“A Euskadi le falta una T”
El pasado viernes 31 de octubre “Expansión” publicó un
especial sobre la economía vasca titulado “Listos para la carrera contra la crisis”. Entre
las personalidades entrevistadas se encontraba Miguel Lazpiur, presidente de la
patronal vasca Confebask, que afirmó textualmente que “Con todos los respetos
al problema vasco, ahora mismo la solución al problema económico es prioritaria”. Con mi mayor consideración al señor Lazpiur y especialmente a todas las
empresas que representa no puedo dejar de expresar mi desacuerdo con su
afirmación.
El profesor americano, Richard Florida, uno de los gurús
económicos del momento considera que en la sociedad post-industrial o del
conocimiento los innovadores, “the creative class”; como les llama; son el
principal motor económico. La clase creadora incluye intelectuales, artistas,
ingenieros, directivos etc. En su libro “cities and creative class” incluye
datos estadísticos que respaldan su idea de que las ciudades que atraen y
retienen miembros de la clase creadora (talentos) prosperan mientras que las
que no lo hacen se estancan. De acuerdo con sus conclusiones la mano de obra yo
no sigue a las empresas sino que son las propias empresas las que siguen a la
mano de obra. Tolerancia atrae a talento y el talento a empresas tecnológicas.
El estudio de Cushman&Wakefield “European Citéis Monitor” de 2007 confirma
que el factor más relevante para decidir el emplazamiento de una empresa es la
disponibilidad de mano de obra cualificada y su importancia va en aumento pues
en 2006 aparecía en segundo lugar. En consecuencia es esencial que exista un
clima propicio para el éxito económico de los países que implica lo que el
profesor Florida denomina 3 Ts: Talento (capital humano de calidad), Tolerancia
(diversidad, calidad de vida...) y Tecnología (acceso a infraestructuras que
faciliten los flujos de conocimientos, ideas y aprendizaje).
Lo más novedoso del profesor Florida no es señalar que la
clave del éxito está en la Tecnología y el Talento ya que su aportación al
desarrollo económico de las sociedades ya había sido estudiado por buen número
de autores. Lo más original es que a diferencia del factor productivo
tradicional, la tierra, no constituyen una simple dotación, un stock que viene
dado por las características de una determinada sociedad sino un flujo. Se
trata de elementos altamente móviles que se desplazan de un lugar a otro. La
clave para atraer y retener tecnología y el talento está en la tolerancia y la
calidad de vida. De esta manera las ciudades, las regiones abiertas, diversas,
respetuosas y tolerantes serán las mas exitosas.
La clave, por tanto, según Lazpiur para afrontar con éxito
los retos que impone la globalización a través de la mejora de la
competitividad está en promover la libertad, la convivencia y la tolerancia en
los territorios, en este sentido es alarmante la deriva que el País Vasco está
siguiendo con ejemplos como la continuada “fuga de cerebros” o el éxodo de los
mejores profesionales formados aquí hacia otras regiones de España y Europa.
Efectivamente la educación es fundamental y es una palanca
de cambio de competitividad pero antes que ello ha de ser escuela de libertad y
el propio Gobierno Vasco que en ese suplemento de Expansión vanagloria de su
plan para acelerar el crecimiento económico es el mismo gobierno que está impulsando una
reforma educativa que fomenta un País cerrado en si mismo y atenta contra
libertades fundamentales.
Hoy en plena crisis podemos seguir afirmando que La mayor
amenaza para economía vasca es la misma que ha sufrido la sociedad vasca
durante los últimos 40 años, el terrorismo de ETA. El coste del terrorismo para
nuestra economía ha sido estudiado por importantes economistas vascos,
simplemente quiero aportar un dato y abundar en la tesis de este articulo, en
un tema en el que tradicionalmente los vascos a los largo de la historia hemos
sido referentes: la capacidad de emprender. El informe GEM (Global
Enterpreneurship Monitor) subvencionado por el propio Gobierno Vasco, pone de
manifiesto como Euskadi es menos emprendedora que el resto de España y desde
2004, esta tendencia se ha venido incrementando medida a través de índice TEA
(Total Entrepeneurial Activity).
Euskadi, como todos los territorios que aspiran a liderar el
futuro, ha de migrar hacia un modelo económico donde prime el talento y la tecnología. Pero
nada de ello se logra sin tolerancia y es a esa “T” a la que el presidente de Confebask no da importancia en su entrevista.
No tengo la menor duda de lo que el señor Lazpiur llama “el
problema vasco” preocupa mucho a los mayores creadores de riqueza y empleo que
son los empresarios. Esta falta de libertad ha taponado el crecimiento de
nuestras empresas, provocando la huida de nuestros mejores profesionales y
cortocircuitando la atracción de inversión. Aún así hemos resistido y por ello
estoy seguro que cuando la tolerancia se instale en nuestro país nada podrá
parar la economía vasca.
Iñaki Ortega Cachón
Es economista y secretario de innovación del PP País Vasco