
En 2012 la revista Nature publicó un artículo en el que se pronosticaba de nuevo otro movimiento continental, en el que ya estaríamos inmersos, hacia un nuevo Pangea. Otro único continente.
Yo no sé si estamos en plena deriva de placas tectónicas, pero lo que tengo claro es que el mundo está moviéndose, experimentando un cambio que, como nos recuerda la ley de Moore, gracias a la tecnología tiene una velocidad exponencial. Hoy, conceptos que parecían antagónicos se hibridan para hacer posible un mundo mejor.
Lo social y lo empresarial, con las innovaciones de multinacionales como Elecnor desarrollando infraestructuras que den agua y luz en el tercer mundo.
Lo colectivo y lo mercantil se unen, por ejemplo, con la economía colaborativa de emprendedores como Blablacar.
Lo estético y lo ético ya no son antagónicos con los plumíferos de la marca de ropa Ecoalf que arrasan esta temporada, hechos con el pet de miles de botellas de plásticos recicladas.
El activismo y las instituciones no son conceptos enfrentados. Lo demuestra una empresa como Ecoembes consiguiendo que España sea una referencia en Europa reciclando, con su sistema integral, el 70% de los envases que usamos.
Vivimos una revolución inédita, en la que por primera vez se ha universalizado el acceso a los medios de producción clásicos, como el capital. Hoy los emprendedores levantan fondos como nunca lo había hecho antes ninguna empresa. Estos nuevos insurgentes están de moda y sus ideas son alimentadas por dinero inteligente en todo el mundo. También se ha democratizado la posesión del nuevo factor de producción, el conocimiento. Cualquiera puede aprender las enseñanzas de los profesores de las mejores universidades gracias a los MOOCS (massive open online courses).
Este es el mundo que se están encontrando las nuevas generaciones que salen de las aulas. Son la llamada Generación Z y, con su desparpajo tecnológico y sus valores éticos, harán posible un nuevo Pangea. Un planeta Tierra que será un continente único para vivir, donde los problemas, por fin, encontraran rápidas soluciones gracias a las nuevas herramientas que la tecnología hoy hace posible: el emprendimiento corporativo, la innovación abierta, la economía colaborativa y el activismo social.
Iñaki Ortega, doctor en economía y director de Deusto Business School Madrid