martes, 2 de mayo de 2023

¿Dejará de celebrarse el día del trabajo?

(este artículo se publicó originalmente el día 1 de mayo de 2023 en el diario 20 Minutos)

 

En todo el mundo, salvo en algunos países anglosajones, tienen el primero de mayo como el día del trabajo. Allá por 1886, en Chicago, una manifestación de trabajadores que reivindicaban la jornada de ocho horas finalizó en una masacre. La norma se acabó implantando ese mismo año en Estados Unidos y con la llegada del siglo XX, en el resto del planeta a la vez que se consagra el 1 de mayo como el día internacional de los trabajadores. En España es festivo oficial desde hace 92 años y las celebraciones han estado protagonizadas siempre por sindicatos y partidos de izquierdas.A la vista de cómo está evolucionando nuestra tierra, tengo mis dudas de que lleguemos al aniversario redondo de los 100 años en el año 2031. Habrá poco que celebrar y pocos que lo celebren. 

Hoy somos algo más de 20 millones los españoles que trabajamos, pero hay que decir alto y claro que cada vez trabajamos menos en nuestro país. No es una opinión sino una realidad puesta de manifiesto por las estadísticas oficiales.

ü  Primer dato: en España las horas medias trabajadas en el año 2023 han bajado respecto al año 2019.


ü  Segundo dato: una carrera laboral media española es de 34 años frente a los 42 de los suecos o los 37 de los portugueses.


ü  Tercer dato: somos el país europeo con una de las más altas tasas de desempleo de Europa (lo que incluye el paro juvenil pero también el paro sénior).


ü  Cuarto dato: apenas 6 de cada 10 españoles trabajan o buscan trabajo, frente a los 8 de Alemania o Países Bajos.


ü  Quinto dato: la edad de inicio del trabajo se ha ido retrasando (por encima de los 25 y debajo de los 29 años) porque se ha alargado la formación; pero la del retiro se ha adelantado situándose de media en los 62 años.

Además, millones de trabajos desaparecerán antes de 2030 por la digitalización. McKinsey ha pronosticado que con el actual desarrollo tecnológico la mitad de los actuales empleos podrán ser automatizados, es decir sustituidos por una máquina. En concreto han calculado que fruto de lo anterior en España alrededor de 1,6 millones de trabajadores se verán empujados a cambiar de ocupación, incluyendo 1,4 millones obligados a un cambio total de ocupación y categoría. Estos analistas creen que cinco millones de españoles verán como su empleo ya ni existe en el 2030.

La tendencia es clara, cada vez queremos trabajar menos y cada vez habrá menos trabajos. Y qué decir de las cifras de afiliación de los sindicatos convocantes del primero de mayo y de los asistentes a las manifestaciones. Según un estudio de la OCDE, en España la afiliación sindical no ha dejado de caer en las últimas décadas siendo uno de los países desarrollados con menor tasa de sindicación. En cuanto a las movilizaciones del primero de mayo basta con echar un vistazo a las fotografías de las movilizaciones de los años 80 para sacar conclusiones.

Poco ayuda un país como el nuestro cada vez más polarizado, en el que abanderar desde una posición ideológica una causa supone el rechazo inmediato de la otra parte. Unirse a una manifestación del primero de mayo para la mitad de la población española sería imposible, no porque no apoyen las demandas de ese día sino porque se sentirían agredidos por los lemas y pancartas de las marchas.

La única esperanza que nos queda para seguir celebrando el primero de mayo es que fallemos en las previsiones. Que la tecnología cree más empleos porque nos formamos más y mejor. Que los españoles decidamos trabajar más para poder financiar mejor nuestra vejez y el desarrollo de nuestro país. O que la política no manche las causas justas como la del trabajo. Soñar es libre (por ahora).

Iñaki Ortega es doctor en economía en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y en LLYC

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