martes, 26 de enero de 2021

Lola Flores y los youtubers

(este artículo se publicó originalmente en el diario 20 Minutos el día 25 de enero de 2021)


Existe la posibilidad, remota, de que no te hayas enterado de lo que ha pasado con un tipo de apodo El Rubius cuya profesión es jugar y comentar videojuegos. Este chico forma parte de una nueva élite social y económica que son los youtubers. Jóvenes simpáticos que a través de internet graban videos o comentan en directo, generalmente juegos, pero también futbol, moda o música. Gracias a la democratización de la tecnología - todo el mundo puede tener un asequible dispositivo con una barata conexión- millones de personas les siguen en las diferentes plataformas como YouTube, aunque también Instagram, Twitter y ahora Twitch. Una espectacular audiencia, muy por encima de cualquier medio de comunicación convencional y además más fiel que ha provocado la migración de los anunciantes a estos canales. De modo y manera que chavales como TheGrefg o Lolito han pasado de tener una afición gamberra que les permitía abandonar estudios a ser literalmente multimillonarios. Pero con la fortuna también han llegado las obligaciones fiscales. España dispone de un sistema tributario progresivo, cuanto más ganas, más pagas. Al parecer cuando se explicaba esto en clase los youtubers no lo escucharon o se quedaron dormidos. Ahora han decidido que los impuestos para ricos -como ellos- son confiscatorios y que mejor pagar menos en Andorra, total está muy cerca, qué bonitas las montañitas, varios colegas ya tomaron la decisión y no han bajado en seguidores (ni en ingresos).

Hasta aquí lo que ya se sabía. Por eso propongo poner el foco no en ellos, su ética ya ha quedado retratada, sino en su público. En el caso de El Rubius son 39 millones solo en YouTube. Una gran mayoría jóvenes que quizás pendientes de la nueva actualización de Fortnite les ha impedido leer esta semana que tenemos el mayor paro juvenil o que sufrimos los peores datos económicos del continente. Entre esos millones de seguidores es seguro que muchos cientos de miles estén cobrando el desempleo, o estén en un ERTE o hasta que sean beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital. La cifra exacta, conforme a los últimos datos disponibles en España, es algo más de 6 millones de personas que viven de lo público, sin contar los trabajadores de la administración o los jubilados porque entonces las cifras de los que viven del erario alcanzarían los 20 millones. Hagamos unos cálculos sencillos, si un 40% de españoles depende del presupuesto público una gran parte de esa audiencia youtuber (o sus familias) también dependerá de los ingresos públicos que proceden de los impuestos. ¿Nadie, entre esos millones, lo habrá pensado? ¿nadie ha caído en la cuenta de que cuando sus ídolos se van, hacen más pobre y precaria a España y a sus seguidores? No hubiera sido más sencillo pedir como Lola Flores a todos sus fans una peseta para pagar a Hacienda. No. Mejor que siga la fiesta, aunque sea desde Andorra. Alguien pagará las facturas de sus seguidores.

Iñaki Ortega es director de Deusto Business School y profesor de la UNIR

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