Este artículo se publicó originalmente en la revista Capital el 4 de octubre de 2021
Un reciente informe de Randstad
afirma que la gran mayoría de empresas, un 64%, tienen problemas para contratar
talento senior. Y al mismo tiempo otro estudio de Adecco constata que un 40% de
los profesionales de recursos humanos descartan automáticamente los currículos
de los mayores de 55 años.
Pero que los adultos mayores sigan aportando a la economía española no es motivo de satisfacción plena ya que este MAPA ha demostrado que más de medio millón de seniors queriendo trabajar no pueden hacerlo. A su vez, la mitad de los desempleados senior llevan más de dos años sin trabajar. Las cifras de parados senior casi se han triplicado desde 2008. También las tasas de emprendimiento senior están por debajo de las de otras cohortes de edad y lejos de nuestros pares europeos. Emprender o trabajar por cuenta propia en muchas ocasiones es la única vía para seguir activo siendo senior en España. Por último, se ha detectado una consolidada tendencia de los seniors a abandonar prematuramente el mercado laboral, en algunos casos puede llegar a producirse a una edad tan anticipada como los cincuenta y pocos años lo cual alarga el periodo de ociosidad a más de 30 años, un tiempo equivalente o incluso más largo al de la actividad.
No hay excusas para tomar no decisiones urgentes que permitan que el talento senior aporte más y mejor a la economía española. Pero esta llamada de atención no afecta solamente al sector público que establece el marco del mercado laboral sino también a las empresas, a los representantes de los trabajadores y a los propios seniors.
En este MAPA se han recomendado una serie de reformas a la administración que pasan por hacer viables “segundas carreras” como autónomos de muchos seniors, después de recibir un salario durante la mayoría o la totalidad de la vida laboral. Pero también han de desincentivarse las prejubilaciones y la jubilación anticipada y promover la jubilación activa para que sea compatible el trabajo y la pensión.
Los representantes de los trabajadores han de entender que alargar la vida laboral de los seniors no lesiona a los más jóvenes. No hay suficientes efectivos jóvenes para el relevo generacional y disponer de más seniors trabajando es garantía de mayores ingresos para el estado del bienestar.
Iñaki Ortega es profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y consejero asesor del centro de investigación ageingnomics de la Fundación MAPFRE
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