lunes, 15 de noviembre de 2021

Greta Thunberg se ha hecho mayor

 (este artículo se publicó originalmente en el periódico 20 Minutos el día 15 de noviembre de 2021)


La activista medioambiental atrapada en un cuerpo de niña ha alcanzado la mayoría de edad este año, pero sigue enfadada. La hemos visto regañar a empresas, organismos internacionales y políticos estos días en Escocia con motivo de la cumbre del clima. Ha dejado su Suecia natal por unos días para “cantar las cuarenta” a los asistentes a la COP26 de Glasgow. Greta se hizo conocida en 2018 en su país por su huelga -novillos le llamábamos en mi época- en protesta por la inacción de su gobierno para parar el cambio climático, a partir de ahí se convirtió en un fenómeno mundial que arrastra donde va a multitudes de jóvenes ecologistas, pero también colas de mandatarios occidentales que quieren una foto con ella.

Greta, protegida y animada por las autoridades escocesas, ha congregado a decenas de miles de jóvenes para proclamar el fracaso de la cumbre climática de Glasgow acusando a sus organizadores de cómplices de la destrucción del planeta. Para Greta, esta COP ha sido la reunión de los quieren lavar sus conciencias mientras siguen contaminando el mundo. Duras palabras que sin embargo no le han supuesto ningún problema con las autoridades británicas ni del resto de países desarrollados que siguen deseando una cita con la joven sueca.

Cuánta ironía con la jovencita nórdica. Enfadada con los países que más la quieren; insultando a los dirigentes que suspiran por subir una foto en redes sociales con ella; despotricando de las empresas de la COP26 que son de las que más se esfuerzan en la transición energética, hablando mal de Europa que es el continente que más está haciendo por el medio ambiente como se está poniendo de manifiesto en la interesante iniciativa comunitaria de la Conferencia sobre el Futuro de Europa… Y mientras tanto China y sus empresas siguen contaminando el planeta sin ninguna Greta que les moleste. El profesor Manuel Arias explica magistralmente que de nada sirve que los europeos cambiemos el coche por la bicicleta, si los chinos están cambiando la bicicleta por el coche. China es responsable de un tercio de la emisión de dióxido de carbono y por tanto el país que más contribuye al calentamiento global y al resto de problemas asociados al conocido como Antropoceno o una nueva era geológica‎. Los científicos se han puesto de acuerdo en que hemos conseguido alterar el ciclo vital del planeta y de ahí el calentamiento, la acidificación de los mares o la desaparición de cientos de especies naturales que para el CSIC están trayendo nuevas enfermedades infecciosas. 234 científicos de 60 países creen que en 2040 el mundo alcanzará un calentamiento de dos grados de temperatura lo que provocará inundaciones, olas de calor y el aumento del nivel del mar. Greta tiene razón en estar enfadada, pero debería mirar hacia Oriente. Es contra China donde su enfado de verdad estaría justificado, pero me temo que en Pekín ni las televisiones, ni las calles, ni las autoridades se rendirían a sus mensajes como por aquí. Pero quién dijo que las causas justas sean fáciles. Ánimo con ello, querida Greta, que ya tienes 18 años.

Iñaki Ortega es doctor en economía y profesor de la Universidad Internacional de La Rioja


sábado, 13 de noviembre de 2021

El trabajo "silver"

 (este artículo se publicó originalmente en el periódico El Mundo el 9 de noviembre de 2021)

Nuestro país, al igual que una gran parte de Europa, está inmerso en un proceso claro e irreversible de envejecimiento como consecuencia tanto del incremento de la esperanza de vida, lo cual es un gran logro social, como de la importante caída de natalidad que se inició hace ya varias décadas.

Actualmente, nuestra población mayor de 55 años engloba a más de 15,5 millones de personas, que suponen el 32% del total de la población. Casi una de cada tres personas en España es sénior. De éstos, la población mayor de 55 años y menor de 70 años en España suma más de 8 millones de personas, que suponen un número similar al de jóvenes entre 15 y 30 años. Este proceso de envejecimiento de la población nos genera grandes retos a nivel macro, individual y empresarial

A nivel macro el envejecimiento será una amenaza para nuestro Estado de Bienestar, especialmente en cuanto al sistema de pensiones que nos hemos dado y a las necesidades de dependencia y tendrá consecuencias en cuanto a la configuración de nuestras ciudades y territorios, espacios, vías públicas, etc. A nivel individual supondrá que los ciudadanos tendrán que asumir vivir vidas más largas y, por consiguiente, la necesidad de tener rentas durante más atos Los ciudadanos tendrán que prepararse para vivir más años y trabajar hasta edades más avanzadas

A nivel empresarial tiene dos implicaciones. Por una parte la necesidad de ajustar la oferta de productos y servicios a un mercado silver, lo que está generando nuevas oportunidades. Y por otra parte, el asumir la gestión de equipos también más mayores que lo que era habitual hasta ahora (talento sénior). 

Y paradójicamente, llevamos décadas en las que hemos fomentado la salida muy temprana del mercado laboral, mediante fórmulas de prejubilación o de utilización de la fórmula legal de la jubilación anticipada. Esta salida temprana, pactada muchas veces entre las empresas y los trabajadores ha sido bendecida por las distintas administraciones

Para las empresas son un instrumento de ajuste, de rejuvenecimiento de la plantilla y en estos procesos los trabajadores de más edad han sido señalados prioritariamente a la hora de efectuar dichos ajustes con su propio beneplácito, de hecho, salir del mercado era una quimera deseada por muchos trabajadores y aprovechada por sus representantes.

Además, tenemos un claro problema de edadismo o discriminación por edad, de modo que aquellos trabajadores que eran expulsados del mercado laboral a partir de los 50 anos, e incluso antes, sus opciones de acce so al mercado por cuenta ajena se ven muy mermadas Así, se ha instalado la idea de que superar los cincuenta años es sinónimo de no tener futuro laboral. Durante décadas había muy pocas cares en el sistema productivo y hemos asociado erróneamente las canas a un mal desempeño y una baja productividad

Esto hace que muchos sénior que se quedan sin trabajo tienen grandes complicaciones de encontrar un nuevo puesto. Así, la población desempleada mayor de 55 años suma un total de 508.000 personas, esta cifra no ha dejado de crecer en la última década E paro senior casi se ha triplicado desde el año 2008 en España ya que los parados ese año eran 180.000 personas y casi la mitad de los sénior parados llevan más de dos años en esa situación.

Los trabajadores sénior que salen del mercado de trabajo si quieren seguir ocupados, prácticamente solo tienen la vía del trabajo por cuenta propia e incluso algunos se acercan por primera vez al emprendimiento, poniendo en marcha sociedades para ofrecer sus productos y servicios, generando cierta riqueza e incluso creando otros puestos de trabajo. Este trabajo por cuenta propia es la única via de seguir ejerciendo una actividad productiva.

La población mayor de 55 años que trabaja por cuenta propia (afiliados a la Seguridad Social) suma un total de 910.000 personas, que suponen un 27% de todos los autónomos españoles. Casi uno de cada tres autónomos en España es sénior.

El trabajo autónomo en España crece conforme cumpleaños la población ocupada y en el colectivo sénior está mucho más presente. De media uno de cada cuatro afiliados sénior a la Seguridad Social es autónomo, pero en algunos tramos supera el 50%. Ser autónomo es la opción mayoritaria para seguir activo en los últimos años de vida laboral.

Estos fenómenos se han incrementado en nuestro país desde 2008 por dos razones: por haber muchos más efectivos en esos tramos de edad al estar llegan do a esas edades las primeras cohortes de los babyboomers españoles y como consecuencia de los ajustes y reestructuraciones tras la crisis de 2008.

En resumen, hoy hay más sénior, hay más sénior que quieren trabajar, hay más sénior en términos absolutos que salen anticipadamente del mercado laboral, más sénior que saben que tienen que seguir teniendo rentas hasta su acceso a la jubilación más sénior en paro, y más sénior que acceden al trabajo por cuenta propia o al emprendimiento como única vía de seguir ocupados.

Nuestra radiografía del mercado de trabajo senior es bastante distinta de la de nuestros vecinos del norte y del centro de Europa y la principal diferencia es que en el resto de Europa un trabajador está socialmente activo hasta la edad de jubilación

Por tanto, no debería haber excusas para tomar decisiones urgentes que permitan que el talento sénior aporte más y mejora la economía española. Y esto afecta colegiadamente a todos los intervinientes

Las administraciones deben generar sistemas de incentivos para no anticipar la inactividad, e incluso para su prolongación cuando los trabajadores y las empresas estén de acuerdo en ello

Las empresas deberán desarrollar estrategias orientadas a disponer también del talento sénior, colaborando en su actividad sin pérdida de productividad para ello se tienen que aplicar políticas en diversos ejes y que están perfectamente descritas en múltiples prácticas internacionales. En este punto cabe destacar que es en Europa el entorno global que antes está siendo afectado por el envejecimiento y, por tanto, es en Europa donde tenemos que mirar

Tambien los trabajadores y sus representantes tienen que asumir que una sociedad sostenible requiere un compromiso de participación más amplio en el mercado laboral y que no deberíamos premiar modelos de salida temprana del talento senior o que se produzca discriminación por edad en los procesos de entrada

Muchas veces el debate se suscita erróneamente. Se debate sobre la edad de jubilación, sin embargo, el debate debería ser la edad real de salida del mercado.

La sociedad en su conjunto debería velar por una salida del mercado laboral del talento de manera sostenible. Y desde luego nuestro comportamiento en este tema, no lo es, lo único que hacemos con estas prácticas es poner en riesgo los sistemas de protección de nuestro Estado de bienestar y condenar a muchos trabajadores a no tener un propósito social de contribución al resto de la comunidad.

El trabajo es una manera de contribuir con la sociedad, da propósito a la persona y es un factor de bienestar psicosocial y, por tanto, no deberíamos consentir que nuestra sociedad pierda efectivos que pueden seguir aportando un gran valor, al menos hasta la edad legal de jubilación e incluso más allá de manera voluntaria

Rafael Puyol es presidente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Alfonso Jiménez es socio de Exec Avenue e Iñaki Ortega es consejero asesor del Centro de Investigación Ageingnomics. Los tres son autores del Mapa Talento senior 2021, de la Fundación MAPFRE.


domingo, 7 de noviembre de 2021

De los zeta a los silvers (la ruta para salir de la crisis)

(este artículo se publicó originalmente en el blog de Vida Silver el día 3 de noviembre de 2021)

 

Han pasado más de cinco años desde la primera investigación que dirigí sobre la “Generación Z”, entonces tenía la convicción de que estos jóvenes digitales liderarían el mundo. La irrupción de los nacidos después de 1995 había demostrado la necesidad de adaptar una economía, pero también nos enfrentó a una sociedad que arrastraba los pies frente a los rápidos cambios tecnológicos.

Hasta marzo de 2020 los virus que más nos preocupaban eran los informáticos, pero todo cambió esa primavera marcada por la covid19. No obstante, en plena crisis sanitaria, la tecnología nos permitió sobrevivir. Hizo posible que la atención médica en remoto salvase vidas, garantizó el suministro alimentario y evitó también un colapso de las infraestructuras. A la vez y en tiempo récord, se pudo diseñar unas vacunas que ya han salvado millones de vidas y que apuntalarán la reconstrucción. Ha tenido que ser el coronavirus el que nos ha hecho ver cómo la tecnología nos ha cambiado la vida para bien y no hay marcha atrás.  Los zeta seguían dando pasos para ser la generación clave, pero al mismo tiempo la pandemia ha puesto de manifiesto la fortaleza de un grupo de edad, los mayores de 55 años, que sufrió como nadie pero que son invisibles para el mercado laboral y en muchas ocasiones para las empresas y gobiernos, a pesar de lo que representan.

Ya son varios los informe, como los de CENIE, el Círculo de Empresarios o el centro de investigación ageingnomics, que han demostrado que la mayoría del consumo y el patrimonio recae en España en los seniors. Incluso se ha llegado a tasar en un 26% la aportación de la llamada economía plateada al PIB. Además de suponer ya uno de cada tres habitantes de nuestro país y que con seguridad en 2050 serán ya la mitad de la población.

Sigo pensando que los zeta son una generación clave para liderar el mundo, pero no lo van a hacer solos. Los silvers, es decir, los seniors que superan los 55 años están empezando a aparecer en esta ecuación. Una cohorte de edad sin complejos, decidida a seguir siendo un pilar fundamental a pesar de que los usos y costumbres les quieren apartar, jubilándoles laboral y socialmente. Mi apuesta es que los zeta y los silvers, dos generaciones muy diferentes, son el motor oculto de una sociedad que necesita reinventarse ante los últimos acontecimientos que han puesto en jaque todas nuestras certezas y a las que nos hemos enfrentado con improvisación.

Cada época histórica ha tenido una cohorte etaria que ha sido motor de desarrollo. Los jóvenes en los años 60, las mujeres con la democracia o la inmigración en el nuevo milenio. La combinación de pandemia y avances científicos hace que sean dos generaciones en la sombra (los menores de 25 años y los mayores de 55 años) los llamados a liderar el mundo. Los zeta y los silvers, hasta ahora “invisibles” y damnificados emergerán. Es imposible seguir soportando altísimas tasas de desempleo y de precariedad en el empleo de los jóvenes. Nuestro país tampoco se merece que prácticamente la única forma de seguir empleado a partir de los cincuenta sea ser autónomo. Este abandono de los mayores y los jóvenes que representan el 60% del censo electoral, tarde o temprano tendrá sus consecuencias. Quizás algo tiene que ver que poco más del 30% de los diputados del Congreso están en esas franjas de edad.

La generación Z se puso de moda, como en su día lo hicieron los millennials, pero, con lo que no contábamos en aquel momento, era que iban a compartir el liderazgo con los silvers. Pero la sabiduría popular siempre lo tuvo claro. Conviene recordar algunos refranes que se pierden en el tiempo para entender cómo ambos, zetas y silvers, pueden ser la combinación perfecta para una reactivación económica y social tan necesaria en estos tiempos. “La juventud tiene la fuerza y la vejez la prudencia”. Pero más castiza aún es “A caballero nuevo, caballo viejo”. Ambas nos llevan a entender que la experiencia y resiliencia de la persona madura debe encauzar la osadía e intrepidez de la juventud. Los mayores son quienes mejor pueden guiar a los jóvenes, por su experiencia, sabiduría, ese conocimiento tan importante para acertar en las decisiones y evitar errores. Los jóvenes, a su vez, retando a los mayores con sus innovaciones que ponen en cuestión lo hecho hasta ahora.

La convivencia intergeneracional en las empresas, pero en general en nuestro país traería ventajas indudables. Compañías que entenderían mejor a su público y por tanto serían más rentables y administraciones que servirían mejor a sus administrados, por no hablar de un abanico de oportunidades para generar nuevos bienes y servicios que generen creación de valor y creen empleo. Los profesores David Ruiz y Carlos Arciniega están aplicando con éxito modelos de este tipo en grandes compañías utilizando el tratamiento masivo de datos.

Hasta ahora todos estos retos económicos siempre descansaban en las élites que tenían acceso a información privilegiada o gozaban de insalvables barreras de entrada. Pero una vez que se ha puesto de manifiesto para el gran público este caudal de nuevos negocios, no hay excusas para que emprendedores patrios se beneficien de estas nuevas oportunidades económicas. Tampoco hay ningún impedimento para que nuevos bienes y servicios se ofrezcan a estos silvers y zetas que no han visto satisfechas hasta ahora gran parte de sus necesidades.

Nuestra economía en crisis pide a gritos que empresas, ciudadanos y administraciones se comprometan a situar la economía de la diversidad en la más alta prioridad. Dar alas a dos generaciones, los mayores y los jóvenes, rompiendo estereotipos y miradas sesgadas, buscando las sinergias, pero tomando decisiones valientes.

Iñaki Ortega es doctor en economía, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y coautor del libro reciénpublicado “De los zetas a los silvers”


martes, 2 de noviembre de 2021

El gran apagón (The Great Blackout)

(este artículo se publicó originalmente en el periódico 20 minutos el día 1 de noviembre de 2021)


No es el título de una película de serie B, pero podría serlo. Tampoco una olvidada entrega del cine de catástrofes ni la nueva serie de una plataforma televisiva, sino uno de los temas de conversación más seguidos en el mundo hoy en día.

Pero no te lamentes por no haber acertado la respuesta. Hace dos años, la mayoría hubiéramos caído en el mismo error si nos hubieran hablado de una epidemia global que nos encerraría en casa dos meses o de una nevada que aislaría una semana la capital de una gran nación del sur de Europa. Hasta hubiésemos catalogado como argumento para un libro de ciencia ficción, un volcán en erupción durante más de cuarenta días en un país civilizado.

Todos estos negros (y muy peliculeros) presagios han ido pasando en este inicio de la década de estos años veinte así que, por lo menos, me temo que tendrás que terminar este artículo para saber qué es eso del gran apagón y dónde ha empezado este tema global. Hace unas semanas el gobierno de Austria puso en marcha una campaña para preparar a la población ante un posible corte energético que, según ellos, podría producirse próximamente. Entre las recomendaciones estaban hacer acopio de combustible, velas, baterías, conservas y agua potable. Las magistraturas austriacas buscaban concienciar a la población sobre esta amenaza porque le dan visos de verosimilitud. Para ello, han desarrollado toda una serie de consejos sobre generadores móviles de energía o cómo cocinar y comunicarse sin electricidad, además de conocimientos básicos sobre primeros auxilios. Pero eso no es todo, el país alpino ha decidido preparar también instalaciones públicas como cuarteles del ejército y servir de apoyo a los servicios de emergencias en caso de un apagón.

Quizás en el siglo pasado este anuncio no hubiera salido de las fronteras austriacas, pero hoy la noticia ha corrido como la pólvora especialmente por este párrafo del comunicado del Ministerio de Defensa: «todas las redes eléctricas de los países europeos están interconectadas en la red europea, de manera que, si hay un apagón, las luces podrían dejar de funcionar en toda Europa».

Y en España ha sido como echar más lecha al fuego. Porque por estos lares llevamos ya unos meses que solo se habla del recibo de la luz que ha aumentado, para una familia media en lo que va de 2021 y según la OCU, un 33%. O lo que es lo mismo, la factura ha subido 181 euros en un hogar tipo en España. Para colmo, el mes de octubre ha terminado y con ello el suministro de gas que recibimos los españoles vía Marruecos a través del polémico gaseoducto argelino.

Tampoco lo ponemos fácil por aquí cuando seguimos escandalizándonos por la energía nuclear de nuestro vecinos franceses -que les hace autosuficientes- o en el país del sol legislamos en contra de energías limpias como las fotovoltaicas.

Inmediatamente expertos y autoridades han salido a desmentir que este riesgo sea real en España, pero con los antecedentes de tantas voces autorizadas voy a ver si tengo una vela en casa.

Iñaki Ortega es doctor en economía y profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)