(este artículo se publicó originalmente en el diario Expansión el dia 25 de febrero de 2021)
Pero su liderazgo está amenazado.
Hay algo que otorga más certezas que el oro: el envejecimiento de la población.
Nadie puede dudar que el mundo vive un cambio demográfico radical. Cada año, en
cualquier parte del planeta, se vive más años y con más calidad. Hace un siglo
la esperanza de vida mundial no alcanzaba los 40 años y ahora supera los 70
años. Este año por primera vez en la historia de la humanidad hay más personas
mayores que niños; la población global de sesenta y cinco años en adelante es
un 10% (un 20% en Europa) pero se espera, según la ONU, que esta cifra se
duplique en 2050 y se cuadruplique en 2100. España es el corazón de esta nueva
certeza, somos junto a Japón el país más longevo y las previsiones dicen que le
superaremos en el 2030. Más de 15 millones de españoles tienen hoy más de 55
años y conforme a los datos del I Barómetro del Consumidor Senior la mayoría consideran
que tienen buena calidad de vida, apenas van al médico, se cuidan y son
optimistas con su futuro.
En España los datos demuestran
una ingente oportunidad que todavía no se ha aprovechado. Empresas y administraciones se han quedado
ancladas en un viejo “patrón oro” que no les deje ver las bondades de la
economía plateada. Siguen pensando, como en el siglo pasado, que la vida se
acaba a los sesenta años o diseñan sus campañas solo para jóvenes como si
viviéramos en la época del babyboom. Pero la realidad es bien distinta,
el I Barómetro de Consumidor Senior demuestra que la capacidad de compra está
mayoritariamente en los mayores. De hecho, un 53% tiene dos o más ingresos en
el hogar, un 56% ahorra todos los meses y un 90% tiene una vivienda en
propiedad que siete de cada 10 ya han pagado. Los séniors españoles
desconectados tecnológicamente son una minoría, en concreto dos de cada 10. En
cambio, un 58% usa la banca electrónica, un 49% compra por internet y un 41%
maneja las redes sociales diariamente.
Esta generación plateada demanda
nuevos productos y servicios en ámbitos como el ocio, la alimentación o la
vivienda. La oferta para los mayores de 55 años es escasa y sesgada. Los
agentes públicos y privados no han sido consciente de esta revolución
silenciosa que ha supuesto que en apenas unas décadas hemos ganado a la vida
quince años extras -por el incremento de la esperanza de vida- y pasado de sólo
un 8% de mayores al 19% actual. Una gran oportunidad, por ejemplo, para
atender- con nuevos operadores especializados o fórmulas novedosas basadas en
la propia vivienda- el deseo mayoritario de seguir viviendo en su hogar (un
81%) cuando la mayoría de las casas, dos de cada tres, no están adaptadas para
la dependencia. También para responder a sus deseos de cuidar la alimentación
(80%), hacer ejercicio físico (70%) con nuevos productos antiaging o una oferta
de ocio saludable a su medida. La pandemia no ha parado la cotización al alza
de la economía plateada, sino que ha evidenciado lo urgente de implementar esta
década nuevas fórmulas en el ámbito sociosanitario para atender los largos cuidados
que irán asociados a la longevidad.
Juan Fernández-Palacios es el director del Centro de
Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE e Iñaki Ortega es director de
Deusto Business School en Madrid
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