(este artículo se publicó originalmente el día 2 de julio en el periódico La Información en la sección semanal #serendipia)
Este fin de semana Antoine
Griezmann celebró de un modo muy especial el gol que permitió a Francia
encarrilar su pase a cuartos de final del mundial de Rusia. Hace unas semanas
se conoció que una niña de 9 años había sido ingresada en un centro de
rehabilitación en Reino Unido tras jugar en su ordenador durante 10 horas
diarias durante los últimos meses. El profesional con más seguidores del mundo,
conocido como “Ninja”, lo es sin salir de su cuarto, -superó en abril a Cristiano
Ronaldo en interacciones en redes sociales- y gana casi un millón al día con
poco más de 20 años.
Si no has encontrado el elemento
común a las tres noticias anteriores tienes que seguir leyendo este artículo
porque te estás perdiendo uno de los fenómenos más importantes de los últimos
tiempos por su rapidez de crecimiento y capacidad de impacto. Griezmann saltó,
al meter el penalti a Argentina, como un personaje de Fortnite, mientras
millones de personas en el mundo sabían lo que hacía pero otros muchos solo
pensaron que era una excentricidad. La niña inglesa, ingresada en un hospital
con ataque de ansiedad, bajó repentinamente su rendimiento escolar y comenzó a
perder contacto con el exterior desde el día que se descargó este juego,
seguramente con el permiso de sus padres. “Ninja” retrasmite desde su canal de
youtube diariamente sus partidas de Fortnite lo que le permite ganar más dinero
que el más reputado analista de Wall Street.
Parece una exageración pero si
tienes cerca a alguien de menos de 30 años pregúntale por el juego y verás que
todos lo conocen y está en todas sus conversaciones. En España tenemos hasta un
programa de televisión dedicado a Fortinite y un héroe patrio, Lolito
Fernández, que arrasa tanto en sus partidas y en los ingresos que obtiene de su
canal online que hasta ha llamado la atención hasta Hacienda.
No hay duda que es el juego de
moda. Más de 45 millones de personas en todo el mundo lo practican diariamente.
Cada día de su corta historia, no tiene ni un año de vida, rompe un record. Hoy
ya es el video juego que mas ingresa pero además lo hace sin pervertir la
competición como Pokemon en el que pagando se tenían más probabilidades de
ganar (aquí solamente pagas para estar más guapo). El secreto de Fortnite
reside en su hibridación con las redes sociales y su carácter universal: es
multiplataforma y multidispositivo lo que ha permitido que se haya viralizado
rápidamente. Puedes jugar con quien quieras, como quieras y desde donde quieras
y lo más relevante sino juegas te conviertes en un “marciano” porque todos
hablan de Fortnite en el patio del colegio, en las redes sociales y hasta en
las salidas nocturnas.
Hay quien incorpora otro elemento
para explicar su éxito, que es parejo a su calidad que ningún reputado gamer
duda, es la expectación. El juego se anunció en 2011 por sus fundadores apenas
tres semanas después de idearse, pero no salió en abierto y gratuito hasta
septiembre 2017, es decir seis años esperando a que viese la luz hizo que en
apenas unas semanas rompiese todos los techos.
El argumento del Fortnite más
popular, Battle Royale, es sencillo. Por
alguna razón el 98% de la población del mundo ha desaparecido repentinamente.
Los escasos supervivientes se encuentran con una extraña tormenta de color
morado que les mata. El juego comienza con el jugador llegando en paracaídas
desde un autobús volador, junto a otros 99, a un paraje inhóspito donde su
misión es salvar al mundo. Su única arma de inicio es un pico que le servirá
para recolectar recursos con los que construir una fortificación que le proteja.
El área donde se mueve el jugador poco a poco deja de ser segura porque esa tormenta
se hace cada vez más grande. Aunque para ayudar al jugador, Fortnite, hace que
aparezcan al azar “recursos” con los que defenderse de los peligros como armas
o trampas. Ganas si eres el último que queda con vida antes de que se acabe el
tiempo de tu partida.
Victoria Magistral. Es el mensaje
que los jugadores leen en la pantalla de Fortnite cuando se convierten en el
único superviviente y eres el ganador. Algo parecido pensé este domingo cuando
me monté en un tren de cercanías y me puse a escribir este artículo y mi vecino
de asiento, Virgilio, doctor en psicología treintañero, no pudo resistirse al
leer la palabra Fortnite en la pantalla de mi portátil, y contarme todos los
secretos que el juego tiene para él y sus amigos. Victoria Magistral. La
casualidad me había ayudado.
Esa misma serendipia me pasó unas
semanas antes con una compañera profesora en un claustro cuando nos
sorprendimos, ambos dos, buscando información sobre el juego en internet, para
intentar seguir las conversaciones de los adolecentes. Entonces le prometí
escribir este artículo con el único fin de conocer un poco mejor el escenario
donde con seguridad más horas van a pasar nuestros hijos este verano.
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