martes, 28 de junio de 2016

Ecosistema versus Egosistema

(este artículo se publicó originalmente en el periódico Expansión el  27 de junio de 2016)



El término ecosistema proviene de la biología y fue acuñado en 1930 por el botánico inglés Roy Clapham. Un ecosistema es un sistema de organismos vivos interdependientes que comparten el mismo hábitat.‎ La gran aportación del concepto a la ciencia de la naturaleza residía en la interrelación de los organismos que viven en el sistema; si se rompe un eslabón de esa cadena es muy difícil recuperar el equilibrio y afectará seriamente a su sostenibilidad.

La literatura económica ha incorporado ese concepto para explicar las características de los territorios más dinámicos. En coherencia con la escuela institucionalista del premio Nobel de economía Douglass North, los países con ecosistemas emprendedores egresan continuamente nuevas empresas con capacidad de crecer y crear empleos, innovando en bienes, servicios y modelos de negocio. Y lo hacen porque los gobiernos, instituciones de conocimiento y grandes empresas orquestan sus actuaciones para conseguir más actividad emprendedora en el país.

Los ecosistemas de la naturaleza son una serie de cadenas de interdependencia. También en economía. Por ello, cualquier programa de fomento en materia de emprendimiento ha de fortalecer el ecosistema y no romper el equilibrio entre sus agentes. Actuar buscando el rédito a corto plazo y el protagonismo unilateral es síntoma de que no se está respetando ese equilibrio sino que al contrario, del ecosistema estamos migrando a un egosistema.
Como documenta todos los años desde 1999 el informe GEM, actualmente ya en más de sesenta países, el cambio tecnológico y la innovación de la mano de los emprendedores son las formas principales en que la civilización ha progresado a lo largo de la historia.

GEM recomienda como de vital relevancia estudiar el ecosistema emprendedor, o lo que es lo mismo analizar la fotografía de las condiciones del entorno para emprender de cara al diseño de las actuaciones de las instituciones en este terreno. Los 36 expertos entrevistados este año en el informe español han vuelto a poner de manifiesto en una puntuación de 1 a 5, que seguimos por debajo del 3, y pese a una ligera mejoría todavía es difícil emprender en nuestro país.

En 2011, coincidiendo con la larga campaña electoral que llevó a Mariano Rajoy a ser presidente, irrumpió en la agenda pública de España el emprendimiento y los emprendedores. Desde entonces es difícil encontrar un gobierno, fundación, gran empresa o incluso un medio de comunicación que no haya lanzado un programa de apoyo a startups.

Pero todavía vamos muy lentos. El informe GEM  de 2015 sitúa en 5,7 la tasa de actividad emprendedora en nuestro país frente al 11,9 de USA o el 8,5 de media de las llamadas economías basadas en la innovación. Precisamente por el unilateralismo en las actuaciones que he bautizado en estas líneas como egosistema emprendedor. Una docena de leyes autonómicas‎ para apoyar a los emprendedores sin coordinarse entre ellas. La obsesión por patrimonializar el concepto de emprendimiento en los autónomos enfrentándolo a las llamadas empresas de base tecnológica. La persistencia y creación de grandes infraestructuras para la innovación desconectadas‎ de los emprendedores y sus necesidades.

La sobreactuación sin el mínimo análisis previo motivada por la agenda política o económica. El autismo de las grandes empresas a la hora de colaborar en sus programas de emprendimiento corporativo. La continua promoción de espacios para emprendedores desde lo público en claro ejercicio de competencia desleal. La inexistencia de una gran fundación público-privada al estilo de Startup América impulsada por el presidente Obama con la ayuda de las más importantes empresas americanas. La utopía de disponer de una auténtica unidad de mercado‎ es también otro ejemplo de actuaciones en contra del ecosistema.

No obstante soy optimista porque en materia de emprendimiento hay mucho más que nos une que lo que nos separa. Esta primavera un grupo de profesores de Deusto e ICADE Business School estudiamos los programas electorales de las cuatro principales fuerzas políticas y constatamos que es unánime el apoyo a esta figura. Eso mismo explica que Barack Obama haya decidido que su visita de julio a nuestro país esté dedicada a un tema que genera unidad y orgullo en España y USA: los emprendedores.

Por todo lo anterior las elecciones del 26 de junio son una oportunidad para recuperar ecosistema y huir de un egosistema donde sólo se piensa en los intereses particulares sino, como en las cadenas de la naturaleza, ser capaces de alinear todos esos intereses para lograr un país donde sea más fácil crear una empresa, escalarla y así crear empleo, riqueza y bienestar.


Iñaki Ortega es profesor de Deusto Business School e investigador del Global Entrepreneurship Monitor (GEM)


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