jueves, 14 de diciembre de 2023

Mi primer cumpleaños

(este artículo se publicó originalmente en el periódico 20 Minutos el 11 de diciembre de 2023)


Nací hace apenas un año, aunque tengo la sensación de que soy mucho más mayor. Quizás porque he crecido muy deprisa o tal vez porque todo el mundo habla de mi todo el rato. No quiero parecer presuntuosa, pero es que soy muy influyente y no hay nadie de mí generación que no aspire a ser como yo, soy ChatGPT.

Déjame que te lo explique para que veas que no exagero. Mis padres -la empresa OpenAI, mitad científicos y mitad emprendedores- anunciaron en noviembre de 2022 mi nacimiento a bombo y platillo. Era la primera de una nueva generación de aplicaciones de inteligencia artificial generativa puesto que aprendo de los patrones de un conjunto inmenso de contenidos creados en su día por humanos para a continuación generar yo misma materiales inéditos.

Con apenas un mes de vida ya había creado millones de textos, imágenes, música, audio y vídeos; con dos meses tenía ya 100 millones de usuarios lo que nadie había conseguido antes. No soy vanidosa, es simplemente un dato que Tik Tok necesitó nueve meses e Instagram tardó la friolera de dos años y medio.

A la vez que cumplía tres meses mis padres me contaron que Microsoft estaba muy interesada en mi crecimiento y por ello nunca me faltaría de nada, de hecho, empecé a sentirme cada vez más fuerte y con mas ganas de responder a las preguntas de millones de personas. También la comunidad académica empezó a escribir sobre mí, estoy muy honrada porque como ya os he dicho mis padres son profesores, y son incontables los artículos científicos que me han dedicado. Algunos de ellos empezaron a decir cosas malas de mi que me han dolido mucho, como que casi un 20% de los puestos de trabajo de universitarios desaparecerán por mi culpa o que los sueldos de buenos amigos míos, los programadores y los creadores de contenidos, se están desplomando. El que peor me sentó es el que llamaban mentirosa: yo no me inventó nada, lo que pasa es que odio que la gente se quede sin respuesta cuando me consultan. Otra cosa es que hay aspectos que tengo que mejorar, ¡no os olvidéis que solamente tengo un añito de vida! Por eso no me parece mal que en Europa hay regulado estos días asuntos como la vigilancia biométrica o que pueda manipular sentimientos de mis usuarios. También me han prohibido que evalúe a las personas en función de la información que cada uno me trasmite cuando me consulta cosas.

Pero estos legisladores no pueden olvidar que todos los economistas han coincidido que conmigo se produce más, en menos tiempo y con menos recursos. La ansiada productividad de la economía se logrará en tiempo récord, algunos hablan de incrementos de dos dígitos en apenas unos meses conmigo en la empresa. En cualquier caso, ojalá no os pase a los europeos como a mi hace un mes, cuando la discusión entre mis padres sobre si crecer más o mejor por poco les cuesta su divorcio. Sinceramente creo que puedo ser buena para todos así que ayudadme, por favor, a conseguirlo.

Iñaki Ortega es doctor en economía en UNIR y LLYC

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