domingo, 28 de junio de 2015

Disrupción en la política

(este artículo se publicó en el periódico La Voz de Almería el día 26 de junio de 2015)


El diccionario define disruptivo como un término que viene de la física, refiriéndose a aquellos sucesos que producen una ruptura brusca. En la nueva economía se identifican como disruptivas las innovaciones de los emprendedores que más valor generan. En el siglo pasado el economista Schumpeter bautizó la actividad de esos emprendedores con la expresión «destrucción creativa». En opinión del economista austriaco para poder crear valor era necesario romper con lo anterior. Los libros de economía ponen como ejemplo de estas innovaciones la aparición del compact disc que acabó con el hasta entonces exitoso vinilo.

Tras las elecciones de mayo alguno puede caer en la tentación de  llegar a pensar que estos sucesos económicos  tienen su espejo en la actividad política. Precisamente esa ruptura brusca que pretende enterrar el pasado es lo que buscan algunos de los nuevos actores. Pero no pueden olvidarse que la nueva economía aporta también otras lecciones que merece la pena recordar.

1. Los emprendedores que triunfan no son aquellos que lo hacen solo por la novedad de su producto sino fundamentalmente porque mejoran lo existente y lo hacen solucionando los problemas de los clientes de un modo más eficiente.‎ De hecho para ser disruptivo primero hay que demostrar que tu producto funciona y que además es más barato que los incumbentes. 

2. Las startups más valoradas por el mercado no son aquellas que no tienen en cuenta los avances puestos en marcha por sus competidoras sino al contrario, los respetan de tal modo que se apalancan en ellos para ofrecer sustanciales mejoras. Es habitual que de las históricas empresas surjan ideas que luego triunfen, el ejemplo del Post-it en la empresa 3M o el neopreno en DuPont son ejemplos de lo que se ha venido a llamar como emprendimiento corporativo. Tener un ecosistema emprendedor que funcione es el denominador común de los territorios más dinámicos del mundo, en ellos las nuevas empresas colaboran con las existentes para hacer avanzar la economía.

3. La tendencia empresarial del momento se sitúa en la llamada economía colaborativa. El ocio, el turismo, la restauración hasta el transporte se están viendo afectados por esta nueva forma de entender la economía en la que prima el servicio frente la propiedad. ‎El economista Rifkin ha vaticinado que gracias a la tecnología 3D todos seremos a la vez productores y consumidores. La economía colaborativa se basa, por tanto, en solucionar problemas mediante la cooperación entre iguales, entre todos los actores económicos. 

El mensaje desde la nueva economía para los políticos que quieren romper con todo ‎es claro: la novedad solo sirve si demuestra que aporta valor, trabajar en ecosistema es la tendencia porque el individualismo excluyente no permite que las sociedades se muevan. 

Si no fuese suficiente lo anterior las recientes elecciones danesas  nos repiten el mismo mensaje. Dinamarca es el país dónde ha tomado sentido la llamada economía circular con su apuesta por la sostenibilidad, dónde la agricultura tecnificada es líder en el mundo y dónde los pactos políticos son la norma porque desde 1909 no ha habido una mayoría absoluta. Con su PIB per cápita que casi dobla el español, es también considerado una de los mejores países para vivir además del territorio menos corrupto del mundo. La tierra donde nacieron los juguetes LEGO volverá a demostrarnos con la victoria del centro derecha tras años de gobiernos del centro izquierda que los cambios políticos no alterarán lo más importante: el respeto al adversario, ‎la confianza en un sistema que ha traído prosperidad y la necesidad de ceder para avanzar.


Iñaki Ortega es doctor en economía y director de Deusto Business School.



Carmen Crespo representa a los almerienses ‎desde el año 1991 con cargos públicos en los cuatro niveles administrativos

viernes, 26 de junio de 2015

Una cuestión de Estado

(este artículo fue publicado originalmente en el suplemento Innovadores del periódico El Mundo el día 23 de junio de 2015)

Si hoy, en España, pensamos en una industria que genera una riqueza todos los años de más de 25.000 millones de euros, con 19.000 empresas operando, que emplea a 160.000 personas y supone un gasto público de 2.600 millones de euros, parece simplemente de sentido común apoyar ese sector.

Si además ‎esa actividad está detrás de 9,5 millones de los viajes de turismo a nuestro país, implica directamente a más de 20 millones de españoles y genera 165.000 eventos anuales, se antoja que su decidido impulso tiene importantes réditos sociales.

Pero si incluimos en la ecuación que esa industria tiene un efecto beneficioso sobre la salud, genera importantes ahorros para el sistema público sanitario, garantiza un mejor futuro y está detrás de los intangibles más valorados de nuestro marca país, nadie dudaría de la necesidad de convertir ese sector en una cuestión de Estado.

El deporte es todo lo anterior, aunque se conozca más los resultados de nuestros futbolistas o ciclistas,  pero además es una demostración palpable de las nuevas tendencias económicas que han llegado para quedarse y que tan bien conocen los emprendedores.

La economía colaborativa. Ahora que todo el mundo habla de las empresas P2P (peer to peer,de  igual a igual), el deporte con sus más de 65.000 clubes auto gestionados sin apenas ayudas, sus más de 3.500.000 de federados que dan sentido a más de 176.000 instalaciones deportivas, demuestra ‎que la sociedad civil actúa por buenas causas y es capaz de organizarse para buscar soluciones, más allá del individualismo.

Competitividad. El ranking de los medalleros olímpicos pone de manifiesto que no hay casualidades sino causalidades. Detrás de los éxitos deportivos hay inversión, estrategia y excelencia. En este sentido y al respecto de los malos resultados en la atracción de grandes eventos deportivos a nuestro país, como los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo de Fútbol, han de ser un acicate para mejorar la gestión, en general, en toda la actividad deportiva y en particular conseguir los mejores y más formados profesionales del management deportivo.

Ejemplaridad. ‎La investigación de la fiscalía americana sobre la FIFA o los recientes escándalos sobre los amaños de partidos, sin olvidar los recurrentes casos de dopaje o violencia en el deporte, nos exigen no bajar la guardia. Como en la economía actual e incluso en los asuntos públicos, la ética se ha convertido en ‎un aspecto imprescindible para triunfar. 

La civilización griega está detrás de la noción que hoy tenemos del Estado. Como se recordará su forma de organización política era la ciudad, la polis, con una activa y pionera participación  de la población en los asuntos públicos. Esta corresponsabilidad en lo público concernía a todos los ciudadanos que llegaban incluso a ocuparse de la defensa de su territorio. Precisamente de esta última tarea viene el término que en nuestros días llamamos «cuestión de Estado». Hoy, en España, también, gobiernos, empresas y ciudadanos tenemos que implicarnos en conseguir que el deporte, sea una cuestión de Estado, porque nos afecta a todos, para que aporte todo su potencial en beneficio de nuestro país.

Iñaki Ortega es doctor en economía y director de Deusto Business School en Madrid.


Raúl Chapado ha sido atleta profesional y es profesor del PLID (Programa de Liderazgo en Innovación Deportiva) de Deusto Business School

martes, 23 de junio de 2015

Más allá de la economía circular

(este artículo se publicó en el Diario Cinco Días el día 23 de junio de 2015)

A principios de los años 80 la Comisión Europea encargó a un grupo de economistas estudiar las consecuencias de la crisis energética y sugerir propuestas para la recuperación. En su informe acuñaron el término de economía circular como respuesta a una economía lineal que consumía recursos como si fuesen inagotables. Romper la tendencia insostenible de energía-producir-consumir-‎residuos-energía para producir más... a favor de un ciclo que convertía los residuos en energía o en materias primas a través del reciclaje, abrió las puertas también a las renovables y en definitiva a la hoy admitida por todos sostenibilidad.


Una década después, en Estados Unidos, la multinacional DuPont, conocida por su capacidad para generar nuevos materiales como el nylon, la licra o el neopreno, se enfrentó a una ‎situación inédita en sus 200 años de historia, las ventas estaban bajando y afectando a la continuidad de la compañía. El entonces consejero delegado Chad Holliday hizo famoso un lema para conseguir que la empresa se reinventase mirando hacia afuera. “Beyond the molecules, más allá de las moléculas” espoleó a la multinacional a no vivir de los éxitos pasados, a levantar la vista del microscopio y a implantar un modelo de innovación abierta que le permitió remontar y aun hoy se mantiene.

Hoy también hay que levantar la vista de lo “green” para darse cuenta que la economía circular está siendo practicada también por los emprendedores de la economía colaborativa. Priorizar el uso frente a la propiedad como el car sharing, las plataformas que permiten compartir casas o el auge de la segunda mano son ejemplos de ello. Por supuesto los innovadores sociales ‎que están solucionando problemas en medio mundo como Tarifas Blancas en Sevilla con su empresa de descuentos para parados, son pura economía circular. Las empresas como Danone que contratan mujeres víctimas de violencia doméstica se sitúan también en lo circular.

Dinamarca y su capital Copenhague, este año capital verde en Europa, aparecen frecuentemente como modelo de sostenibilidad. Pero más allá de los huertos urbanos o la movilidad urbana en bicicleta, los daneses con su cultura de pactos políticos entre diferentes o con su liderazgo mundial en una agricultura tecnificada y supercompetitiva demuestran, como el párrafo anterior, que la economía circular está superando lo meramente ecológico. 

La nueva economía circular es aquella que busca integrar en las estrategias corporativas, institucionales o incluso personales no sólo el medio ambiente sino a clientes, proveedores, administrados o simplemente a los vecinos. Emprendimiento corporativo, innovación social y activismo son los conceptos a seguir. Ya hay pioneros que lo están practicando como ENGIE (GDF SUEZ) ​con su estrategia de innovación abierta ​que hace posible que jóvenes con talento en todo el mundo puedan poner en marcha su idea de negocio. También ASHOKA con su red mundial de innovadores sociales que dan soluciones a los problemas del mundo a través de la creación de empresas sostenibles y sociales. ‎, o CHANGE.ORG, que canaliza en una suerte de nuevo activismo las quejas de la ciudadanía para conseguir luchar y vencer a las injusticias.

El periodista de New York Times, Thomas Friedman, postuló durante muchos años que “El mundo es plano” para poner el acento en la globalización y las posibilidades que la tecnología ofrecía para trabajar desde cualquier lugar.‎ Hoy, sin temor a equivocarnos podemos decir como Pitágoras que la tierra es redonda, que el mundo es circular. El mundo ha de ser circular, no sólo la economía. Para ello hay que conjugar cuatro conceptos que casualmente empiezan por la letra i. Intraemprendededores, innovación, inclusivo e instituciones. Intraemprender es actuar desde tu empresa u organización por cambiar las cosas. Innovar es hacerlo de un modo diferente y buscando ser inclusivo. Pero sin el apoyo de las instituciones ese reto será inalcanzable para lo cual habrá que ser capaces de alinear a lo público y lo privado.

Hace unos días y con motivo de la cumbre del clima de París el paleontólogo español Juan Luis Arsuaga, que tanto ha estudiado las consecuencias del clima a lo largo de la historia del hombre, respondió a una pregunta sobre el calentamiento global diciendo “solo el pasado está escrito, aún se puede cambiar el futuro”. La inédita combinación de la disrupción tecnológica con nuestro activismo es la nueva economía circular que cambiará el mundo para bien.

Iñaki Ortega es Director de Deusto Business School
Loreto Ordoñez es Consejera Delegada de ENGIE (GDF SUEZ) en España