lunes, 10 de septiembre de 2018


Rosa María Mateo y el dataísmo. Un verano de homo sapiens, homo videns y  homo deus

(este artícul fue publicado originalmente en el diario La Información el día 3 de septiembre de 2018 en la columna #serendipia)

El científico Carlos Linneo en 1758 acuñó el término Homo Sapiens para referirse a nuestra especie humana. El botánico sueco que ha pasado a la historia por su taxonomía de los seres vivos, nos catalogó como sapiens porque ese es nuestro rasgo biológico más característico. Somos «sabios» y «capaces de conocer», es decir un «animal racional», a diferencia del resto de especies. El aumento del tamaño del cerebro y el desarrollo del lóbulo frontal del Homo Sapiens dio lugar a una capacidad de crear estructuras sociales y transmitir información y hábitos por imitación e instrucción, en vez de por herencia genética. Este verano, que parecía que informativamente iba a ser tan anodino como todos, nos ha sorprendido con dos noticias que apuestan por superar el consenso científico de tres siglos sobre el Homo Sapiens.

El nuevo libro del profesor israelí Yuval Hoah Harari presentado en castellano este mes de agosto nos ha hecho recordar a sus millones de lectores su tesis sobre el Homo Deus que sustituye al Sapiens: el hombre con la tecnología aspira a ser un dios y corremos el peligro de que el humanismo sea sustituido por el dataísmo.

A su vez el culebrón de la presidencia de RTVE y los cambios puestos en marcha con la nueva “administradora única provisional”, Rosa María Mateo, ha puesto de nuevo en la actualidad otro Homo, el Homo Videns con que el investigador italiano Giovanni Sartori tituló en 1997 su famoso libro en el que se quejaba de que la televisión estaba convirtiendo al ser humano en “una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero no entiende”.

Vuelve el curso no sólo colegial y laboral sino también político. Con ellos también nuestra cita semanal con los hallazgos casuales que llamamos serendipia, en recuerdo de aquel cuento persa “La isla de Serendip” dónde todos los problemas se resolvían de forma casual. 

Estas últimas semanas han rivalizando por ocupar minutos, páginas y tuits informativos el nuevo libro de Harari, el pensador más famoso de nuestro tiempo y los cambios en la corporación pública española de radio y televisión conocida por su acrónimo RTVE.

Por fin el 30 de julio, tras quedarse en la cuneta varios candidatos bendecidos por Podemos, la mítica periodista de informativos, Rosa María Mateos tomó posesión como máxima responsable de RTVE. Casi al mismo tiempo que Pablo Iglesias pactaba con el presidente Pedro Sánchez la nueva televisión pública, el historiador Harari como si de una estrella de rock se tratase concedía mil y una entrevistas para presentar su nuevo libro” “21 lecciones para el siglo XXI”. Su bestseller de 2015 “Homo Deus” confirmó al joven profesor de la Universidad Hebrea  de Jerusalén como el gurú del momento. Harari explica un hombre que casi se cree Dios. De hecho ha sustituido a Dios por una suerte de nueva religión conocida como dataísmo. El dataísmo es un término nuevo, se utilizó por primera vez en un artículo del New York Times en 2013 para definir una nueva “religión” basada en una nueva deidad: el dato. En el libro “Homo Deus” Harari considera el dataísmo, como ideología emergente, casi religión, «no venera ni a dioses ni al hombre: adora los datos». El nuevo término ha sido utilizado para describir la importancia absoluta que en este momento tiene big data ya que «el flujo de información es el valor supremo y la libertad de la información es el mayor bien de todos».

Rosa María Mateo con su gestión de unas pocas semanas puja por  ejemplificar una sociedad donde la televisión aspira a moldear al hombre casi como una religión. La nueva deidad se llama el pensamiento único y si te sales de él, como una suerte de inquisidor, la nueva RTVE, te lleva al destierro (los despidos de profesionales que hemos conocido estas últimas semanas) o incluso a la tortura (así nos hemos sentido muchos españoles que no olvidamos el terrorismo de ETA cuando la presentadora en aquel funesto telediario del domingo 5 de agosto llamó “presos políticos vascos a dos terroristas etarras condenados por delitos de sangre). Para Giovanni Sartori, que recibió el premio Príncipe de Asturias en el año 2005,  a los Homo Videns, la vida les pasa por sus narices y ellos no se dan cuenta, no piensan, no ven más allá, se adaptan a su ambiente adoptando automáticamente la ideología imperante gracias a la televisión.

Esperemos que el curso que empieza esta semana nos devuelva la cordura y la sapiencia que Linneo encontró en el ser humano en el siglo XVIII. Por eso, en esta primera columna después del descanso veraniego les ánimo a que como yo no se queden ni con el Homo Deus y el dataísmo de Harari ni el Videns adoctrinador por el que parece apostar la nueva RTVE, sino que volvamos a lo esencial, el humanismo del Homo Sapiens.

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