(este artículo se publicó originalmente el día 19 de junio en el diario El Economista)
No hay equivocación en el título
de este artículo. No se ha borrado el número “2” de esta particular cuenta. Lo
entenderán si se animan a seguir leyendo y de paso para conocerán la mayor
startup de finanzas en el planeta.
Ant Group es su nombre. Y ha llegado
a esta posición gracias a ser la plataforma de pago y de servicios de Alibaba,
el gigante chino del comercio electrónico. Sus resultados del año 2020
impresionan, unos ingresos de 71.985 millones de dólares que suponen un
crecimiento del 62% frente al ejercicio anterior y un beneficio neto de 21.080
millones de dólares que mejora en un 85% el de 2019. Ant Group, con sede en
Hangzhou, conocida como el Silicon Valley chino, controla el 70% del mercado de
pagos móviles en su país China y da servicio a un total de 960 millones de
clientes, en el que dos de cada diez ya están fuera de China.
La ambición de convertirse en un
supermercado financiero le ha llevado a abrirse camino internacionalmente a
golpe de talonario. En 2018 pagó 880 millones de euros por MoneyGram, el líder
americano de las remesas. También ha invertido en la india Paytm, la tailandesa
Ascent Money y la surcoreana Kakao Pay. La guinda de esta estrategia
corporativa iba a ser la salida a Bolsa a finales del pasado año, la más grande
de la historia con un importe total de 270.000 millones de euros, pero se
canceló por el gobierno chino que no veía con buenos ojos tanto poder en una
única empresa. Abrumadoras cifras e intervenciones estatales aparte, es
evidente que Ant Group es un buen ejemplo de la innovación que está sufriendo
las finanzas con las conocidas como fintech, empresas de nueva creación en este
sector que se apalancan sobre la tecnología.
Los pagos a través de Alipay son
el negocio fundamental de Ant Group, sin embargo, la empresa está creciendo
rápidamente con nuevos servicios que van desde la gestión de activos hasta los
préstamos y seguros. Servicios como Ant Fortune (plataforma de gestión de
patrimonio), Zhima Credit (sistema de calificación de riesgos o scoring
financiero además de un programa de fidelización) o Ant Forest (aplicación que
busca concienciar a los ciudadanos de llevar una vida más saludable y
respetuosa con el medio ambiente) son una muestra de esta diversificación.
Pero para lo que nos ocupa aquí
tenemos que destacar su servicio MyBank, un banco exclusivamente digital, muy
enfocado a los autónomos y a las PYMES chinas que desde su creación en 2015 ha
concedido más de 290 billones de dólares en préstamos bajo el modelo 3-1-0. Una
oferta imbatible que se resumen en “3 minutos para solicitar el préstamo, 1
segundo para su aprobación y 0 intervención humana”. En todo el proceso no
precisan de personal alguno pues el big data y la inteligencia artificial hacen
todo el trabajo. Además, lLa cantidad de información que Ant Group posee de sus
clientes hace además posible tenerle permite además hacer gala del el menor
nivel de impagados del sector, un 1%. Por eso nos preguntamos si el slogan
3-1-0 puede ser la cuenta atrás para la desaparición de las entidades que no
sean capaces de digitalizarse a la velocidad china.
A principios de este año Jack Ma,
el fundador de este grupo, aseguró que los bancos tradicionales son dirigidos
como “viejas casas de empeño”. Más allá del exabrupto contra uno de sus
competidores, es una realidad la debilidad de las empresas europeas de finanzas
pero también del retail, y lo que es peor el desplome de sus valores
bursátiles. Si las empresas incumbentes de esta parte del mundo quieren
defender su cuota de mercado están obligados a innovar y prestar una atención
excelente al cliente, dos áreas en las que destacan las fintech exitosas,
Por todo lo anterior se requiere
una transformación completa y “enseñar a bailar a los elefantes como gacelas”
que así como resumieron los investigadores de CISE en su reciente informe sobre
intraemprendimiento. En la búsqueda de mantener vivo el espíritu de innovación
las grandes empresas se sienten torpes, su estructura paquidérmica les impide
ser ágiles como las fintechs. Pero la música está sonando, y la pista de baile
se está poblando con infinidad de gacelas bailonas, de hecho, se estima que
actualmente hay ya más de 20.000 fintechs operando en los mercados financieros.
Este momento recuerda a un
agujero negro, donde las leyes convencionales de espacio y tiempo no resultan
aplicables. Las corporaciones tienen que “desaprender” la cultura de gran
empresa para volver a sentir el ansia de innovación. Esperemos que la amenaza
china del “3, …, 1, 0” junto con la oportunidad del emprendimiento corporativo
lleven a muchas grandes empresas a aprender a bailar como estas gacelas fintech
y así salvarse.
Por todo lo anterior se requiere
una transformación completa y “enseñar a bailar a los elefantes como gacelas”
que así como resumieron los investigadores de CISE en su reciente informe sobre
intraemprendimiento. En la búsqueda de mantener vivo el espíritu de innovación
las grandes empresas se sienten torpes, su estructura paquidérmica les impide
ser ágiles como las fintechs. Pero la música está sonando, y la pista de baile
se está poblando con infinidad de gacelas bailonas, de hecho, se estima que
actualmente hay ya más de 20.000 fintechs operando en los mercados financieros.
Este momento recuerda a un
agujero negro, donde las leyes convencionales de espacio y tiempo no resultan
aplicables. Las corporaciones tienen que “desaprender” la cultura de gran
empresa para volver a sentir el ansia de innovación. Esperemos que la amenaza
china del “3, …, 1, 0” junto con la oportunidad del emprendimiento corporativo
lleven a muchas grandes empresas a aprender a bailar como estas gacelas fintech
y así salvarse.
IÑAKI ORTEGA CACHÓN, PhD. Profesor en Universidad
Internacional de la Rioja UNIR
JOAQUIN SANZ BERRIOATEGORTUA, PhD. Socio en Kereon
venture capital
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