Rosa María Mateo y el dataísmo. Un
verano de homo sapiens, homo videns y homo deus
(este artícul fue publicado originalmente en el diario La Información el día 3 de septiembre de 2018 en la columna #serendipia)
El científico Carlos Linneo en 1758 acuñó el
término Homo Sapiens para referirse a
nuestra especie humana. El botánico sueco que ha pasado a la historia por su
taxonomía de los seres vivos, nos catalogó como sapiens porque ese es nuestro rasgo biológico más característico.
Somos «sabios» y «capaces de conocer», es decir un «animal racional», a
diferencia del resto de especies. El aumento del tamaño del cerebro y el desarrollo del lóbulo frontal del Homo Sapiens dio lugar a una capacidad
de crear estructuras sociales y transmitir información y hábitos por imitación
e instrucción, en vez de por herencia genética. Este verano, que parecía que
informativamente iba a ser tan anodino como todos, nos ha sorprendido con dos
noticias que apuestan por superar el consenso científico de tres siglos sobre
el Homo Sapiens.
El nuevo libro del profesor israelí Yuval Hoah
Harari presentado en castellano este mes de agosto nos ha hecho recordar a sus
millones de lectores su tesis sobre el Homo
Deus que sustituye al Sapiens: el
hombre con la tecnología aspira a ser un dios y corremos el peligro de que el
humanismo sea sustituido por el dataísmo.
A su vez el culebrón de la presidencia de RTVE y los cambios puestos en marcha
con la nueva “administradora única provisional”, Rosa María Mateo, ha puesto de
nuevo en la actualidad otro Homo, el Homo Videns con que el investigador
italiano Giovanni Sartori tituló en 1997 su famoso libro en el que se quejaba
de que la televisión estaba convirtiendo al ser humano en “una criatura que
mira pero que no piensa, que ve pero no entiende”.
Vuelve el curso no sólo colegial y laboral sino también
político. Con ellos también nuestra cita semanal con los hallazgos casuales que llamamos
serendipia, en recuerdo de aquel cuento persa “La isla de Serendip” dónde todos
los problemas se resolvían de forma casual.
Estas últimas semanas han rivalizando por ocupar
minutos, páginas y tuits informativos el nuevo libro de Harari, el pensador más
famoso de nuestro tiempo y los cambios en la corporación pública española de
radio y televisión conocida por su acrónimo RTVE.
Por fin el 30 de julio, tras quedarse en la
cuneta varios candidatos bendecidos por Podemos, la mítica periodista de
informativos, Rosa María Mateos tomó posesión como máxima responsable de RTVE. Casi
al mismo tiempo que Pablo Iglesias pactaba con el presidente Pedro Sánchez la
nueva televisión pública, el historiador Harari como si de una estrella de rock
se tratase concedía mil y una entrevistas para presentar su nuevo libro” “21
lecciones para el siglo XXI”. Su bestseller
de 2015 “Homo Deus” confirmó al joven profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén como el gurú del momento. Harari
explica un hombre que casi se cree Dios. De hecho ha sustituido a Dios por una
suerte de nueva religión conocida como dataísmo. El dataísmo es un término
nuevo, se utilizó por primera vez en un artículo del New York Times en 2013
para definir una nueva “religión” basada en una nueva deidad: el dato. En el
libro “Homo Deus” Harari considera el dataísmo, como ideología emergente,
casi religión, «no venera ni a dioses ni al hombre: adora los datos». El nuevo
término ha sido utilizado para describir la importancia absoluta que en este
momento tiene big data ya que «el flujo
de información es el valor supremo y la libertad de la información es el
mayor bien de todos».
Rosa María Mateo con su gestión de unas pocas
semanas puja por ejemplificar una
sociedad donde la televisión aspira a moldear al hombre casi como una religión.
La nueva deidad se llama el pensamiento único y si te sales de él, como una
suerte de inquisidor, la nueva RTVE, te lleva al destierro (los despidos de
profesionales que hemos conocido estas últimas semanas) o incluso a la tortura
(así nos hemos sentido muchos españoles que no olvidamos el terrorismo de ETA
cuando la presentadora en aquel funesto telediario del domingo 5 de agosto
llamó “presos políticos vascos a dos terroristas etarras condenados por delitos
de sangre). Para Giovanni Sartori, que recibió el premio Príncipe de Asturias
en el año 2005, a los Homo Videns,
la vida les pasa por sus narices y ellos no se dan cuenta, no piensan, no ven
más allá, se adaptan a su ambiente adoptando automáticamente la
ideología imperante gracias a la televisión.
Esperemos que el curso que empieza esta
semana nos devuelva la cordura y la sapiencia que Linneo encontró en el ser
humano en el siglo XVIII. Por eso, en esta primera columna después del descanso
veraniego les ánimo a que como yo no se queden ni con el Homo Deus y el dataísmo de Harari ni el Videns adoctrinador por el que parece apostar la nueva RTVE, sino
que volvamos a lo esencial, el humanismo del Homo Sapiens.
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