(este artículo se publicó originalmente en el diario La Rioja el 19 de septiembre de 2018)
Tal como advertía a sus alumnos el físico y matemático lord Kelvin allá por
el siglo XIX, “lo que no se define no se puede medir; lo que no se mide, no se
puede mejorar; lo que no se mejora, se degrada siempre”. Con esta premisa en
mente, un grupo de docentes e investigadores han evaluado a la ciudad de
Logroño en una de las actuaciones más arraigadas en materia de políticas de
emprendedores como son las subvenciones a nuevos empresarios. El
compromiso con la transparencia del ayuntamiento de la capital riojana a
la hora de medir sus actuaciones de apoyo al emprendimiento y una nueva
herramienta desarrollada a tal efecto por Deusto Business School e Ibermática,
con financiación de la Fundación COTEC, han hecho posible este examen,
cuyas conclusiones se presentaron en la Universidad de La Rioja el pasado
14 de septiembre en el XII Workshop de investigación basado en el informe
Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
Las políticas públicas de apoyo a la creación de empresas han experimentado
desde el cambio de milenio un importante desarrollo en los países avanzados. La
cada vez más nítida relación entre competitividad y actividad emprendedora
reflejada, entre otros, por los trabajos enmarcados en el informe GEM ha llevado
a los gobiernos a incrementar los instrumentos de impulso dirigidos al
colectivo de los nuevos empresarios. España no ha sido una excepción, pues,
impelidas por la necesidad de buscar soluciones al fuerte alza del desempleo
que tuvo lugar durante la crisis, las administraciones públicas llegaron a
poner en marcha más de 2.500 plataformas de apoyo a los emprendedores.
Son muchas las ocasiones en las que los gestores públicos reciben críticas
desde diferentes sectores por las ayudas proporcionadas a incentivar el
emprendimiento en detrimento de otros colectivos. Sin duda la ausencia de
esfuerzos de una evaluación rigurosa destinada a valorar los resultados no ha
ayudado a defender el gasto público en emprendimiento.
Siendo honestos, no es que hasta ahora las diferentes administraciones no
hubieran realizado intentos de medir el retorno de sus ayudas al
emprendimiento, pero lo cierto es que éstas, cuando se han realizado, no han
contado con un marco homogéneo y verdaderamente cuantificable. A su vez en
nuestro país y otros del entorno, la cultura anglosajona de la evaluación ha
brillado por su ausencia cuando en cualquier área de intervención
administrativa hoy se considera esencial tanto desde el punto de vista de
la responsabilidad en la gestión pública como de la
operatividad. Lo primero es una exigencia para el buen funcionamiento
de un sistema democrático, pues sin información difícilmente la ciudadanía
podrá enjuiciar la labor de sus gobernantes; lo segundo es un principio básico
para buscar el alineamiento de los objetivos con los resultados, asegurando la
mejora continua.
Conscientes de ello, hemos querido diseñar una nueva herramienta
destinada precisamente a cubrir este déficit en materia de rendición de cuentas
y que es en gran medida la causa de que estas políticas de impulso a
empresarial hayan sido puestas en tela de juicio en nuestro
país. Bautizada como ROIpe (acrónimo de return on investment de
las políticas de emprendedores), la herramienta está concebida para medir
la eficiencia de las políticas públicas de apoyo a los emprendedores en base al
impacto que estas tienen en los ingresos públicos. Accediendo a este
instrumento a través del sitio web (www.roiemprendedores.com), los responsables de las administraciones públicas pueden identificar de
una manera fácil e intuitiva los tributos, cotizaciones sociales y otros
ingresos públicos que las nuevas empresas beneficiarias de sus programas
generan y contrastarlos con los costes en incurridos en la gestión de los
mismos. El resultado viene expresado en forma de razón matemática que
sintetiza la contribución neta de las actuaciones de impulso empresarial al
sostenimiento del gasto público.
Como se ha señalado, uno de las primeras actuaciones enjuiciadas por la
herramienta ROIpe ha sido la subvención para la creación de microempresas del
Ayuntamiento de Logroño. Creada en 2012, esta línea de ayudas se ha
venido convocando anualmente hasta contabilizar en 2017 más de 2,7 millones de
euros desembolsados. Los responsables municipales siempre han sido conscientes
de que la medida tenía un efecto de estímulo notable en la creación de empresas
-1.042 nuevos negocios desde la primera convocatoria- y puestos de
trabajo –1.330 empleos–, y aunque hacían un seguimiento de la
supervivencia de los proyectos -88% al final del primer año y en torno al 70%
al final del segundo-, desconocían el impacto neto que esta tenía sobre las
arcas públicas.
Precisamente el análisis presentado en el congreso científico de este mes
en Logroño recoge los resultados de ampliar la evaluación en términos de
ROIpe. Lo cual ha supuesto poner en relación el incremento de la tributación y
las cotizaciones sociales que han propiciado, a través de las nuevas
actividades empresariales, las dos primeras convocatorias de la subvención con
los costes que su gestión ha supuesto para las arcas municipales, a fin de
poder valorarla no solo en términos de eficacia, sino también de eficiencia. A
la luz de este ejercicio de evaluación, el esfuerzo realizado por el
Ayuntamiento de Logroño para apoyar a los nuevos empresarios ha tenido un
retorno neto positivo en el erario público. Si en la primer convocatoria
del programa el retorno de inversión de la primera convocatoria fue de
1:1, es decir por cada euro invertido por las arcas de Logroño se obtuvo un
retorno económico de la misma cantidad; en la segunda convocatoria este ratio
subió a 1:21.
De este modo, cabe concluir que la subvención es una medida sostenible para
las arcas públicas de la capital riojana. Todo ello al margen del efecto
dinamizador que tiene sobre el comercio de proximidad y sin entrar a evaluar
otros aspectos de dimensión económica como el efecto multiplicador sobre otras
actividades o el ahorro en el gasto público en caso de emprendedores o
trabajadores que salgan del desempleo gracias a los nuevos negocios, aspectos
extremadamente relevantes para cualquier administración bien gestionada.
Enhorabuena al Ayuntamiento y a los emprendedores de Logroño no solo por ser
pioneros en este ejercicio de evaluación, sino en demostrar que su actividad
económica es muy rentable también socialmente.
Iñaki Ortega es director
de Deusto Business School y profesor de la UNIR
Iván Soto es el coordinador del informe ROIpe para
COTEC, Ibermática y Deusto Business School