(este artículo se publicó originalmente el día 5 de marzo de 2018 en el periódico lainformacion.com dentro de la columna semanal #serendipias)
El pintor Amadeo Modigliani pasó a la historia por sus
retratos y desnudos muy característicos, con rostros y cuerpos alargadísimos. Contemporáneo
de Picasso protagonizó la efervescencia cultural del París de los primeros años
del siglo pasado. Es considerado uno de
los más importantes artistas modernos, de hecho sus esculturas y cuadros han
alcanzado las más altas pujas en las subastas de arte durante los últimos años.
Pero para los economistas
hay también otro célebre Modigliani. Franco Modigliani no solo comparte
apellido con el pintor sino también nacionalidad y familia judía. El profesor
Modigliani fue galardonado con el premio Nobel de Economía del año 1985 por su
teoría del ciclo vital. Desde su cátedra del MIT explicó que los ingresos de un
individuo a lo largo de su vida tienen forma de campana, bajos al inicio, altos
en la edad central y de nuevo bajos tras la jubilación. De modo y manera que el
ahorro total de una economía está por tanto determinado no solo por factores
económicos sino también por factores demográficos como la estructura de la
pirámide poblacional o la esperanza de vida.
Modigliani, el pintor, falleció prematuramente en el año 1920
a los 35 años en París por una meningitis tuberculosa que le torturó los
últimos años de su vida. Modigliani, el economista, murió apaciblemente en 2003
a los 85 años a las afueras de Boston después de una larga carrera académica en
las más prestigiosas universidades americanas.
Quienes leen semanalmente esta columna conocen mi afición por
las serendipias, aquellos “descubrimientos” que se obtienen de modo
casual. Casual es que ambos Modigliani tengan
el mismo apellido, que naciesen en Italia, que fuesen judíos, que estudiasen en
París. Pero parece causal que ambos fuesen perseguidos por su obra en
diferentes momentos de la historia europea, el pintor por escandalizar con sus
desnudos y el profesor por su denuncia del fascismo. No obstante “el
descubrimiento” que da sentido a mi reflexión de hoy no trae su causa en lo
anterior sino que tiene que ver con la edad, el año y la razón por la que
fallecen ambos personajes de idéntico apellido. Si aguantan hasta el final del
artículo descubrirán la serendipia.
Conviene, primeramente, repasar la teoría del ciclo de la
vida del profesor Modigliani (1966). A los efectos de las decisiones de los
agentes económicos, la vida puede dividirse en tres fases: la etapa previa al
inicio la vida laboral, la etapa de actividad laboral, y la etapa de retiro. En
la primera de ellas, el nivel de ingreso es inferior a las necesidades de
consumo, las cuales se financian a través de crédito o transferencias
familiares (des-ahorro). En la segunda etapa, llamada de vida laboral, el
ingreso permite cubrir las necesidades de consumo y mantener un excedente bajo
la forma de ahorro. Y en la tercera fase o etapa de retiro se presenta un
proceso de des-ahorro mediante el cual el individuo emplea el ahorro generado
para satisfacer las necesidades de consumo que de otra forma sus nuevos niveles
de ingreso (menores a los obtenidos durante la etapa de vida laboral) le
impedirían alcanzar.
Estos días donde el debate público ha girado en relación a
las pensiones, el esquema
de Modigliani es útil, también, para vislumbrar que los efectos que tiene la
irrupción de la longevidad hacen inviable algunas de las propuestas que hemos
conocido.La longevidad, es decir el fenómeno por el cual los humanos alcanzamos
edades muy avanzadas, plantearía una distorsión del ciclo de la vida de
Modigliani de modo y manera que el monto del ahorro generado a lo largo de la
etapa laboral podría terminar resultando insuficiente para sostener el ritmo de
consumo en la parte final del ciclo de vida. Es un hecho incontestable que
cuando nacieron los sistemas actuales de pensiones, sistemas de reparto en los
que los trabajadores pagan las pensión de los retirados, la supervivencia más
allá de los 65 años era de apenas 8 años, hoy en España van en camino de los 15
e incluso alcanzará en breve los 20 años. En 1916 en Alemania se rebajó la edad
de jubilación a 65 años, muchas cosas han cambiado en los últimos 100 años
salvo esos 65 años que siguen vigentes. Conforme a datos de INE, OCDE y ONU,
los años efectivos de percepción de la pensión en nuestro país superan los 23,
lo que ilustra el esfuerzo titánico de ahorro que ha de hacerse durante la vida
laboral para sostener tantos años de jubilación.
Pero más útil todavía es recordar que la esperanza de vida en
el año que muere el pintor era de 40 años frente a la de casi 80 años cuando
fallece el profesor. Amadeo Modigliani murió porque todavía no habían llegado
los exitosos tratamientos para enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la
viruela o la polio. El descubrimiento de esas vacunas y antibióticos explican
que si hablásemos de un tercer Modigliani, de nombre Daniela, esta vez nacida
en el año 2000, tendría una esperanza de vida de cerca de 100 años. Los
sistemas de pensiones aguantaban en el año 1920 perfectamente porque había
muchas personas como Amadeo, probaron su fortaleza con muchos ancianos como Franco
pero reventarán, si no hacemos nada, con Daniela.
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