(este artículo fue publicado originalmente el día 19 de enero de 2018 en la revista Claves de Comunicación)
Cada año generamos más contenidos
que todos los que se habían creado en 2.000 años de civilización.
Recientemente, unos científicos cuantificaron la información disponible. Para
medir esa ingente cantidad de información usaron zettabytes. Si no sabes qué es
un zettabyte no pasa nada, quédate con que es sinónimo de alta capacidad. El
prefijo de los zettabyte coincide con el nombre con el que se conoce a la
cohorte de chicos y chicas educados con internet en sus hogares. Es decir, la
llamada generación z, los nacidos a partir de 1994, fecha consensuada por los
informáticos como el inicio del internet moderno. Irreverentes, inmediatos, son
toda una incertidumbre para las marcas y empleadores, pero también para sus
padres y profesores. Un zettabyte es un 1 byte seguido de 21 ceros. Está
demostrado que a partir de cierta cantidad de ceros nuestra mente es incapaz de
poner en perspectiva una cifra tan elevada. Si no entiendes los zettabytes pero
tampoco a tus colegas de trabajo y clientes más jóvenes te animamos a que leas
nuestro nuevo libro sobre la generación z.
“Nunca consideres el estudio como
una obligación, sino como una oportunidad para entrar en el mundo del saber”.
La frase, atribuida a Eisntein, no fue nunca tan cierta como con la generación
que ha dejado antiguos a los millennials.
Los chicos y chicas que hoy tienen veinte años no han considerado la tecnología
como una asignatura, a diferencia de los que superamos la treintena. Para
ellos, los conocimientos técnicos en programación, por citar un ejemplo, no
suponen una obligación sino una expresión del mundo en el que se desenvuelven
desde que tienen uso de razón. Si quieres comunicarte con ellos has de hablar
su idioma, y su idioma hoy es la tecnología. Los expertos insisten en que entre
2030 y 2050 la ficción se hará realidad y la inteligencia artificial superará
al ser humano. La automatización está penetrando en actividades tan humanas
como el razonamiento o la percepción, desplazándose, por tanto, desde el sector
manufacturero al de servicios. El blockchain
dejará sin trabajo a los notarios. Los chatbots
están ya vaciando de personal los departamentos de atención al público. La
impresión aditiva cambiará la vida de las factorías. Por ello y volviendo al
principio de esta brve reflexión basta con que recuerdes que zettabytes es una
medida para almacenar datos y que además sus primeras letras son el apelativo
con el que se conoce a una nueva generación. Ambos, esa medida y esos jóvenes
son sinónimos de altas capacidades y ambos no se explican sin la importancia de
los cambios tecnológicos. Así que no habrá más remedio que abrazar la
tecnología de la mano de la nueva generación de clientes, empleados y
ciudadanos.
Nuria Vilanova es presidenta y fundadora de ATREVIA
Iñaki Ortega es profesor y director de DEUSTO BUSINESS SCHOOL
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