jueves, 16 de octubre de 2014

De ninis, millennials y otras leyendas urbanas

(este artículo fue publicado simultaneamente en los periódicos La Rioja, Diario Hoy, El Norte de Castilla y La Verdad el día 15 de octubre de 2014)

“Ayer estuve en un bar con amigos, era como un grupo de whastapp pero nos veíamos y tomábamos copas. Es el futuro”  Twitter, septiembre 2014

Desde que en mayo de 2013 la revista Time dedicó su portada  a los millennials con la leyenda “Me Me Me Generation” rematada en su interior con afirmaciones del tipo de “son perezosos, narcisistas y todavía viven con sus padres” se desencadenó toda una serie de leyendas urbanas alrededor de la generación del nuevo milenio.


Ni estudian, ni trabajan. Son ninis que como en la película de León de Aranoa pasan “los lunes al sol” y según parece también el resto de la semana. La lacerante tasa de desempleo juvenil  y el retraso en la edad de emancipación han llevado a que muchos jóvenes terminen sus estudios y sigan viviendo en casa porque no tienen trabajo. Pero de ahí a considerar que aquellos que han nacido en los 80 y 90 no hacen nada hay un trecho.  Precisamente esta generación no es la que dejó de estudiar por trabajar al albur del boom inmobiliario; ni tampoco son ellos los que despreciaron ser emprendedores por la estabilidad de la función pública. Fueron las generaciones anteriores las obsesionadas por ser funcionarios y las del abandono escolar por el dinero fácil del ladrillo. Los millennials, no vivieron todo eso porque han crecido con la crisis, están superpreparados como ha puesto de manifiesto recientemente la Universidad de Deusto al comunicar que nunca hubo tantos doctores como ahora. Es esta la cohorte de edad que mejor asume la aventura de emprender, aseverado por el informe GEM y son ellos los que están empujando con sus startups a que las grandes empresas innoven. Es el caso de Luis Iván Cuende con 17 años explicado en su libro “ni estudio ni trabajo…monto empresas y hago lo que me gusta”.

Frívolos y egocéntricos. Bailan twerking esa modalidad de baile que consiste en mover las nalgas en distintas direcciones que practican celebrities como Miley Cyrus o Rihanna; se fotografían continuamente y cuelgan sus selfies  en redes sociales como Instragram.  La realidad es que la también llamada generación Y se divierte de un modo más sano que las anteriores con la fiebre del running o aficiones como el parkour y tribus como los surfers o rollers que exigen estar en plena forma. Son los millennials los que movidos por la necesidad y sus convicciones han inventado la economía colaborativa que  con la ayuda del internet de las cosas, como dice el economista Rifkin, nos convertirá a todos en prosumidores (productores y consumidores a la vez).

Snobs y sin compromiso social. Les preocupe estar a la última moda al extremo de convertirse en anoréxicos o en seguidores de la dietas mas cool como los paleos que comen lo mismo que el hombre en la Edad de Piedra. No les interesa la política ni participan en las ONGs como las generaciones anteriores. La verdad es que los millennials no inventaron la comida basura sino sus padres y son ellos los que están patrocinando la filosofía slow food o el “hazlo tu mismo”. Por último, nada mejor que la imagen de las calles de Hong Kong tomadas por miles de jóvenes adolescentes enfrentándose a la dictadura china para demostrar la falacia de esa supuesta pasividad social.


El mundo está cambiando mucho y muy rápido pero eso no nos puede llevar a estigmatizar a la generación del milenio solo por no entenderla. Estamos a tiempo de rectificar al igual que lo ha hecho recientemente el periodista que lo inició todo con su artículo en TIME “son la generación que nos va a salvar, son optimistas y quieren ser vistos pero no dominar a todos. Son emprendedores sin afán de poder”

Iñaki Ortega es doctor en economía y profesor de universidad.

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