viernes, 18 de mayo de 2018

Blockchain "primus inter pares"



(este artículo se publicó originalmente en el diario Expansión el 16 de mayo de 2018)


Las redes «peer to peer»  o «entre pares» son una interconexión de diferentes ordenadores que comparten información entre ellos sin la necesidad de terceros. Esta forma de trabajar lleva décadas estudiándose en la computación aunque ha sido ahora cuando ha saltado a la fama. Es conocida por su acrónimo  en inglés P2P que alude a la idiosincrasia de la misma que no es otra que funcionar en pie de igualdad entre pares. Algunos ejemplos de este modelo son plataformas de compras en línea como Ebay pero también empresas como Spotify o Netflix que hacen la vida más fácil a sus usuarios debido a que usan esa tecnología P2P.

Estas redes no son nuevas, de hecho en el año 2000 la empresa Napster sorprendió a todo el mundo con su servicio de distribución de archivos de música que usaba la red P2P, con gran malestar en la industria discográfica. El asunto terminó en los tribunales y Napster indemnizó a los artistas por algo que hoy es considerado como la forma normal de escuchar música. Desde entonces suele asociarse a las P2P con redes que fomentan la piratería en internet, ya que periódicamente conocemos operaciones policiales para cerrar plataformas que usan este tipo de red por compartir ilegalmente películas, violando los derechos de autor. No obstante existen gran variedad de aplicaciones que utilizan el peer to peer para operar de manera legal como la empresa Skipe que ha revolucionado la industria de la telefonía aportando imagen además de voz, todo ello en Internet y sin costes para el usuario particular.

No son pocos los académicos que sitúan estas empresas que operan, gracias a las redes P2P, dentro de lo que se ha denominado como economía crowd. La madurez de la tecnología unida a la democratización en su acceso ha dado lugar en este momento a la aparición de estos nuevos modelos. Por ejemplo la economía colaborativa pero también la apuesta por la desintermediación del blockchain y todos los conocidos como crowd (crowdfunding, crowdsourcing o crowdlending entre otros). Precisamente por la profusión de nuevos modelos con el prefijo crowd y por lo gráfico que supone pasar de un sistema económico capitalista dominado por las grandes multinacionales a uno basado en la fuerza de la multitud, de muchos pares, que empoderados toman decisiones en clave económica, ha triunfado el término de economía crowd.

La cadena de bloques, como se acaba de mencionar, es otra expresión de lo anterior en el que a una red P2P se le une un protocolo criptográfico para conseguir una base de datos descentralizada inexpugnable. Ahora, por la influencia de una de sus aplicaciones más conocidas, el bitcoin que pasó de cotizar por cero doláres en 2009 a 20.000 en 2017, vuelven las voces que restan valor a su utilidad o incluso que la sitúan en la ilegalidad.

Por ello es momento de recordar que el blockchain, es una gran base de datos distribuida, replicada en millones de ordenadores –nodos- en el mundo, que registra la información en un bloque que se une al anterior en una secuencia inmutable. La información de cada bloque se registra con un hash - estructura criptográfica-. Esto permite que la información no se pueda manipular. Ni la información en sí misma, ni su secuencia. Es por tanto un sistema P2P, en el que todos los ordenadores conectados son iguales, lo que da lugar a un sistema descentralizado que funciona por consenso entre las partes, sin nadie que lo organice o dirija.

Más allá de su evidente aplicación en las finanzas, ya se está usando en la trazabilidad de bienes como diamantes, en el intercambio de energía, en las cadenas de suministro o en el voto electrónico. Y gracias a los smart contracts (programas informáticos que usando blockchain se ejecutan automáticamente cuándo se cumplen las condiciones escritas en código), podemos intercambiar títulos y valor directamente. Sin mediadores ni intermediarios. Es solo el comienzo. Gartner pronostica que las empresas podrían incrementar sus beneficios en 176.000 millones para 2025  utilizando esta innovación y prevé un crecimiento de más de 3,1 billones en 2030. Para Cisco en el año 2027 el 10% del PIB estará vinculado a blockchain.

“Primus inter pares”, es una expresión latina que ha llegado hasta nuestros días para referirse a aquel que lidera circunstancialmente una organización pero que se encuentra al mismo nivel que los que le eligen, sus pares. Por eso blockchain, ha de ser el “primus inter pares”, la primera gran apuesta de otras muchas innovaciones que va a requerir  un enorme esfuerzo conjunto de colaboración y sabiduría -tecnológica y regulatoria-, si queremos aprovechar todo su potencial.


Mirari Barrena es abogada fintech

Iñaki Ortega es director de Deusto Business School

No hay comentarios:

Publicar un comentario