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miércoles, 2 de octubre de 2019

De Elcano a Cabify. España emprendedora

(este artículo se publicó originalmente en el diario La Información en la sección serendipia el día 1 de octubre de 2019)

El éxito de España en el siglo XVI ha inspirado a muchos economistas, no solo patrios, para explicar conceptos como el emprendimiento, la inversión, la innovación e incluso las multinacionales. Todavía con la resaca del 500 aniversario de la primera vuelta al mundo liderada por Juan Sebastián Elcano, se acerca la efemérides del 12 de octubre lo que me lleva a recordar que el descubrimiento de América es considerado uno de los primeros grandes emprendimientos de éxito de la Humanidad. Si definimos al emprendedor como aquella persona que acomete con resolución una empresa dificultosa o azarosa, pocas tareas son tan hercúleas como las que lideraron Cristóbal Colón o Elcano con la ayuda de Magallanes.
Los economistas sitúan el antecedente de las primeras empresas multinacionales en las compañías de indias europeas pero también en la “empresa” de los Reyes Católicos y Colón que permitió atravesar el Océano Atlántico y crear “delegaciones” de España en numerosos territorios americanos, que se han mantenido cinco siglos después gracias al legado del idioma castellano. En el II informe sobre el estado del emprendimiento corporativo en España que en breve verá la luz, los investigadores de Deusto Business School situamos también el germen de las hoy muy codiciadas startups globales en las expediciones españolas del siglo XV. Solamente se explica, dice el estudio promovido por el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE),  la aparición del emprendedor global por la globalización y el auge del emprendimiento, Las nuevas empresas globales nacen como tal también gracias a la disrupción de internet (los expertos lo sitúan en el año 1994 con el código abierto de la red de redes) que democratiza el acceso a la tecnología y permite la desaparición de las barreras de entrada en una gran mayoría de industrias y países del mundo. Los emprendedores globales se apoyan en las startups (empresas nacientes con alto componente tecnológico) que fundan para “seducir” en sectores tradicionales a los clientes a lo largo y ancho del mundo. Efectivamente se empieza a hablar de estas empresas a finales del siglo pasado pero el pinchazo de la burbuja de las puntocom -unos pocos años después- ralentiza el fenómeno por la desconfianza en su solvencia. Pero conforme avanza el siglo y comienzan a aparecer referentes de esta nueva tipología como UBER en Estados Unidos o Spotify en Europa, las startups globales se convierten en el objeto de deseo de las grandes corporaciones. Términos como born global o unicornios, se usan también también para referirse a estas empresas. Una empresa born global es aquella que nace con el objetivo de internacionalizarse, de convertirse en global desde su nacimiento y para ello se diseñan, es decir que nacen con un plan de negocio, una plantilla y una localización social que lo facilite. Un unicornio, inspirándose en el tan buscado animal mitológico, es una empresa muy poco común que consigue en los tres primeros años de vida una capitalización global superior a mil millones de dólares. Airbnb, Dropbox o la española Cabify en la industria del turismo, la tecnología o el trasporte respectivamente, son ejemplo de startups globales a la vez que unicornios. A la vista de lo anterior podemos concluir que las hazañas españolas de hace cinco siglos tenían mucho de unicornios y sin duda eran empresas globales. Juan Sebastián Elcano, Francisco Pizarro o Cristóbal Colon y Juan de Antonio, el fundador de Cabify, a pesar de que les separaron 500 años, no eran tan diferentes.
El reciente informe dirigido por el economista jefe de Arcano, “España. Nación Emprendedora” comienza explicando cómo el éxito de la nao Victoria, al ser el primer barco que dio la vuelta al mundo, es una buena práctica de innovación. Ignacio de la Torre argumenta que la hazaña de Elcano se basó en tres pilares que al día de hoy se mantienen para cualquier gran innovación. A saber, ecosistema de conocimiento, financiación abundante y recursos humanos emprendedores. Este mismo informe recuerda la frase del CEO de Intel cuando fue cuestionado por la rentabilidad de sus disruptivos planes. “¿Alguién se hubiera atrevido a preguntar a Cristobal Colón por la rentabilidad de descubrir América”. Pero 500 después, el ecosistema español tiene unas carencias que leyendo las recomendaciones de Arcano hay que trabajar intensamente no para volver a ser referentes sino simplemente para sobrevivir. Facilitar la inversión en startups con cambios regulatorios e incentivos fiscales; fomentar la unidad de mercado y las ayudas públicas a la I+D+i; adaptar el sistema educativo a la cuarta revolución industrial y acercar las Fuerzas Armadas al mundo educativo y empresarial, entre otras cuestiones.
Por ello, tampoco a nadie debe sorprenderle que en 2012 en el contexto de un ambicioso paquete de medidas de apoyo al emprendimiento en España, el gobierno promoviese una herramienta financiera para ayudar a las empresas nacientes con el nombre de la reina que financió las innovaciones españolas de su siglo de oro.  Desde entonces el Fondo Isabel La Católica proporciona capital a business angels y otros inversores no institucionales con el objetivo de financiar empresas innovadoras a través de coinversiones. El fondo está gestionado por el FEI -Fondo Europeo de Inversiones- y representa el capítulo español de una iniciativa paneuropea -el European Angels Fund- que tiene como propósito promocionar y apoyar la colaboración internacional entre los llamados ángeles inversores y los vehículos patrimoniales de ahorro e inversión (family offices) contribuyendo a que estos inversores no institucionales se conviertan en una verdadera alternativa de capital para emprendedores y empresas de carácter innovador. El Fondo Isabel La Católica, por tanto, trabaja conjuntamente con los business angels ampliando su capacidad inversora en España invirtiendo con ellos pero sin interferir en la toma de decisión ni en la gestión de las inversiones.
Estos días hemos conocido que el Presidente Sánchez con motivo de su discurso en la Asamblea de Naciones Unidas «ha hecho las Américas». Reunido con los más importantes fondos de inversión del planeta les manifestó las ventajas de invertir en nuestro país. Buena noticia si los pactos postelectorales no lo impiden. Hasta entonces quedémonos con algunos nuevos «descubridores españoles» que con sus startups están encadilando a inversores y grandes empresas. Gas2Move desde Madrid en el trasporte ecológico de última milla, los bilbainos de Ubikare en los servicios médicos a domicilio para el envejecimiento y los hispano-filipinos de Ringteacher con la enseñanza online de idiomas.

Iñaki Ortega es director de Deusto Business School y profesor de la UNIR

lunes, 19 de junio de 2017

Un cuento chino


(este artículo fue publicado originalmente el día 8 de junio de 2017 en el blog de socios e inversores)


En castellano se usa la expresión “cuento chino” para referirse a un engaño sofisticado. Al parecer se acuñó, irónicamente, por los coetáneos de Marco Polo a raíz  de las narraciones orales que se difundieron después de los viajes de este mítico explorador. El mercader veneciano fue de los primeros en explorar la llamada ruta de la seda y contar la experiencia de sus viajes por el extremo oriente a través de “El  libro de las Maravillas”. Además de ser un detallado manual para comerciantes, la obra narra todos los descubrimientos que hizo el aventurero veneciano en sus viajes por China, India o Japón. Las descripciones que aparecen sobre animales raros, especias de sabores extraños, etnias desconocidas y un descomunal palacio de oro y plata hicieron que esa narración resultara poco creíble, de ahí que se catalogaran muchos de estos pasajes como un cuento chino para restarle toda credibilidad. La expresión, acuñada en el siglo XIII ha llegado hasta nuestros días.
De hecho son muchos los que piensan que emprender dentro de una gran corporación es un cuento chino. Para un grupo de profesores, entre los que me encuentro, es un cuento, y dejamos que sea el lector el que lo juzgue como chino o no. “El elefante y la gacela aprenden a bailar sin pisarse” es un cuento de animales africanos que no existía hasta hace unos meses, pero ha servido para ilustrar el informe que tres universidades españolas hemos realizado por encargo del Centro Internacional Santander Emprendedores y Santander Universidades, sobre el estado del emprendimiento corporativo en España. Aunque por su novedad no hay consenso siquiera sobre el término, el emprendimiento corporativo es el conjunto de iniciativas que desarrollan las organizaciones para crear valor y mejorar su capacidad competitiva, bien mediante el impulso de actividades emprendedoras de origen interno (intraemprendimiento), bien mediante la incorporación de conocimiento externo, por ejemplo startups, susceptible de sinergias internas y nuevas oportunidades de negocio (innovación abierta). Un nuevo concepto que sin embargo está siendo ya usado por la mayoría de las grandes empresas con sede en España como lo demuestra las 43 corporaciones que reconocen que utilizan el emprendimiento corporativo y facturan en conjunto el equivalente al 21% PIB español, representando más del 53% de la capitalización del IBEX 35.
“Un joven elefante que vivía en la sabana observaba diariamente con admiración la agilidad con la que la ligera gacela sorteaba obstáculos e incluso ataques de los temidos leones.  Los acrobáticos saltos de la gacela se le asemejaban a los pasos de un baile de salón amenizado por los acordes de Chopin. El paquidermo decidió dedicar  varias semanas a practicar giros y pasos de baile hasta que una mañana le propuso ansiosamente al antílope bailar juntos. La gacela dudó porque los cinco mil kilos de su amigo  frente a sus solo cincuenta eran demasiada diferencia pero por un momento le vino a la cabeza la escena de ambos bailando y en el primer giro de la danza, la pata del elefante se posaría, por error pero con toda la fuerza de sus cinco toneladas de peso, en su frágil columna que haría que muriese aplastada en el acto. Por eso la gacela convenció al elefante para que aprendiese a bailar poco a poco, eso sí,  sin arrimarse para evitar hacerse daño. Al cabo de meses de ensayos un día ambos anímales convocaron a todos su amigos y deleitaron a toda la sabana bailando armónicamente, sin que la débil pero astuta gacela sufriese daño alguno”
Las metáforas con el mundo animal en la literatura económica no son nuevas: los tigres asiáticos a principios de este siglo para referirse a las entonces emergentes potencias asiáticas de Corea, Singapur, Taiwán y Hong-Kong; los PIGS, acrónimo acuñado por medios anglosajones para referirse peyorativamente a los países mediterráneos acuciados hace unos años por problemas de déficit y balanza de pagos, son solo algunos ejemplos. En el campo del emprendimiento, en el año 1979, el profesor del MIT David Birch sorprendió al mundo con su informe “Job generation process”, al atreverse a poner en entredicho el paradigma dominante a favor de la gran empresa.  Birch demostró que las nuevas y pequeñas unidades empresariales generaban en Estados Unidos la mayor parte del empleo neto y explicó estas dinámicas de creación y destrucción de puestos de trabajo, utilizando para ello analogías zoológicas que aunque han pasado décadas siguen hoy muy vigentes. Los elefantes vienen a corresponderse con compañías bien asentadas, que cuentan con un tamaño que les procura seguridad y capacidad para conseguir ingentes recursos, aunque se ven lastradas por pesados organigramas y procedimientos. Las gacelas, por el contrario, son empresas muy pequeñas, jóvenes y vulnerables, pero gozan de una agilidad a la hora de innovar que les permite dar grandes saltos y alcanzar velocidades impensables para el elefante. Por último, ya en nuestros días, los unicornios se han traído de la mitología al mundo de la inversión, para definir las nuevas empresas que tienen una valoración de 1000 millones de dólares. Linkedin, Uber o Airnbn son ejemplos de esos unicornios tan deseados por los fondos de inversión.
También las moralejas de los cuentos han estado presentes en la doctrina económica y tras dos años de estudio el informe sobre emprendimiento corporativo que he tenido el honor de coordinar y que ha llevado precisamente por subtítulo “elefantes y gacelas bailan sin pisarse” ha dado lugar a cuatro enseñanzas. La primera es que este  fenómeno ha pasado en unos pocos años de ser una realidad desconocida en las grandes empresas a convertirse en uno de los ámbitos de actuación más recurrentes en cualquier plan estratégico. Las organizaciones ven en el emprendimiento corporativo una vía para adoptar los exitosos modelos de innovación disruptiva de las startups, ya sea tendiendo puentes de colaboración con estas mediante fórmulas de innovación abierta o promoviendo el espíritu emprendedor de sus propios trabajadores.  En segundo lugar y gracias al contraste entre dos encuestas hechas a intraemprendedores y a los propios directivos, hemos demostrado que el masivo apoyo al emprendimiento corporativo en España manifestado por las empresas  muestra más deseos que realidades. La tercera enseñanza es que la existencia de exitosos programas en multinacionales españolas demuestra que a pesar de la juventud del fenómeno ya hay buenas prácticas que permiten abonar el camino para los que empiezan ahora. La última lección aprendida  es que son muchos los obstáculos a sortear para implantar estrategias efectivas de innovación abierta e intraemprendimiento en las grandes corporaciones porque además de las dificultades propias de hacer crecer negocios emergentes se encuentran inercias de las grandes empresas que no respetan las peculiaridades del mundo startup.
En la vida real es muy difícil que dos especies tan distintas puedan ensayar una danza, al menos sin que la gacela, corra un alto riesgo de ser apisonada por las toneladas del elefante. Por eso es normal que algunos lleguen a pensar que el intraemprendimiento es un cuento chino. Pero lo que en principio solo podría ocurrir en una fábula, que bailen ambos animales, sí puede convertirse en una realidad en el ecosistema empresarial. En última instancia es el propósito que ha llevado a los autores de esta investigación ha sido precisamente ese: demostrar con datos empíricos y casos reales que grandes empresas y emprendedores han empezado a bailar en España al son del mismo compás y que, a pesar de algunos pisotones inevitables, todo apunta a que formarán un gran tándem. Hace unos años el profesor del MIT Clayton Christensen vaticinó que las empresas diseñadas en el siglo XX para triunfar, están abocadas a fracasar en el siglo XXI, salvo que adopten la mentalidad startup. Por ello y si queremos que nuestro cuento además de tener final feliz nos ayude a afrontar el futuro de nuestra economía con más garantías, tendremos que aprender de la paciencia y el método seguido por los dos animales africanos.

Iñaki Ortega es director de Deusto Business School y profesor de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). Ha coordinado el Informe sobre Emprendimiento Corporativo en España promovido por CISE y Santander Universidades

lunes, 19 de diciembre de 2016

Hablar de trasformación digital no es suficiente

(este artículo fue publicado originalmente el domingo 18 de diciembre de 2016 en el diario ABC)

Pocos quedan que se resistan a asumir que el hasta ahora mundo estático de la economía y la empresa está moviéndose y cada vez más rápido. Pero que la trasformación digital se haya convertido en la muletilla oficial de las conversaciones corporativas no impide que muchos directivos sigan actuando como si nada hubiese cambiado.

La aparición de tres fenómenos ineditos que además se retroalimentan entre sí permite entender porqué la trasformación digital en las empresas no es un slogan sino el cambio más profundo en el mundo empresarial desde la primera revolución industrial.

Primeramente, la mayoría de las industrias de nuestra economía están reventándose  por su base. No hay sector que quede libre de la desaparición de las barreras de entrada, nuevas empresas de jóvenes innovadores están cambiando los modelos de negocio de todos los verticales: el turismo, el transporte o las telecomunicaciones son solo ejemplos de lo que está por llegar con las fintech o la industria 4.0. Las startups buscando mejores productos y servicios compiten sin complejos con las grandes corporaciones.

En segundo lugar,  la democratización en el acceso a la tecnología y la madurez de muchas disciplinas técnicas están reinventado todos los empleos.‎ En pocos años, como ha alertado el presidente Obama, la mitad de los empleos de los americanos serán sustituidos por máquinas. Ya sucede en la venta minorista, donde el comercio electrónico en pocos años ha explotado; o en las finanzas, por ejemplo en Bankia ya solo el 8% de sus operaciones son en oficinas;  o en el mundo jurídico con plataformas e-litigationcomo la de Ebay que resuelve millones de disputas legales sin abogados.  Para reinventarnos como profesionales solo nos quedará la hibridación. Mezclar habilidades  tecnológicas con conocimientos de tu sector es ya la clave en especialidades como la enseñanza universitaria donde los moocs campan por sus respetos o el marketing con el big data sin olvidarnos de la policía y la ciberseguridad. 

Nada de lo anterior tendría sentido sin la tercera variable a tener en cuenta. La crisis llegó en 2007 para no abandonarnos. De hecho desde entonces se ha reivindicado una nueva sociedad con ciudadanos empoderados usando las nuevas formas de comunicarsepara convertirse en micropoderes. Como nos recuerda Moisés Naim el poder ya no es lo que era y la energía iconoclasta de esos micropoderes no perdona la mentira, puede derrocar a políticos corruptos, acabar con los monopolios, apostar por lo políticamente incorrecto y abrir nuevas e increíbles oportunidades.

En un reciente estudio académico que he tenido el honor de coordinar hemos entrevistado sobre este nuevo momento a cuarenta empresas con sede en España que representan la mayor parte del PIB. Todas ellas coinciden en que han de cambiar sus culturas organizacionales para incluir la mentalidad transgesora de los emprendedores. De hecho no hay ni una de esas grandes corporaciones que no haya puesto en marcha programas para atraer ideas de startups porque son conscientes que ya no surgen los mejores proyectos de sus laboratorios. El 91% de estas empresas coinciden en que su actividad de búsqueda de intraemprendedores, empleados que crean empresas, se va disparar en los próximos tres años. Ya se habla sin complejos de tener que promover en los comités de dirección la figura del Chief Corporate Entrepreneur, un director general para promover el emprendimiento corporativo.

Lewis Carrol inventó en su célebre Las aventuras de Alicia, el país de la Reina Roja. Alicia lo visita y la Reina le agarra de la mano y se ponen a correr a toda velocidad, la sorpresa de la niña es que a pesar de su esfuerzo no se mueven de su sitio. La Reina le explica que en su país no basta con correr para avanzar porque como su tierra se mueve hay que hacerlo pero mucho más rápido para no quedarse atrás o en el mismo sitio. Hoy negar el cambio del paradigma de la economía es estar abocado al fracaso más rotundo. Asumir que la disrupción tecnológica ha llegado pero no trasladarla al corazón de las corporaciones y simplemente convertirlo en algo estético o reputacional es como en Alicia en el país de las maravillas quedarse en  el mismo sitio.


Iñaki Ortega Cachón,  Doctor en Economía y Director de Deusto Business School en Madrid.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Los insurgentes



(este artículo fue publicado originalmente el domingo 4 de septiembre de 2016 en el diario ABC)

La palabra incumbente no existe en el idioma castellano, es un calco del inglés, se usa para referirse “a los que están”. En economía llamamos incumbentes a aquellas empresas que llevan años en un mercado y que disponen de una posición de dominio precisamente por ello. En cambio la voz insurgente sí aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE); dos son los significados sugeridos: levantado y sublevado, en ambos la acción o si quieren la reacción, esta muy presente.

La actual dirección de la RAE se ha caracterizado por su dinamismo para incorporar nuevas entradas cuando su uso es habitual. Más pronto que tarde incorporará a los incumbentes porque el fenómeno que define la situación económica del momento les ha puesto en el punto de mira debido a que unos agentes nuevos, los insurgentes -jóvenes emprendedores-, les están desplazando del liderazgo que han disfrutado en las últimas décadas.

Hoy los jóvenes tienen en su poder armas inéditas, hasta ahora, para su empoderamiento y han empezado a usarlas. La tecnología y el capital están a su disposición y por primera vez en la historia no importa donde nazcas o si dispones o no de dinero...si tienes talento puedes conseguir que tus ideas se hagan realidad. El vehículo de este fenómeno es el emprendimiento. En los años 70 si querías cambiar el mundo montabas una banda de rock, hoy los jóvenes idealistas crean una startup. Esta tendencia se ha convertido en global y Latinoamérica no es una excepción. Si repasamos los mejores expedientes de los egresados en las universidades de la región veremos que se han convertido en emprendedores, algunos ya creando cientos de empleos y recibiendo inversiones millonarias. Sus ámbitos de actuación son nuevos, modelos de negocios que nadie reparó antes pero que están funcionando. La venta de entradas online, las nuevas bebidas, los tractores autónomos, la segunda mano por internet…son ejemplos de sus disrupciones.

Los emprendedores están obligando a que la mayoría de las industrias se reinventen. Pronto serán todos lossectores los que habrán de cambiar hacia un nuevo modelo en el que quien no lo haga, verá como esosinsurgentes, revientan su mercado con sus innovaciones. Unos jóvenes suecos que con 24 años crearon Spotify cambiaron la industria de la música con las descargas online, dos startups de ventiañeros como Uber y AirnBnb han revolucionado el mundo del trasporte y el turismo; ¿tendríamos tarifa plana en nuestros teléfonos sin el talento de un valiente emigrante ucraniano que creó Whatsapp?; comunicarse nunca será lo mismo gracias a la empresa que fundo Marc Zuckerberg con 20 años y la seguridad en internet tiene un antes y después de que el emprendedor guatemalteco Luis Von Aul crease los captchats, esos números torcidos que tenemos que escribir antes de rellenar un formulario en línea. Podríamos seguir dando ejemplos de jóvenes emprendedores que amenazan años de tranquilidad de las empresas incumbentes, pero no tendríamos suficiente espacio en esteartículo.

El Foro Económico Mundial, reunido como todos los años en Davos, pronosticó este mes de enero que el 65% delos empleos del 2020 ni siquiera existen en este momento. Por ello si quieres predecir el futuro, habla con losemprendedores, visita las incubadoras y aceleradoras donde se alojan. Están muy cerca de tu lugar de trabajo o residencia y están inventando el futuro de la economía.

Si a estas alturas de la presente reflexión todavía hay algún incrédulo le animamos a que lea atentamente esta explicación: en los bolsillos de los chicos y chicas de hoy tienen en sus smartphones más capacidad de computación que todos los ordenadores de la NASA cuando el hombre llego a la Luna… y la están empezando a usar. Tienen acceso, de manera libre, a todo el conocimiento de la historia; pueden hacer llegar a los inversores de Boston, Israel o Londres sus planes de negocio porque todos quieren invertir en ellos; no hay gran empresa en el mundo que no esté detrás de su trabajo para acelerar sus startups y de paso "contagiarse" de sus innovaciones.

El estudio de los ecosistemas más dinámicos ha demostrado que papel de las instituciones en este terreno es clave con actuaciones concertadas de gobiernos, normas y sociedad civil. Así también lo han entendido los Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamerica que celebrarán en octubre de este año en Cartagena de Indias su XXV Cumbre que tendrá, como tema principal "Juventud, Emprendimiento y Educación"

La historia nos ha enseñado que se llega más lejos sumando fuerzas y no restando. No hagamos de este momento una batalla entre insurgentes e incumbentes, entre los nuevos y los viejos, entre los  emprendedores y las empresarios. Al contrario, el crecimiento será exponencial si trabajamos juntos. Esta ideal, asumida por el organismo internacional de juventud -OIJ- se traduce en el Pacto Iberoamericano por la Juventud que, entendido como un nuevo contrato social y estrategia regional, convoca a una alianza de diferentes actores que se concrete en políticas, programas y proyectos destinadas a las personas jóvenes.
Las startups están reinventando el capitalismo para volver a sus esencias. Mercados en el que no haya asimétricas de la información, con menos barreras de entrada y salida, en el que el talento sea lo que determine el éxito y no los "contactos". Pero si todo ello no fuera suficiente además estos jóvenes están consiguiendo con sus disrupciones que el mundo sea mejor, más decente.

Vivimos uno de los mejores periodos de la historia para ser joven. Aprovechar ese potencial al servicio de la humanidad nos exigirá a todos, con independencia de nuestra edad, una tarea: levantarnos de nuestra comodidad para  colaborar y cooperar con humildad.


Por Max Trejo, secretario general del Organismo Internacional de Juventud (OIJ) e Iñaki Ortega, profesor y director de Deusto Business School