(este artículo en su versión original se publicó en el periódico ABC el día 24 de mayo de 2023)
Durante más de 300 años el hoy
estado de Florida fue gestionado por el imperio español. De hecho, su nombre
fue puesto por el explorador Juan Ponce de León cuando en el año 1513 avistó
sus costas el día que se celebraba la Pascua Florida. Menos conocida es la
razón por la cual desembarcó que no era otra que encontrar la fuente de la
juventud eterna.
Jamás hubiera imaginado el
descubridor español que más de 500 años después España y Florida seguirían
unidas precisamente por la misma razón que le llevó a introducirse en los
manglares de la península norteamericana, lograr ser el mejor lugar del mundo
para no envejecer.
El estado de Florida es un símbolo
para los seniors americanos. Su favorable clima unido a las ventajas fiscales son
el sueño para cualquier persona mayor. Al mismo tiempo una potente industria
del ocio, pero también de los cuidados y la salud ha hecho que en algunas
ciudades la edad media sea más de 70 años y que la aportación al PIB estatal de
los seniors se acerque al 50%. Ponce de León nunca descubrió la fuente de la
vida, pero parece que los habitantes de La Florida sí lo han hecho.
Ahora los descendientes españoles
de aquel marino vallisoletano, podemos beneficiarnos también de esa fuente de
la juventud eterna. España tiene las mejores condiciones para ello con una
esperanza de vida de las cinco mejores del mundo, un excelente clima y mejor
dieta, así como unas infraestructuras a la altura del segundo destino turístico
del planeta. La resiliencia de nuestro sistema sociosanitario -puesta a prueba
en la pandemia- es el último elemento de esta fórmula mágica.
Pero esta posición de partida no
garantiza alcanzar el objetivo de convertirse en la nueva Florida del mundo.
Para ello urge tomar medidas en la dirección correcta que pasarían por el mayor
apoyo público-privado para la conocida como la economía plateada o economía
senior. Los mayores de 55 años ya suponen hoy en España más del 30% de la
población y aportan a la riqueza nacional por lo menos uno de cada cuatro
euros. También tienen en sus manos la mayoría del patrimonio y el consumo,
precisamente por disponer de una mayor renta que cualquier otra cohorte
generacional.
No obstante, es imprescindible
promover una industria de la economía plateada en España que genere empleo y
riqueza. Un nuevo sector económico a medio camino entre el turismo, los
servicios -como el ocio y los cuidados- y la construcción. De ese modo podría
diseñarse una oferta imbatible para atraer a los seniors de todo el mundo a
nuestro país. Sin duda, somos uno de los mejores países del planeta para
envejecer, ahora toca trasformar esa fortaleza en una fuente de bienestar.
Convirtiendo España en la nueva Florida, florecerían nuevos trabajos con nuevos
bienes y servicios para los mayores en campos como el antienvejecimiento o
viviendas adaptadas alejadas del actual modelo institucional de las
residencias.
Poner en marcha un país en esta dirección exigirá un gran pacto por la economía plateada que pasaría por diseñar un paquete de medidas desde las instituciones públicas. Medidas de carácter impositivo -vacaciones fiscales- para atraer a mayores de cincuenta años a nuestro país al estilo de las de Portugal o Grecia, que también aspiran a ser La Florida. Los nuevos nómadas no son solamente los jóvenes digitales sino seniors que buscan el mejor ambiente para envejecer y la competición por ellos es global.
Actuaciones en clave de nuestro mercado laboral serán
imprescindibles. El derroche de talento senior en España con tasas de actividad
20 puntos por debajo de nuestros pares europeos está lastrando nuestra riqueza
y la moral de millones de ciudadanos. Dejar en cero las cotizaciones sociales
de los seniors o garantizar el 100% de la pensión si se sigue trabajando más
allá de la jubilación irían en la línea adecuada para recuperar el tiempo
perdido.
Por último, un apoyo a esta
industria emergente con zonas francas para la economía plateada y el uso de los
fondos Next Generation para incentivar la migración de empresas de salud,
turismo, ocio y construcción hacia este vertical, sin duda ayudarían al
objetivo. Como defiende el experto inmobiliario Bruno Bodega, estos nuevos
modelos de vivienda favorecerían una jubilación amable -también financieramente-
para cualquier ciudadano europeo y gracias a nuestra experiencia en estos
sectores podríamos aspirar a ser la referencia del mundo en el diseño de
espacios para disfrutar las últimas décadas de la vida. Igualmente, los
cuidados -que todos acabaremos necesitando- deberían tener una deducción fiscal
y un impulso en el sistema educativo patrio como fuente de empleo asegurada.
España y Florida son dos penínsulas, tienen un PIB muy
parecido, pero nuestra superficie es el triple que la de ellos y en población
más del doble. Queremos y podemos ser como Florida, el lugar soñado para
retirarse. Conseguirlo está en nuestra mano y sus consecuencias cambiarían el
destino de España. Encontraríamos la fuente de Ponce de León cinco siglos
después.
Iñaki Ortega es consejero asesor del centro de
investigación ageingnomics de la Fundación MAPFRE
.
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