(este artículo fue publicado originalmente en la revista Bez el 13 de junio de 2016)
Cuando creías que ya lo sabías todo
porque te enteraste que los millennials
no son lectores empedernidos de la saga de novelas Millennium de Stieg Larsson,
ha aparecido una nueva generación, la llamada generación z, que te ha vuelto a
dejar anticuado.
Los millennials también conocidos como
la "generación y" son aquellos jóvenes nacidos entre finales de los
setenta y mediados de los noventa del siglo pasado; su diferente forma de
comportarse como empleados y consumidores hizo sonar todas las alarmas en las
grandes empresas de medio mundo. Se les ha analizado desde todos los puntos de
vista: cómo viajan, qué leen, si ahorran o no, su ocio, qué estudian y hasta
qué comen. Pero el tiempo pasa inexorablemente también para esos jóvenes y ya
está aquí la siguiente generación, son los nacidos entre 1994 y 2010. Y de
nuevo son objeto de estudio porque como reza la sexta acepción de la palabra
generación en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, son una cohorte
de edad que han recibido una misma educación e influjos culturales que les ha
hecho tener unos comportamientos afines.
La generación z, a diferencia de los
millennials, se han educado y socializado con internet absolutamente
desarrollado en sus casas y en los móviles de sus padres, con libre acceso para
ellos desde que tienen uso de razón: son los verdaderos nativos digitales. En
la red han encontrado respuestas a sus preguntas sin recurrir a padres o
profesores y eso les ha llevado a ser autodidactas frente a la obsesión de los
títulos académicos de la “generación y”.
A un clic tienen acceso a todo el conocimiento del mundo y además de la
mejor forma que nunca antes se había dado: los tutoriales han jubilado las
clases magistrales. Es por ello fácil de entender su irreverencia con la
autoridad ya sea paterna, docente o incluso profesional. Poner en cuestión lo
que dicen sus mayores ya no es un rasgo de inmadurez sino que es la forma de
ser de una generación que sabe que domina las herramientas de la nueva economía
y del nuevo mundo que ellos van a liderar.
Trabajar es un medio y no un fin en sí
mismo, de modo y manera que a lo largo de su vida serán freelance, otras veces trabajadores por cuenta ajena y también
buscarán meses sabáticos para disfrutar de un ocio cada vez más barato. Recientemente
hemos conocido la encuesta a realizada a 8000 jóvenes por GAD3 con la Fundación
Axa, los universitarios españoles quieren emprender cuando terminen de estudiar
y por primera vez es una opción que compite con trabajar en una gran empresa o
ser funcionario. Esa precocidad para el emprendimiento contrasta con los
millennials que esperaban a tener experiencia y bastante más de 30 años para
crear su primera empresa según nos dice el informe Global Entrepreneurship
Monitor (GEM).
La inmediatez es también rasgo
característico de estos adolescentes aprendida en su uso compulsivo de redes
sociales y en la capacidad de las nuevas multinacionales, las llamadas GAFA
(Google, Apple, Facebook y Amazon) a responder rápida y eficazmente a sus
demandas.
Esta generación ha dejado obsoleto el
lema de la innovación de estos años "think out the box" porque la
caja del conocimiento se ha roto, se ha dispersado libremente por la red y los
jóvenes que están saliendo de las universidades tendrán que construir su propia
caja, elegir e hibridar sus conocimientos y ser polímatas, tener varias
habilidades. No es ciencia ficción y hoy ya para ser periodista hay que saber
de tecnología como nos recuerda la revista Forbes y los periódicos de Vocento
que ya utilizan robots para muchas de sus informaciones. Los nuevos abogados y
consultores además de leyes y economía tendrán que dominar el mundo del hacking y las nuevas monedas basadas en
la tecnología blockchain.
Agricultores que aplicarán algoritmos para que sus tractores sean autónomos o
banqueros que utilizan la robótica para invertir el dinero de sus clientes. Qué
decir de los profesores que ya estamos cambiando la tiza por las flipped classroom y los MOOCs.
Estos cambios se notan ya en las
empresas. En poco tiempo hemos pasado de grandes corporaciones exigiendo a sus
empleados la trasformación digital, a trabajadores de la “generación z” exigiendo
a sus empresas herramientas para poder aplicar todo su talento de nativos
digitales. En plena década del masivo desempleo juvenil uno de los grandes
problemas es la atracción y retención del nuevo talento. Los estadísticos e
informáticos tienen tasas de empleabilidad total y los dobles grados en
matemática y física han arrasado este año entre los chavales que quieren
empezar la universidad.
Vivimos tiempos de cambios rápidos y profundos así que si todavía crees que estás a la última porque has aprendido a usar Facebook y estas enganchado a Whastapp… te recomiendo que hables con chicos y chicas que están estudiando en la universidad ahora mismo, así lo hemos hecho en Deusto Business School y Atrevia en nuestra reciente investigación "Generación z. La última generación". Te sorprenderá saber que para ellos Facebook es cosa de padres porque “lo que de verdad funciona es Snapchat”.
Iñaki Ortega es doctor en economía y profesor de Deusto
Business School, en 2014 publicó el libro ”Millennials, inventa tu empleo”
(Ediciones UNIR)
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