(este artículo se publicó originalmente en la revista E-Health Trends el día 1 de diciembre de 2022)
Desde hace años nos tomamos el
pulso o la tensión en casa, pero ahora con un reloj inteligente sabemos además el
azúcar y el oxígeno en sangre, ya son habituales las consultas médicas por
teléfono y desde la pandemia por videollamada. La telemedicina y la
teleasistencia en el hogar han llegado para no irse ya nunca. Por eso se habla de
una salud líquida, que rompe la barrera física del hospital y se derrama por
doquier, como pusimos de manifiesto en el libro La Revolución de las Canas, el
presidente de Mapfre Antonio Huertas y yo mismo.
También podemos hablar de salud
líquida en la percepción que cada uno de nosotros tenemos sobre nuestra salud.
Hace unos años, la definición de estar sano era no estar enfermo. Y había una
frontera entre ambas situaciones, o estoy sano, o estoy enfermo. Hoy enfermo
saludable es un oxímoron, porque el concepto de estar sano ha evolucionado
hacia la sensación de estar o sentirse bien, es casi un estado de ánimo. Y así
la frontera se empieza a resquebrajar por los dos lados. Se resquebraja por el
lado de la enfermedad porque como reza un estudio a diabéticos sobre su estado
de salud, un porcentaje mayoritario de ellos declaraba sentirse totalmente sano
o muy sano. A pesar de su enfermedad. Y es que hoy, si se cumplen los hábitos y
las prescripciones correspondientes, muchos enfermos crónicos pueden llevar una
vida completamente normal. Y también se resquebrajan por el lado de la salud.
Antes empezábamos a cuidarnos cuando enfermábamos y, por ejemplo, la dieta era
algo que te recetaba un médico y que abandonabas cuando se acababa la
enfermedad. Hoy estamos más sensibilizados, y entendemos que hay que empezar a
cuidarse mucho antes y damos importancia a los hábitos saludables en alimentación
y ejercicio.
Otro ejemplo del concepto de
salud líquida tiene que ver con las personas que se dedican a esto. Hasta hace
poco, la salud era sólo tema de médicos y enfermeros. Pero ahora, con este
nuevo concepto de salud ampliada, se ha forjado el concepto de «profesionales de
la salud», en el que tienen cabida nutricionistas, fisioterapeutas,
entrenadores personales, expertos en antienvejecimiento y cuidadores.
Por último, esta salud líquida
supera los sectores económicos clásicos y ha irrumpido, por ejemplo, en el
turismo. Seniors que viajan para tratamientos “antiaging”, o miembros de la
conocida generación silver (por el color de las canas de su pelo) que demandas
largas estancias en hoteles para teletrabajar y disfrutar de ocio, pero
monitorizados a distancia de su colesterol y con un buen fisioterapeuta in situ
para seguir jugando al golf. Miren sino la brillante campaña de Turismo de
Canarias que ha presentado estos días en Londres dedicada a los silver.
En resumen, vivimos en un mundo
en el que la salud evoluciona rompiendo las barreras tradicionales. Y los
seniors son la punta de lanza de esta revolución. Una oportunidad innegable
para nuestro país.
Iñaki Ortega es profesor, doctor en economía y consejero
asesor del centro de investigación ageingnomics de la Fundación MAPFRE.
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