(este artículo se publicó originalmente el día 25 de febrero de 2021 en el blog VidaSilver de IFEMA)
Con esto, la ciencia de la población lo
tiene tan claro que ha acuñado el concepto de “dividendo de longevidad”. Se
trata de una cohorte de personas entre los 50 y los 70 años que constituyen una
fuerza de trabajo potencial y que, en un momento determinado, puede hacerse
efectiva mejorando con ello la producción de bienes y servicios.
Un artículo de 2006 en la revista The
Scientist, escrito por cuatro experimentados investigadores de
universidades americanas, llamó urgentemente a ralentizar el
envejecimiento, ya que terminaría creando riqueza. Este nuevo concepto resumía
los beneficios que suponen para una sociedad los aumentos alcanzados en la
esperanza de vida; en concreto, defiende que “la gente se mantendrá más tiempo
en el mercado laboral, los ahorros personales aumentarán, bajará el absentismo
y habrá menor presión para el sistema de salud”.
A pesar de lo anterior, en nuestra
sociedad ha calado la percepción de que es una anomalía el empleo silver. Por
eso conviene recordar que muchos cientos de miles de mayores de 55 años
siguen trabajando por cuenta ajena, que otros ya son contratados puntualmente
para trabajos esporádicos en la gig economy, también conocida
como economía de los pequeños encargos. Cada vez más mayores se convierten en
emprendedores sin que la edad sea un impedimento para iniciar una nueva
actividad (de hecho, ya hay más emprendedores de más de 50 años que de menos de
30 años). Otro grupo importante desarrolla tareas de voluntariado, bien en el
seno de sus propias familias o en instituciones de proyección social; y muchos
desearían seguir realizando un trabajo formal, quizá a tiempo parcial, en el
mismo o en otro sector de la actividad empresarial y con un salario redefinido.
Pero como explica el experto Valentín
Bote, en nuestra mente sólo existen dos posibilidades, como si de computación
se tratase, el 0 y el 1, donde 0 es no trabajar y 1 es tener trabajo a jornada
completa con horario fijo. Tenemos que pasar página de ese anacronismo porque
en una larga vida tendremos varias carreras y, por lo tanto, nuestra relación
laboral será variada, con modalidades de trabajo semipresencial, teletrabajo o
para varios clientes. No seremos asalariados, sino que venderemos nuestros
servicios profesionales a varias compañías. En consecuencia, hay opciones más
allá del contrato a tiempo completo.
Desgraciadamente, este deseo, tan loable
como necesario, no encuentra en la sociedad, la empresa y los gobiernos la
suficiente sensibilidad. El dividendo demográfico que suponen los trabajadores
sénior no podrá serlo mientras no se eliminen algunos estereotipos respecto a los
trabajadores mayores, que un estudio de la Fundación Laboral
San Prudencio puede ayudar a echar por tierra.
Los sénior no son más absentistas, pero
sí son más disciplinados, no tienen resistencia a aprender cosas nuevas, ni son
menos productivos ni tienen más accidentes. En cambio, sí son más leales y
tienen más experiencia y ética en el trabajo. Por ello se necesita luchar
contra ese mantra que minusvalora el talento sénior, precisamente difundiendo
lo contrario. Empresas de todo el mundo contratan y promocionan a personas
mayores y han de conocerse esas buenas prácticas para que otros las sigan:
Carrefour en Francia, Mercedes-Benz en Alemania, Ikea en Suecia, ISS en
Dinamarca, Metlife en Estados Unidos, Hyundai en Corea o Toyota en Japón, pero
también Cuatrecasas y MAPFRE en España.
Esta tarea nos ha de implicar a todos y,
además, no tiene porqué ser aburrida. En nuestra mano está por ejemplo
promocionar el talento sénior y divertirnos con películas como El
Becario (2015), con Robert de Niro salvando una empresa con más de 70
años. Ojalá surjan más largometrajes como The company men (2010),
en la que Tommy Lee Jones reinventa con éxito su carrera profesional tras ser
despedido por su edad; o Sully (2016) con Tom Hanks
aterrizando de emergencia un avión repleto de pasajeros en el río Hudson el
mismo día que le jubilaban, a pesar de estar en plenas facultades. En España
hace un par de años Carlos Iglesias puso a los emprendedores
sénior en la agenda con @buelos (2019). Un paso más en la buena
dirección de visibilizar el empleo silver
Iñaki Ortega es director de Deusto
Business School y profesor de la UNIR
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