(este artículo se publicó originalmente en el periódico 20 Minutos el día 19 de diciembre de 2023)
Ha pasado mucho tiempo. Más de cien años, pero sigue muy vigente la frase que José Ortega y Gasset pronunció en la sociedad “El Sitio” de Bilbao en 1910. Para el filósofo madrileño en nuestro país la palabra “regeneración es inseparable de europeización” y por eso “Europa es (la) solución». Y como si todos los españoles leyésemos a diario sus obras completas, seguimos defendiendo -sea cual sea nuestra forma de pensar- que la solución a todos nuestros males reside en Europa. Quimera o no, esto concede a Europa una confianza que pocas instituciones tienen hoy en un país tan polarizado como el nuestro. Un rápido repaso igual ayuda a entender lo anterior.
Si pensamos en el medio ambiente, hemos confiado sin rechistar en Bruselas para que nos diga qué energías son las que hay que promover porque ayudarán al futuro del planeta. Aunque la famosa taxonomía europea de las energías limpias incluyese a la energía nuclear, nadie se movilizó por estos lares y en cambio sí hemos abrazado las renovables, el autoconsumo y el coche eléctrico con entusiasmo.
En las guerras recientes, sea en Ucrania o en Israel, los españoles hemos depositado en las instituciones europeas la esperanza de que terminen lo antes posible gracias a su capacidad de interlocución con las partes en conflicto y sobre todo con Estados Unidos. Un español al frente de la política exterior europea como Josep Borrell, sin duda ha ayudado.
Por supuesto que en lo que atañe a nuestro bolsillo llevamos décadas sabiendo que el rigor en las cuentas públicas lo marca Europa, estos días con la esperada vuelta a las reglas fiscales, y aunque suponga el final de muchos subsidios, nadie ha dicho ni mú. La política monetaria, en manos del Banco Central Europeo desde hace veinte años, también ha sido asumida estoicamente en nuestro país, con los tipos altos como ahora, como cuando eran negativos o como cuando se compraba deuda a espuertas. Qué decir de los fondos europeos que con Next Generation tras la pandemia han conseguido inéditos acuerdos en las Cortes Generales. Amén Jesús a todo lo que diga Europa en materia económica.
Por si fuera poco, hasta la solución al equilibrio de poderes de una democracia, esta temporada en la que el poder judicial se ve amenazado desde el resto de poderes, recae en Europa a la vista de las opiniones de unos otros. Una altísima responsabilidad que los españoles concedemos a nuestros socios continentales ante nuestra incapacidad.
La Inteligencia Artificial es la penúltima de las tareas delegadas desde aquí. El acuerdo de la semana pasada convierte a la Unión en la primera región del mundo que regula su uso protegiendo derechos fundamentales, sin frenar su desarrollo. No he oído queja alguna desde aquí, al contrario, muchas loas.
Pero ahora que se acercan las elecciones europeas del próximo mes de junio, conviene recordar otra frase genial de Ortega y Gasset “el equilibrio o balanza de poderes es una realidad que consiste esencialmente en la existencia de una pluralidad. Si esta pluralidad se pierde, aquella unidad dinámica se desvanecería. Europa es, en efecto, enjambre: muchas abejas y un solo vuelo». Así que marquemos la fecha en el calendario para votar ese día y así no fallar a nuestro universal pensador.
Iñaki Ortega es doctor en economía en UNIR y LLYC
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