Para aquellos que nacimos entre los años
60 y los 70 la imagen de unos chicos y chicas en fila india, todos ellos con
pañuelo de colores anudado en el cuello, nos retrotrae a nuestra juventud
y al movimiento Scout. No sé si los boy-scouts aparecen en el éxito
literario de estas navidades “Yo fui a la EGB» pero para los que somos los
protagonistas de ese libro es fácil recordar que era, y es, un movimiento
educativo para jóvenes con presencia en más de 100 países del mundo. Fue
fundado por un militar británico, Lord Baden-Powell y a través de actividad
lúdicas en el aire libre y el trabajo comunitario pretendía instruir en valores
a niños y adolescentes frente al método clásico de la enseñanza
reglada.
Aunque en la era digital que vivimos es
difícil ver a esos jóvenes paseando por las calles de las ciudades españolas,
el termino scout no solo ha
sobrevivido al propio movimiento escultista sino que se ha convertido en uno de
los paradigmas de la nueva economía.
Scout en inglés significa explorar, y
precisamente por ello es hoy es una de los términos más usados por los
directivos de las grandes empresas obsesionados con descubrir las disruptivas
actuaciones que algunos jóvenes están ideando en sus startups. Bill Joy fundador
de Sun Microsystems lo resumió con la frase “No todos los listos trabajan para
ti” y es que por mucho talento y buenas ideas que haya dentro de una empresa
siempre habrá más y mejores fuera de ella. En esta nueva forma de pensar en las
empresas, se ha denominado scouting a
la actividad corporativa mediante la cual se hace seguimiento a las
innovaciones de emprendedores para poder incorporarlas a posteriori a la propia
empresa a través de herramientas tan variadas como concursos,
aceleradoras, seed capital o joint ventures.
Scouting hacía Microsoft cuando compró Skipe o cuando Google adquirió Youtube. Por suerte en España ya son mayoría las empresas del IBEX35 que se han incorporado al mundo de la innovación abierta, también llamada emprendimiento corporativo y están explorando intensivamente las nuevas empresas de los jóvenes de medio mundo.
No tengo ninguna duda que este nuevo movimiento scout, como el que fundó el lord británico, tiene importantes consecuencias para la salud y los valores, en este caso de nuestra economía. Porque como nos recuerda Antonio Urcelay, presidente mundial de TOYSrUS uno de los españoles que más lejos ha llegado en la exigente liga de los directivos “…sin los emprendedores el mundo no avanzaría, y las empresas tampoco. Las corporaciones que no innoven de la mano de las startups están condenadas a desaparecer”
Iñaki Ortega es profesor de la
Universidad de Deusto.