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lunes, 2 de marzo de 2020

Breve historia de un político francés


(este artículo se publicó originalmente el 27 de febrero de 2020 en el diario La Información)


Un joven y dinámico analista francés es nominado como candidato a alcalde de París por otro joven y dinámico financiero del mismo país. Ambos, atractivos personajes, forman parte de un joven partido que ha jubilado a la vieja clase política gala. Usando los códigos de la generación millennial, este nuevo partido ha acabado en Francia con la tradicional forma de votar, o bien a la derecha, o bien a la izquierda. Apoyado masivamente por los nacidos a partir del año 1980 -los menores de cuarenta años- este nuevo movimiento despierta también la ilusión de un electorado harto de los desmanes de la élite política.

Benjamin Griveaux y Emmanuel Macron son los nombres de nuestros protagonistas. Ambos participaron en la creación del nuevo movimiento político “En Marcha” que ha revolucionado la política en el país vecino. Benjamin acabó formando parte del Gobierno de la República de Francia que preside, aún hoy, Emmanuel. Pero, rápidamente deja su puesto de portavoz gubernamental para preparar el asalto a la Alcaldía de Paris, feudo de los socialistas durante la última década y quizás el último reducto de la vieja política.

“En Marcha” que comparte iniciales con Emmanuel Macron (toda una declaración de intenciones) ha tenido la habilidad de conectar de un modo increíble con el pueblo francés; en apenas un año desde su creación en 2016, gana las elecciones y corona a su líder como el presidente más joven de la historia de Francia. Su secreto reside, en parte, en utilizar los códigos de los millennials franceses, precisamente porque la nueva forma digital de comunicarse es tan potente que ha acabado contagiando al resto de generaciones. Todos hoy somos un poco millennials y Macron con su equipo supieron leerlo a tiempo. Me explico.


Los millennials y más aún los jóvenes de la generación posterior, los llamados Z, han forjado su personalidad, se han educado y socializado a través de Internet. Y el uso masivo que hacen de la red de redes ha hecho que la unidad de medida del tiempo se haya acelerado de tal manera que lo que las anteriores generaciones aspirábamos a tener en un mes, ellos lo tienen en un minuto. Música, amigos, compras, viajes se consiguen ahora casi de forma inmediata. Además, son irreverentes por naturaleza y se lo cuestionan todo, porque gracias a Internet acceden de modo inmediato a un conocimiento casi infinito. Pero lo más llamativo es que millennials y Z han tenido una increíble capacidad de contagiar esa inmediatez e irreverencia a los que no pertenecemos a su generación. De modo y manera que en estos momentos una gran mayoría de la población piensa, consume y hasta vota con la mentalidad millennial, en Francia y también en el resto del mundo.

Pero volvamos a nuestra breve historia, porque cuando toda parecía que iba sobre ruedas, el brillante candidato a la alcaldía de París anuncia -este mes de febrero- su retirada de la cita electoral, a raíz de la difusión de un vídeo de contenido sexual. Para complicarlo todo es un artista ruso, Piotr Pavlenski, asilado en Francia, quien reivindica la difusión de los documentos para denunciar la hipocresía de Griveaux. "Alguien que se apoya en la permanencia de los valores familiares, que dice querer ser el alcalde de las familias y pone siempre como ejemplo a su mujer y a sus hijos, pero es todo lo contrario”. Fin de la historia y de la fugaz carrera de nuestro protagonista.

La misma semana que sucedía todo esto tuve la suerte de acudir a una conferencia de Charo Sádaba de la Universidad de Navarra. La decana explicaba a los padres asistentes cómo gestionar los conflictos con nuestros hijos ante la todopoderosa llegada de la tecnología a sus vidas. Puso de manifiesto que Internet no es un parque de atracciones para nuestros hijos, sino que son muchos los riesgos que ella resumió en las tres Cs. A saber: contenidos, contactos y conductas. Materiales de alto contenido sexual que se intercambian con el sexting; delincuentes que se ocultan tras falsos contactos con el grooming y conductas de acoso con el bulling.

Inmediatamente la serendipia se apareció con toda crudeza al recordar la noticia de la dimisión del político francés precisamente por sextear, que así recomienda la Fundéu que se use el verbo sexting o el envío de contenido sexual vía Internet. Cómo es posible que el mago de la política francesa, que es capaz de llevar a El Elíseo a Macron por su capacidad de conectar con las nuevas generaciones “muera” probando su propia medicina. Con los mensajes a su amante demostró que aunque sabía ganar elecciones usando Internet, poco había aprendido de lo realmente importante. La red de redes como recuerda Sádaba es también una potente escuela para entrenar valores como la prudencia y la fortaleza.

Hasta aquí la breve historia de un político francés que no supo gestionar los riesgos de los nuevos formatos de comunicación. Griveaux también demostró que, a pesar de su brillante estrategia digital, todavía está en párvulos en saber usar Internet racionalmente.

martes, 9 de enero de 2018

El nuevo horóscopo. baby boomers, millennials y otros astros

(este artículo se publicó originalmente el 8 de enero de 2018 en el diario La Información dentro de la columna #serendipias)


Recuerdo cuando era niño leer los primeros días de enero el horóscopo en una de las revistas del corazón que mi madre compraba.  También los llamados periódicos serios reservaban espacio (y reservan) a explicar lo que nos iba deparar el nuevo año en función de la constelación de tu fecha de nacimiento. Pertenezco a la llamada generación de la EGB y todos los que estábamos en esa cohorte de edad no solo conocíamos perfectamente nuestro signo del zodiaco sino también el de nuestros padres, hermanos y hasta futuras novias. Cada vez que tocaba pasar por la peluquería, pero en especial en días como estos de inicio de un año, nos sorprendíamos leyendo en una revista, no sin cierto nerviosismo, si a los aries les iría bien en el amor o a los piscis en el trabajo y hasta si los sagitario deberían cambiar de coche.

Los años han pasado y el horóscopo languidece en la prensa y revistas. De hecho los chicos y chicas de menos de 20 años que no encuentran vinculación alguna entre un bolígrafo bic y una cinta de radiocasete tampoco saben situarse en el horóscopo como capricornio o escorpios.

Pero si en los ochenta estabas obligado a conocer los signos del zodiaco para participar en las conversaciones de sobremesa, hoy las nuevas constelaciones son las generaciones. De modo que si no quieres sentirte como un marciano charlando con amigos y primos o no entender nada en la prensa económica es preciso que sepas situar a tus seres más cercanos en alguna de las siguientes clasificaciones: los niños de la posguerra, los babyboomer, la generación x, los millennials y la generación z.
Esta semana me he tenido que frotar los ojos varias veces al leer “los babyboomers en 2018 tendrá que contratar sin falta un plan de pensiones para compensar su improbable jubilación”. O un artículo en el que se afirmaba que “los millennials en el nuevo año votarían masivamente al partido ganador de las últimas elecciones catalanas”. Por no mencionar un sesudo análisis según el cual “la generación z verá como la norma francesa de no poder usarse móviles en las aulas llegará a nuestro país con el nuevo año”. El nuevo horóscopo son las generaciones. Aquí tienes una guía rápida para situarte:

Los niños de la posguerra es un fenómeno plenamente español vinculado a nuestra contienda nacional. En otros países los nacidos en la década de los años 30 son conocidos como la generación silenciosa porque padeció la gran depresión del año 1929 que les enmudeció en sentido figurado. Pero en nuestro país nos referimos a los niños nacidos entre 1930 y 1948 que crecieron en los rigores de los años posteriores a la Guerra Civil española. El pan negro, las cartillas de racionamiento, los huérfanos y la enfermedad convivieron con esos niños que les hizo labrar una personalidad austera y trabajadora. Estamos hablando de 6 millones de personas hoy en día en España que superan todos ellos los 70 años de edad.

Los babyboomers o generación de la explosión de la natalidad. Son aquellos que nacen tras la Segunda Guerra Mundial animados por una sociedad que respira tranquilidad después de años de convulsión bélica. Especialmente en el mundo anglosajón se da un inusual repunte de la natalidad de modo y manera que estos babyboomers forman parte de la cohorte más numerosa de sus países y crecen con las aulas de sus colegios a rebosar.  En España el fenómeno se da aunque en menor medida y con un retraso de cerca de diez años respecto al resto de Europa y Estados Unidos,  comenzando a principios de los cincuenta al calor de la incipiente bonanza económica, los éxitos en la reducción de la mortalidad infantil y llegando hasta finales de los años 60. El éxodo del campo a la ciudad, la alegría del nuevo desarrollismo español con crecimientos medios anuales del 7% del PIB y el nuevo consumismo del seiscientos y el turismo nacional de playa, marcan la ambición de esta generación. Para el INE  son más de 12 millones los babyboomers, han ostentado todas las magistraturas del poder económico y político y a su vez representan el triunfo de la clase media en nuestro país.

La generación x. En álgebra el signo x se utiliza para representar una cantidad desconocida. No existe consenso sobre el origen del uso de la letra x para reflejar las incógnitas en las ciencias exactas. Se habla del matemático Descartes como propulsor en el siglo XVII  ya que en la imprenta esa letra era la menos usada. También como una traducción fonética del árabe del término “incógnita” por parte de españoles que estudiaron el algebra persa. En cualquier caso la x siempre se ha asociado al misterio o lo desconocido y en el siglo XIX se usó así para bautizar cuestiones tan dispares como los rayos x, esos rayos catódicos que eran una incógnita para los investigadores porque permitían ver a través de la piel. En el siglo XX  por ejemplo el activista de los derechos de los afroamericanos Malcom X, cambio su apellido de nacimiento por la x ya que quería representar la incógnita de su verdadero apellido africano perdido en los años de la esclavitud. En 1991 un libro firmado por el escritor canadiense Coupland con el título “Generación x” definió con esa letra a las nuevas clases medias americanas absolutamente desconocidas para el gran público. El término triunfó en los medios de comunicación para referirse a los jóvenes seguidores del canal de música MTV que eran a su vez los hijos de los babyboomers. Es decir los chicos y chicas nacidos entre 1965 y 1980. Sufrieron el esplendor del consumismo y la obsesión por el triunfo a toda costa de esa época. En nuestro país a causa de la dictadura franquista comienza un poco más tarde, a finales de la década de los sesenta con la apertura política. La componen en la actualidad más de 9 millones de personas y es llamada también la generación de la EGB, acrónimo para referirse a la educación obligatoria que cursaron. Son los últimos niños que aprendieron a jugar en la calle y los primeros que empezaron a jugar con las consolas. Conocieron los primeros ordenadores personales y llegaron a familiarizarse con la informática como herramienta habitual de trabajo pero la televisión para ellos se acababa a las ocho y media de la tarde con la familia Telerín y el famoso “Vamos a la cama que hay que descansar”. Protagonistas del final de una época en España en la que comenzamos a parecernos más al resto del mundo occidental, y asumen, esta generación x, con rapidez la obsesión, casi sin límites, por el éxito profesional  de sus pares europeos y americanos.

La generación y conocidos como los millennials. Tomando como referencia las cohortes de nacidos entre 1981 y 1993, se ha estimado en aproximadamente 7 millones el número de millennials en España, 80 millones en Estados Unidos y unos 1.700 millones en todo el mundo. Son conocidos también como la generación del milenio,  jóvenes que se han hecho mayores con el nuevo siglo. Tienen entre veinte y treinta años, han sido profusamente etiquetados como ninis, individualistas, narcisistas y aburguesados. También están los que les auguran la arcadia feliz con el teletrabajo o la vuelta al campo subsistiendo con un huerto y el trueque. Y por supuesto no fallan los augurios catastrofistas que les sitúan viviendo de las pensiones de sus padres o pidiendo la paga con 50 años. La realidad es mucho más compleja pero no puede obviarse a la hora de analizarles que son los inventores de la economía colaborativa, los defensores y practicantes de la vida sana y las dietas saludables, los protagonistas de las revoluciones que demandan democracia en medio mundo o los trabajadores digitales que nos permiten trabajar menos. Lo anterior no quiere decir que no les haya afectado la coyuntura. Muy al contrario, son nativos en la crisis. Su vida, especialmente la profesional, ha estado mediatizada por las depresiones económicas que han congelado su futuro profesional y les ha provocado una frustración que demuestran en su forma de ser.

La generación z también llamados los centennials, nativos móviles o posmillennials. Son los chicos y chicas nacidos en el periodo 1994-2010 con internet desplegado masivamente. Te adelanto que dominan a la perfección las herramientas de la nueva economía y la nueva sociedad en la que vivimos, porque no han conocido otra cosa desde que nacieron. Eso les otorga el poder del conocimiento lo que les ha hecho perder el respeto y por tanto comportarse irreverentemente con padres, jefes y profesores. Además de irreverentes, son innovadores, reclaman la inmediatez son  toda una incertidumbre. En número son más que los archiconocidos millennials. Son casi 8 millones según la estadística española y suponen algo más que el 25% de la población mundial, 2.000 millones de personas en el planeta Tierra.


Ahora piensa en tu compañera de oficina, en el informático que te arregla el ordenador, en la directora de tu oficina bancaria  o en tus nietos y prueba a situarles en la anterior taxonomía. Mucha suerte.