas veces no garantiza la felicidad, en cambio querer y sentirse querido aparece siempre en cualquier estudio como uno de los elementos para una vida plena. Y los españoles mayores responden masivamente (84%) que están enamorados. Casi diez millones de españoles beben los vientos por su pareja, sienten esas mariposas en el estómago y conforme a este barómetro, algo más. Porque el estudio les ha preguntado por su vida sexual, algo tabú hasta ahora. De hecho, conviene recordar que hasta hace poco la estadística oficial de hábitos familiares dejaba de preguntar por la vida íntima a las cohortes que superaban los sesenta años.

Pues bien, los seniors defienden (63%) que el sexo es clave para una buena calidad de vida; la mitad de ellos está satisfechos con su vida sexual…de lo que se infiere que a unos cuantos millones de canosos les gustaría algo más de actividad sexual. Así que, -también teniendo en cuenta de que con la edad se pierde el deseo (57%)- algunos de ellos, cientos de miles, se han lanzados o bien a la botica para mejorar sus relaciones o bien a plataformas de citas en internet para encontrar una pareja para ese sexo que añoran. Que nadie piense que en un grupo tan amplio como los seniors, esto solo sucede en los más jóvenes de ellos, es decir en los que tiene cincuenta o sesenta, porque los porcentajes mencionados se mantienen muy altos también en los septuagenarios en incluso en los que están en lo ochenta o más. La única diferencia aparece en el género. Y es que, los hombres seniors son más enamoradizos que ellas, dan mucha más importancia al sexo que las mujeres (74% frente a 53%) y les gustan mucho más las pastillas para mejorar su vida íntima. No obstante, las seniors que utilizan las aplicaciones para ligar son nada más y nada menos que el doble que los hombres.

Ahora después de leer estos datos, por favor, a quitarse esos clichés absurdos sobre la edad y a redescubrir que todos esos seniors que tenemos delante.

 

Iñaki Ortega es doctor en economía en UNIR y LLYC

Egopolítica

 (este artículo se publicó originalmente el 17 y 18 de enero en los periódicos del grupo Prensa Ibérica)


Cuando un presidente por decreto adelanta la Navidad al uno de octubre o cuando el político más poderoso del mundo presume de que su palabra favorita del diccionario es arancel, es que la egopolítica ha llegado para quedarse. Maduro y Trump, salvando las distancias entre el dictador venezolano y un electo por las urnas, responden a ese término que el CIDOB ha popularizado o lo que es lo mismo, cuando el narcisismo toma los mandos del poder.

El triunfo del ego no es nuevo, de hecho, en el coctel de cualquier liderazgo siempre ha habido altas dosis de autoestima, la novedad ahora es que no se compensan ni balancean con voluntad de sacrificio o generosidad, sino que el ego ha secuestrado al carisma del líder. Los ejemplos se van a extender en 2025 por todas las geografías; no afectan a una orientación política concreta y tampoco será una cuestión de dictadores porque son muchos los políticos gamberros que ganan elecciones mirándose el ombligo.

Un presidente que enseña una motosierra en sus apariciones públicas u otro que exige que su pueblo se corte el pelo como él. Javier Milei en una Argentina democrática o el tirano Kim Jong-un en Corea del Norte alardean de un ego desbocado sin pudor alguno.  Nada diferente al déspota Putin que se graba videos montando a caballo con el torso desnudo mientras sus tropas mueren en combate o de Bukele presidente de El Salvador que decreta muy ufano ser el primer país bitcoin cuando gran parte de su población no tiene acceso a internet.

En este 2025 veremos mucha egopolítica, que, aunque tiene las mismas letras que geopolítica, no se parece en nada. La geopolítica que estos años ha marcado la agenda internacional no era otra cosa que cómo los Estados usaban la economía como arma de influencia fuera de sus fronteras. El famoso “soft power” acuñado por el profesor Joseph Nye también explica lo anterior, ya que según ese término los países pueden influir en otros sin necesidad de guerras sino valiéndose de la cultura o la ideología. Pero eso parece ya cosa del pasado, ahora lo que cuenta es el histrionismo.

Viktor Orban, en plena presidencia húngara de la Unión visitando a una Rusia que amenaza a sus propios socios europeos o el líder de la ultraizquierda gala, Melenchon, ganador de las últimas elecciones, apoyando el uso del manto islámico mientras abraza el antisemitismo.  Georgia Meloni, primera ministra italiana que cita personajes de la "Historia Interminable" en sus mítines a la vez que es capaz de poner mala cara al mismísimo Macron o presentarse de improviso en la residencia vacacional de Trump. Y qué decir de un presidente chino como Xi Jinping que tuvo en paradero desconocido al jefe de su diplomacia, pero se pasea por Rusia, Irán o Cuba dando lecciones de pacifismo. La mexicana Claudia Shenenbaun no se queda corta exigiendo disculpas a España por su legado a la vez que quiere que los jueces se elijan por el pueblo. Dejo para el criterio del lector si el lapso de cinco días en la presidencia de Pedro Sánchez por cuestiones domésticas se incluye en esta ristra de ejemplos donde prima el ego frente a otras consideraciones.

La egopolítica es consustancial al auge de las redes sociales como herramienta de conformación de la opinión pública. Mensajes impactantes, exabruptos, imágenes sorprendentes o sobreactuaciones triunfan en internet, pero también en las más altas magistraturas de todo el mundo. Parece como si la inmediatez de los videos cortos o el poder del “clickbait” (contenidos de internet que captan la atención de los usuarios mediante títulos sensacionalistas) hayan desembocado en la política. Alguien dirá que siempre hubo tabloides o prensa amarilla, que las noticias engañosas no son nuevas o hasta que partidos gamberros se han dado en la historia sin ir más lejos en España con Jesús Gil o Ruiz-Mateos… la diferencia es que hoy todo es amarillo, todo es exabrupto; de la excepción hemos pasado a la norma.

El fenómeno de Se Acabó La Fiesta y Alvise con 800.000 papeletas o Bildu de Arnaldo Otegui con casi 350.000 electores, explican también esta egopolítica donde personajes como Otegui o Alvise son votados por ciudadanos de clase media y muy cualificados. Ya no son extremistas sus seguidores sino personas formadas y con criterio que usan su voto sin tener en cuenta lo anterior. También puede ayudar a entender el fenómeno que un emprendedor como Elon Musk admirado por sus logros empresariales irrumpa en la política, pensando que exitos pasados en los negocios garantizan éxitos futuros en la cosa pública; su ausencia de filtro alguno tendrá consecuencias imprevisibles como se ha visto estos días en el Reino Unido y Alemania. 

La letra de la canción “Malos tiempos para la lírica” es la constatación del contraste entre la belleza de la naturaleza y la cruda y fea realidad. Si en los años 80 el grupo gallego Golpes Bajos convirtió esta canción en un himno de su generación al mismo tiempo que lograba poner de moda esa lírica que parecía desfasada, ahora tendremos que cantar con ellos que son malos tiempos para la buena política, precisamente porque a base de repetirlo quizás conseguiremos que el sentido común, el acuerdo y el pragmatismo regresen a los asuntos públicos.

 

Iñaki Ortega es doctor en economía en UNIR y LLYC


martes, 14 de enero de 2025

El tamaño importa (en la financiación de empresas)

(este artículo se publicó originalmente en la red académica The Conversation el 14 de enero de 2025)


Las pymes, las pequeñas y medianas empresas, son el vehículo en que las ideas se implementan y, por ello, los agentes más importantes en la creación de nuevos empleos, lo que las ha convertido en motor del desarrollo. Hoy existen pocas dudas sobre ello en el ámbito académico, político e incluso en la opinión pública, pero para lograr que todos lo veamos así ha sido necesario un cambio de escala gradual.

Comenzó tímidamente en los años ochenta, coincidiendo con el redescubrimiento del valor de la pequeña iniciativa empresarial en la economía, y no llegó a ser evidente hasta finales de los años noventa y principios de este siglo. Durante ese período, jalonado por crisis importantes, se produce un cambio de escala en los pilares de la política económica. En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en los países desarrollados, las ideas de John Kenneth Galbraith Galbraith alentaron una estrategia de crecimiento económico basada en las grandes empresas, y se consideraba a las pymes unidades productivas condenadas a la ineficiencia por su reducida dimensión. A partir de los ochenta, en cambio, se constata la pérdida de competitividad de la gran empresa.

Los efectos económicos positivos de las pymes para un país explican que instituciones públicas y privadas hayan querido apoyar al colectivo de las pymes durante los últimos más de cien años, al principio tímidamente con leyes como la Sherman Antitrust en EE. UU. en el año 1890 y luego ya mas intensamente tras la crisis del petroleo, luchando contra los fallos de mercado (o de gobierno) que les impiden crecer.

Este cambio de escala en las políticas empresariales apenas ha sido estudiado, mientras que las actuaciones públicas gozan de gran producción académica. Puede entenderse su importancia con el ejemplo de un caso concreto y de actualidad: la financiación especializada del Banco Sabadell, aunque podría también estudiarse los casos del extinto Banco Popular o de los exitosos y consolidados bancos americanos Chase Bank y Bank of America.

Tanto los dos bancos españoles como las entidades financieras estadounidenses, tan antiguas como esa primera ley americana de apoyo a las pymes, han estado ofreciendo productos y servicios financieros a este tipo de compañías durante muchas décadas, adaptándose a las necesidades cambiantes de las empresas y sabiendo ayudar a la pequeña escala en todas las coyunturas.

El Sabadell fue fundado a finales de 1881 por un grupo de más de cien pequeñas empresas, todas talleres, industrias y comercios locales. Se unieron para financiar y proporcionar apoyo a las industrias textiles y manufactureras de la región, en plena expansión, pero con dificultades crecientes de acceso al crédito. Esa clara vocación fundacional de apoyo al tejido industrial y comercial de su entorno permitió al banco vallesano crecer rápidamente. Además, la cercanía casi física a sus clientes, de los que muchas veces se convertía en socio estratégico, le aportó un valor diferencial.

Las necesidades de las pymes han cambiado de forma radical a lo largo de los últimos 143 años, pero también el paso del tiempo ha demostrado la importancia de la anticipación, el acompañamiento y la asesoría con ese pequeño tejido empresarial desde la época de la Restauración hasta el momento actual. La base del servicio ha sido siempre el conocimiento profundo de los distintos sectores de actividad, así como la aportación de crédito a cortísimo plazo, casi siempre la necesidad más apremiante para este tipo de empresas especialmente en momentos de crisis económicas, desde la Gran Depresión de 1929 a la de 2008, hasta la más reciente provocada por la pandemia de covid-19.

La industria textil catalana fue la primera gran beneficiaria de esa aportación, pero poco a poco fueron añadiéndose otros sectores y colectivos en el resto de España. De hecho, hoy es difícil encontrar una asociación de autónomos o un mercado municipal que no haya recibido la visita de un empleado de este banco español. Algunos ejemplos de esta política empresarial para ese colectivo que pueden considerarse como buenas prácticas serían la mencionada financiación a corto y medio plazo, y especialmente los créditos a la exportación, o la adopción de tecnologías para el comercio electrónico y la automatización; sin olvidar la financiación alternativa como es el venture debt para pymes tecnológicas. Para valorar el impacto de todas estas herramientas en el tejido empresarial español, basta mencionar que la entidad gestiona más del 41.2 % del crédito relacionado con pymes.

Algunos economistas han argumentado que, en un momento de restricción crediticia como el que siguió a la gran crisis de 2008, la llamada “banca relacional” debía jugar un papel clave en la ayuda a las pequeñas y medianas empresas. Lo definían como un modelo que pondera positivamente el contacto cercano con los prestatarios, ya que produce una mejora de la productividad de la contratación de crédito, especialmente en el caso de las pymes. De ello, esos autores extraían una consecuencia: las entidades financieras de menor tamaño, por su mayor conocimiento del territorio y contacto más cercano con la clientela, son las que en el pasado habían extraído mayor ventaja.

Fruto del proceso de reconfiguración bancaria tras esa crisis financiera, pocas entidades quedan de ese esfuerzo por acercarse a las pymes. El ejemplo del hoy desaparecido Banco Popular, clásico líder de la financiación a pymes, es una muestra de lo anterior. No podemos permitirnos que el tamaño importe para mal en la financiación bancaria y las pequeñas empresas se queden sin suficientes entidades que les entiendan y les ayuden. Una oferta especializada a la pequeña escala, como las vistas en este artículo, evidencian cómo desde la iniciativa privada se puede apoyar la fortaleza y el crecimiento de las pymes sin perjudicar la cifra de negocio y, por supuesto, la sostenibilidad de las finanzas públicas. Al mismo tiempo es un acicate para que más agentes privados tomen ejemplo y se incorporen a esta estrategia exitosa de asociación con las pymes.


Iñaki Ortega es doctor en economía y profesor en UNIR




lunes, 13 de enero de 2025

Las vidas del cura Lezama

 (este artículo se publicó originalmemte en el diario económico La Información el 13 de enero de 2025)



Hubo una época, no tan lejana, en la que era difícil que en cualquier tema relevante en España no estuviese Luis Lezama. Le encantaba ser “el perejil de todas las salsas”, esta expresión viene al caso porque el cura Lezama tuvo en la gastronomía una de sus grandes pasiones y además empastaba, como ese condimento, con todo y siempre con alto rendimiento.

Luis Lezama nació en 1936 en la localidad alavesa de Amurrio, tierra de industriales, también de vascos de profundas creencias católicas y de aguerridos servidores públicos, que sin duda marcaron su trayectoria, además de sus estudios en los jesuitas de Bilbao. Tras abandonar el País Vasco para matricularse de nuevo con la Compañía de Jesús en su escuela de ingeniería en Madrid, en 1962 coge los hábitos en el seminario diocesano para poder ayudar a los más necesitados como sacerdote. Ya en su primera parroquia, en Chinchón, demuestra su carácter iconoclasta, se le conoce como “el cura de los maletillas” y descubre un “milagro” que le acompañará toda su vida hasta su muerte: la educación es el arma más potente para luchar contra la miseria.

Es en esos años cuando dos sucesos impactan en la vida de Lezama. En primer lugar, su relación con el padre Llanos -el “cura obrero”- en la parroquia de Entrevías de Vallecas y su descubrimiento de la importancia de los medios de comunicación para conseguir resultados pastorales. Estos dos elementos se entrelazaron en su carrera: ayudar a los más pobres y darle difusión para levantar fondos y conseguir llegar más lejos. A finales de los años sesenta se enrola como corresponsal en la Guerra de los Seis Días y es herido de bala en Siria. En los siguientes años no solo consigue su licenciatura en periodismo sino ser premiado con el Ondas; participar en la creación de Radio Popular y la COPE y entrevistar a los supervivientes de la tragedia de los Andes.

Con ese bagaje en 1974 crea la Taberna del Alabardero para crear empleo, pero sobre todo enseñar un oficio a chicos de los barrios marginales de Madrid. La iniciativa se convierte rápidamente en un éxito mediático. Al mismo tiempo que daba trabajo a personas en riesgo de exclusión, sus establecimientos se convirtieron en lugares de encuentro de las personalidades políticas más diversas de la época, en plena transición a la democracia. Lezama por entonces servía, además, como secretario del Cardenal Tarancón, figura clave para la reconciliación nacional, y muchos de los grandes acuerdos entre diferentes de esa época se “cocinaron” en su taberna en la que era habitual ver a políticos de toda ideología.

El cura Lezama no paró los siguientes años hasta convertir su iniciativa en una escuela de hostelería que se extendía por el mundo con emblemáticas sedes en Andalucía (Sevilla y Málaga) y Estados Unidos (Washington y Seattle) entre otros lugares. Un auténtico emporio que no solo hizo posible que miles de chavales se ganaran un jornal de forma digna, sino que además hiciesen la vida más alegre con sus dotes culinarias.

Con el nuevo siglo Luis Lezama vuelve a responder a la llamada diocesana y asume la parroquia de un nuevo barrio en Madrid, Montecarmelo. Lejos de aburguesarse después de tantos éxitos, innova de nuevo para canalizar las numerosas peticiones de empleo de sus feligreses creando una incubadora de empresas, en la que moviliza a todos sus conocidos, entre los que yo me encontraba, para egresar emprendedores en la sacristía de la iglesia. De ahí a crear el primer colegio del barrio, Santa María La Blanca, en recuerdo de la patrona de la capital de Álava, hasta convertirlo diez años más tarde en uno de los 50 colegios más innovadores del planeta. Ahora estaba volcado en lograr en la costa del sol la mejor universidad de gastronomía del mundo con los aprendizajes de haber creado en 1993 en Málaga su escuela de hostelería y sus miles de egresados.

En esto le ha pillado la muerte al cura Lezama, pero su Fundación Iruaritz Lezama mantendrá su legado, sin duda basado en tres pilares como son la educación, el emprendimiento y la comunicación. Iruaritz es el nombre del caserío de Amurrio de la familia Lezama en el que se crió Luis. Esa palabra en euskera significa “tres robles”, efectivamente el edificio se ha mantenido en pie durante generaciones al estar hecho en roble pero no tengo duda que el trabajo del cura Lezama seguirá en pie para siempre sujetado por la ayuda de Dios y de esos tres robles del nombre de su Fundación que son esas tres herramientas que tanto necesita cualquier sociedad. DEP

Iñaki Ortega es doctor en economía en UNIR y LLYC