(este artículo se publicó originalmente en el diario La Información en la sección serendipia el día 1 de octubre de 2019)
El éxito de España en el siglo XVI ha inspirado a muchos economistas, no solo patrios, para explicar conceptos como el emprendimiento, la inversión, la innovación e incluso las multinacionales. Todavía con la resaca del 500 aniversario de la primera vuelta al mundo liderada por Juan Sebastián Elcano, se acerca la efemérides del 12 de octubre lo que me lleva a recordar que el descubrimiento de América es considerado uno de los primeros grandes emprendimientos de éxito de la Humanidad. Si definimos al emprendedor como aquella persona que acomete con resolución una empresa dificultosa o azarosa, pocas tareas son tan hercúleas como las que lideraron Cristóbal Colón o Elcano con la ayuda de Magallanes.
Los economistas sitúan el antecedente de las primeras empresas multinacionales en las compañías de indias europeas pero también en la “empresa” de los Reyes Católicos y Colón que permitió atravesar el Océano Atlántico y crear “delegaciones” de España en numerosos territorios americanos, que se han mantenido cinco siglos después gracias al legado del idioma castellano. En el II informe sobre el estado del emprendimiento corporativo en España que en breve verá la luz, los investigadores de Deusto Business School situamos también el germen de las hoy muy codiciadas startups globales en las expediciones españolas del siglo XV. Solamente se explica, dice el estudio promovido por el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la aparición del emprendedor global por la globalización y el auge del emprendimiento, Las nuevas empresas globales nacen como tal también gracias a la disrupción de internet (los expertos lo sitúan en el año 1994 con el código abierto de la red de redes) que democratiza el acceso a la tecnología y permite la desaparición de las barreras de entrada en una gran mayoría de industrias y países del mundo. Los emprendedores globales se apoyan en las startups (empresas nacientes con alto componente tecnológico) que fundan para “seducir” en sectores tradicionales a los clientes a lo largo y ancho del mundo. Efectivamente se empieza a hablar de estas empresas a finales del siglo pasado pero el pinchazo de la burbuja de las puntocom -unos pocos años después- ralentiza el fenómeno por la desconfianza en su solvencia. Pero conforme avanza el siglo y comienzan a aparecer referentes de esta nueva tipología como UBER en Estados Unidos o Spotify en Europa, las startups globales se convierten en el objeto de deseo de las grandes corporaciones. Términos como born global o unicornios, se usan también también para referirse a estas empresas. Una empresa born global es aquella que nace con el objetivo de internacionalizarse, de convertirse en global desde su nacimiento y para ello se diseñan, es decir que nacen con un plan de negocio, una plantilla y una localización social que lo facilite. Un unicornio, inspirándose en el tan buscado animal mitológico, es una empresa muy poco común que consigue en los tres primeros años de vida una capitalización global superior a mil millones de dólares. Airbnb, Dropbox o la española Cabify en la industria del turismo, la tecnología o el trasporte respectivamente, son ejemplo de startups globales a la vez que unicornios. A la vista de lo anterior podemos concluir que las hazañas españolas de hace cinco siglos tenían mucho de unicornios y sin duda eran empresas globales. Juan Sebastián Elcano, Francisco Pizarro o Cristóbal Colon y Juan de Antonio, el fundador de Cabify, a pesar de que les separaron 500 años, no eran tan diferentes.
El reciente informe dirigido por el economista jefe de Arcano, “España. Nación Emprendedora” comienza explicando cómo el éxito de la nao Victoria, al ser el primer barco que dio la vuelta al mundo, es una buena práctica de innovación. Ignacio de la Torre argumenta que la hazaña de Elcano se basó en tres pilares que al día de hoy se mantienen para cualquier gran innovación. A saber, ecosistema de conocimiento, financiación abundante y recursos humanos emprendedores. Este mismo informe recuerda la frase del CEO de Intel cuando fue cuestionado por la rentabilidad de sus disruptivos planes. “¿Alguién se hubiera atrevido a preguntar a Cristobal Colón por la rentabilidad de descubrir América”. Pero 500 después, el ecosistema español tiene unas carencias que leyendo las recomendaciones de Arcano hay que trabajar intensamente no para volver a ser referentes sino simplemente para sobrevivir. Facilitar la inversión en startups con cambios regulatorios e incentivos fiscales; fomentar la unidad de mercado y las ayudas públicas a la I+D+i; adaptar el sistema educativo a la cuarta revolución industrial y acercar las Fuerzas Armadas al mundo educativo y empresarial, entre otras cuestiones.
Por ello, tampoco a nadie debe sorprenderle que en 2012 en el contexto de un ambicioso paquete de medidas de apoyo al emprendimiento en España, el gobierno promoviese una herramienta financiera para ayudar a las empresas nacientes con el nombre de la reina que financió las innovaciones españolas de su siglo de oro. Desde entonces el Fondo Isabel La Católica proporciona capital a business angels y otros inversores no institucionales con el objetivo de financiar empresas innovadoras a través de coinversiones. El fondo está gestionado por el FEI -Fondo Europeo de Inversiones- y representa el capítulo español de una iniciativa paneuropea -el European Angels Fund- que tiene como propósito promocionar y apoyar la colaboración internacional entre los llamados ángeles inversores y los vehículos patrimoniales de ahorro e inversión (family offices) contribuyendo a que estos inversores no institucionales se conviertan en una verdadera alternativa de capital para emprendedores y empresas de carácter innovador. El Fondo Isabel La Católica, por tanto, trabaja conjuntamente con los business angels ampliando su capacidad inversora en España invirtiendo con ellos pero sin interferir en la toma de decisión ni en la gestión de las inversiones.
Estos días hemos conocido que el Presidente Sánchez con motivo de su discurso en la Asamblea de Naciones Unidas «ha hecho las Américas». Reunido con los más importantes fondos de inversión del planeta les manifestó las ventajas de invertir en nuestro país. Buena noticia si los pactos postelectorales no lo impiden. Hasta entonces quedémonos con algunos nuevos «descubridores españoles» que con sus startups están encadilando a inversores y grandes empresas. Gas2Move desde Madrid en el trasporte ecológico de última milla, los bilbainos de Ubikare en los servicios médicos a domicilio para el envejecimiento y los hispano-filipinos de Ringteacher con la enseñanza online de idiomas.
Iñaki Ortega es director de Deusto Business School y profesor de la UNIR
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