(este artículo se publicó originalmente el 1 de julio de 2020 en el diario La Información)
Una analogía entre el mundo animal y el de
la innovación ha servido para titular el informe que se ha presentado en el mes
de junio de 2020 sobre emprendimiento corporativo promovido por Santander
Universidades con un equipo de investigadores de varios centros españoles de
enseñanza superior. “Enseñando a bailar al elefante como una gacela”
pretende conseguir que las empresas “desaprendan” la cultura de rigidez propia
de una gran corporación en favor de una gestión ágil y un espíritu de
innovación.
En 2017 se conoció el primer informe sobre
este fenómeno del emprendimiento en las grandes empresas. En aquella ocasión se
tituló “Gacelas y Elefantes bailan sin pisarse” y también contó con el impulso
del CISE (Centro Internacional Santander Emprendimiento). Se usó la metáfora de
los animales inspirándose en el trabajo del investigador del MIT, David Birch,
en el cual los elefantes se correspondían con compañías que cuentan con un
tamaño que les procura seguridad y capacidad para conseguir ingentes recursos,
aunque se ven lastradas por pesados organigramas y procedimientos. Las gacelas,
por el contrario, son empresas muy pequeñas, jóvenes y vulnerables, pero gozan
de una agilidad a la hora de innovar que les permite dar grandes saltos y
alcanzar velocidades impensables para el elefante. El reto de ese informe fue
demostrar con datos empíricos y casos reales que estas dos especies tan
distintas podrían ensayar un baile sin que las gacelas -las startups- corriesen
el riesgo de ser apisonadas por los 5.000 kilos del paquidermo -las
multinacionales-.
Ahora la nueva entrega -firmado por Deusto
Business School, ICADE y la Universidad Autónoma de Madrid- analiza las
herramientas que hacen posible la colaboración entre emprendedores y grandes
empresas, además de actualizar con una nueva encuesta, la fotografía del
fenómeno del emprendimiento corporativo en nuestro país. El título del informe
alude de nuevo a los animales precisamente porque demostrado que han empezado a
danzar muchos elefantes con gacelas, urge enseñarle a perfeccionar su baile
para evitar pisotones de consecuencias irreversibles. De nuevo los profesores
firmantes se han apoyado en otro investigador, esta vez James Belasco de la
Universidad de San Diego State, que en 1991 utilizó este símil en su libro
“Enseñando a bailar al elefante” para enfatizar la necesidad de mantener vivo
el espíritu de innovación en las grandes empresas. Las grandes compañías se
comportan del mismo modo que los elefantes que raramente olvidan lo que
aprendieron hace muchísimos años. Las corporaciones tienen que olvidar una
cultura de gran empresa para volver a sentir el ansia de innovación de
una startup.
Por supuesto que los elefantes han empezado a bailar con gacelas, pero por
desgracia son pocos los que han perfeccionado esta danza. Los sucesivos informes
para España del Global Entrrepreneurship Monitor (GEM) que lleva años midiendo la evolución
del emprendimiento corporativo siguen mostrando un tono bajo del fenómeno en
nuestro país. Año a año, como incidió Adriana Tortajada directora de innovación
de Santander Universidades España no supera la cota del 2% de personas activas realizando
procesos intraemprendedores o lo que es lo mismo no crecen los empleados que
activan sus capacidades emprendedoras en organizaciones que promueven nuevos
productos o servicios, nuevas líneas de negocios o nuevas empresas con la
finalidad de generar valor y llegar a ser más competitivas. Estos indicadores
nos sitúan lejos de la media europea, que está por encima del 5%, o de EE. UU.
con un 8% lo que exige ir más rápido. Para ello el informe ha estudiado seis
herramientas de fomento de la innovación (corporate venture capital,
partenariado público-privado a favor del emprendimiento, intraemprendimiento,
aceleradora global y el crowdsourcing) así como seis buenas prácticas
seleccionadas (Ferrovial, Enagás, Telefónica, Ecoembes, MAPFRE y Repsol) que servirán de
inspiración para que muchos más elefantes aprendan, siguiendo los pasos de
otros congéneres, a bailar como gacelas. De esa manera muchas empresas
españolas podrán mejorar su capacidad de innovación.
El emprendimiento como vehículo para la innovación se ha convertido en uno
de los vectores de la nueva economía. Conscientes de ello, cada vez mayor
número de grandes corporaciones en todo el mundo están adoptando la forma de
pensar y los modelos de negocio de las startups como palanca de competitividad.
Incubadoras, aceleradoras o fondos de venture capital son algunas de las
herramientas que los responsables de innovación deben conocer y saber gestionar
para aprovechar las oportunidades de colaboración con startups. Al mismo
tiempo, las organizaciones tienen en sus manos canalizar el talento
intraemprendedor de sus empleados y aprovechar el impulso que el sector público
está dando al emprendimiento.
Pero no conviene olvidar que a pesar de que el emprendimiento corporativo
ha pasado en unos pocos años de ser una realidad desconocida en las grandes
empresas a convertirse en uno de los ámbitos de actuación más recurrentes en
cualquier plan estratégico, todavía queda mucho camino por explorar. Ante
un escenario cada vez más cambiante y competitivo, las empresas incumbentes han
visto en el emprendimiento corporativo una vía relativamente sencilla para
adoptar los exitosos modelos de innovación característicos de las startups, ya
sea tendiendo puentes de colaboración con éstas, mediante fórmulas de
innovación abierta, o promoviendo el espíritu emprendedor de sus propios
trabajadores, pero la tarea no es fácil y los fracasos superan a los éxitos.
Para llegar a estas conclusiones además de las bases de datos del informe
GEM, el estudio ha encuestado en el año 2019 a una muestra representativa de 58
grandes empresas, que supone más del 65% de la capitalización del IBEX 35 con
una facturación conjunta de 379.000 millones de euros. Las respuestas han
permitido concluir a los investigadores que el 84,5 % de las grandes empresas
promueve activamente el emprendimiento corporativo (una subida de cinco puntos
frente al 2017) o que el 86% de ellas fomentan la innovación abierta frente al
23% del anterior informe.
Las grandes compañías tienen una tendencia, casi genética, a comportarse
del mismo modo que los elefantes, no solo por su tamaño, sino por ser entidades
de costumbres que raramente olvidan lo aprendido en el pasado. Muchas
enseñanzas de antaño hoy ya no sirven; pero se siguen cumpliendo a rajatabla en
las organizaciones, sin asumir que la economía ha cambiado radicalmente hacia
una actividad sin apenas barreras de entrada y en la que las ventajas
competitivas ya no se derivan del tamaño sino de la capacidad de innovación.
Cuando una empresa decide abandonar su ritmo cansino y ponerse a bailar, está
aprendiendo a comportarse como un agente tan diferente como son las startups.
Bailando, los elefantes empiezan, por tanto, a parecerse a las gacelas.
Iñaki Ortega es director de Deusto
Business School y profesor de la UNIR. Ha sido el coordinador del II Informe de
Emprendimiento Corporativo en España.
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