(este artículo se publicó originalmente el 14 de mayo de 2018 en el diario La Información en la columna semanal #serendipias)

Nuestro país es desde hace años
el equipo más numeroso de este consorcio, 19 grupos investigadores y más de 100 académicos, con una práctica
inédita que es la existencia de un informe en cada comunidad autónoma,
financiado por instituciones universitarias y entidades privadas. Las personas
emprendedoras se han convertido, como se recordó en ese acto de presentación, en
la herramienta con capacidad para demoler cualquier frontera y solucionar los
grandes problemas de la humanidad. Que el estudio referente en el mundo, fuente
imprescindible del conocimiento del emprendimiento, reconozca el liderazgo de
los académicos españoles, es algo de lo que nunca se habla, pero que debe
hacernos reflexionar.
Tampoco ningún manual de economía
en castellano explica que la escuela de pensadores escolásticos españoles de
los siglos XVI y XVII, desde la Universidad de Salamanca, impregnaron el ámbito
universitario escocés del siglo XVIII inmediatamente anterior a la obra de Adam
Smith (que sí ha pasado a la historia con el calificativo del primer economista
moderno) como recuerda el profesor Vicente Montes. Tampoco nadie menciona en
esos libros de texto que el gran economista del siglo XX, el austro-americano Joseph
A. Schumpeter con sus pioneros estudios sobre la innovación disruptiva de los
emprendedores, reconoció la influencia del jesuita toledano Juan de Mariana,
también escolástico que murió en 1624, y que estudió el dinero y sus
fluctuaciones en un escenario histórico en el que medio mundo se asombraba de
los descubrimientos españoles y del poderío de nuestras instituciones.
No podemos achacar estas
ausencias a la tradición anglosajona de esta ciencia social ni al endémico
retraso español porque el primer manual de economía de Alfred Marshall editado
en Cambridge, Reino Unido, solo data de 1890 y apenas unos años después, en
1916, nacen los primeros estudios universitarios de empresa en nuestro país con
la creación en Bilbao de la Escuela Comercial de la Universidad de Deusto, hoy
conocida como Deusto Business School. Más de 100 años de estudios superiores de
empresa en nuestro país y no hemos sido capaces de explicar a los cientos de miles
de egresados que los españoles estamos detrás del origen de la ciencia social
más importante que explica los fenómenos más relevantes de los últimos dos
siglos.
El veterano economista del
estado, Carlos Espinosa de los Monteros, Alto Comisionado del Gobierno de la
Marca España, y ex presidente de Mercedes-Benz explica muchos de estos olvidos
con esta frase atribuida al Canciller Bismarck al ser preguntado por el país
que más admiraba del mundo: “España. Porque los españoles llevan siglos
queriendo destruirla y no lo han conseguido. Lo que da muestras de su fortaleza”.
Ahora que las universidades
españolas no pasan por su mejor momento es imprescindible que recordar que a
pesar de que no tenemos ningún nobel de economía, detrás de una gran mayoría de
ellos está la influencia de los universitarios españoles de la Escuela de
Salamanca como Juan de Mariana o Francisco de Vitoria. Y que tampoco hace falta
viajar cinco siglos en el tiempo para encontrar referentes españoles en este
terreno que hibrida emprendimiento y universidad. Por ejemplo dos de los
grandes emprendedores de nuestros días, Amancio Ortega de Inditex y Juan Roig
de Mercadona, no solo han revolucionado sus industrias sino que han devuelto a
la sociedad parte de lo ganado con sus corporaciones a través de becas
universitarias, el primero y una magnífica escuela de negocios el segundo. Pero
tampoco ocupan los lugares más destacados de las noticias que dos de las
empresas de bandera de nuestro país, Telefónica y Banco Santander, poseen dos
de los programas de apoyo al emprendimiento más referenciados en todo el mundo.
La incubadora global Wayra de Telefónica es visita obligada en Madrid para
cualquier personalidad internacional del mundo económico que nos visita, como best practice de innovación abierta. Por
no hablar del fondo de inversión de Telefónica, Amerigo, que fue catalogado
hace unos años como el mejor venture
capital del mundo. Por último el proyecto Santander Universidades (que
sostiene el informe GEM) es la causa de que el banco español sea, según la
UNESCO, la empresa del mundo que más invierte en educación con convenios con
1182 universidades y centros de investigación de todo el mundo.
El acto de presentación del informe
GEM finalizó con el ranking de los países donde hay más emprendimientos, medido
por la tasa de actividad emprendedora (TEA por sus siglas en inglés). España no
aparecía entre los diez primeros. Pero estoy seguro que si preguntamos a los
cientos de investigadores de más de 50 países que forman parte de este informe
global que escriban una lista corta de países emprendedores, España con su
historia, sus empresas bandera y sus profesionales emprendedores, no faltaría,
a pesar de los españoles.
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