Este artículo se publicó originalmente el día 31 de mayo de 2021 en el periódico 20 Minutos)
La película Matrix se estrenó en 1999, han pasado dos décadas, pero su
impronta sigue muy presente en los que la vimos. Si te pilló muy joven o
estabas “a por uvas” en el cambio de siglo, te la resumo en unas líneas.
Neo es un joven programador de día y hacker de noche. Lleva toda su vida
intuyendo que algo no cuadra en el mundo que le ha tocado vivir. Un día, una
amiga le anuncia que otro hacker llamado Morfeo tiene una terrible información
que le hará entender todo. Para obtenerla debe renunciar a su vida anterior y a
todo lo que había conocido antes, simplemente tomando una píldora roja. Al
mismo tiempo le ofrece una píldora azul que le devolverá a su normalidad sin
recordar nada y por tanto sin preocupación alguna, pero sin conocer la verdad.
Neo opta por la pastilla roja y descubre que el mundo en el que creía vivir no
es más que una simulación virtual (Matrix) a la que se encuentra conectado
mediante un cable enchufado en su cerebro. Millones de personas están siendo
cultivadas para poder dar energía a las máquinas. La humanidad esclavizada por
ordenadores que usaron la inteligencia artificial para rebelarse contra sus
creadores. Neo, su amiga y Morfeo comienzan entonces una serie de peripecias
para salvar al mundo.
Ahora dime si estos días no te sientes como el actor Keanu Reeves, Neo en
la película, teniendo que elegir entre apoyar el indulto a los condenados por
romper con la legalidad el 1 octubre de 2017 u oponerte a la medida de gracia.
Si aceptas el indulto (la píldora azul) nos dice el Gobierno que seremos
buenas personas para siempre y la tranquilidad volverá a Cataluña, aunque eso
sí, tendremos que olvidar que los hoy presos quisieron reventar la democracia y
violar los derechos de cientos de miles de catalanes. Si te opones al indulto
(la píldora roja) te arriesgas a que te tachen de facha, vengativo; tendrás que
ir a manifestaciones, te enfadarás y conocerás pactos que te helarán la sangre.
Si tomas la píldora azul no habrá informe en contra de la Fiscalía o del Tribunal
Supremo que recordar, tampoco en tu cabeza volverá a aparecer las declaraciones
de los compañeros de partido de los condenados exigiendo las excarcelaciones
para sostener este gobierno. Pero, ay, si te tragas la píldora roja, cada nuevo
órdago al orden constitucional desde Cataluña será culpa tuya; te convertirás
en heredero de las peores dictaduras y en una persona con los sentimientos más
abyectos que puede tener un ser humano.
Parece que la elección es sencilla. Mejor la tranquilidad que la incomodidad.
La píldora azul que la roja. Pero igual que Neo optó por saber la verdad,
aunque le costase la vida (spoiler), cada vez es más común llevar la contraria.
Que se lo digan a los miles de españoles que han optado por la segunda dosis de
Astrazeneca a pesar de que lo fácil (y lo que nos recomendaban las autoridades)
era Pfizer. Será porque en su mayoría son babyboomers que habían visto
Matrix o bien que se ha iniciado un proceso imparable de no fiarse de las
verdades cómodas. Pronto lo sabremos.
Iñaki Ortega es doctor en economía y profesor de la Universidad
Internacional de La Rioja (UNIR)
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