Es habitual que los economistas nos inspiremos en
animales para conseguir analogías que expliquen sucesos complejos. Los cisnes
negros (animales que predicen una catástrofe) han sido mencionados estos días
ante la posibilidad de un acuerdo político en España que nos lleve al
populismo. Los dragones asiáticos en los años 90 del siglo pasado eran los
emergentes países del sudeste asiático que competían sin complejos con las
potencias occidentales. Hoy te quiero hablar de un animal menos siniestro pero
que tienes que conocer, te interese o no la economía, porque puede que acabes
trabajando para ellos.
Un unicornio es un animal mitológico que se representa
generalmente con cuerpo de joven caballo blanco además de con un gran y afilado
cuerno que sale de su cabeza en la que también caben unos hermosos ojos azules.
En ocasiones se le menciona con patas de antílope, cola de león y cabeza de
chivo, pero siempre tiene un único cuerno que le da sus poderes porque le
permite ser inmortal e invencible en la lucha. Desde antes de Cristo se ha
documento el carácter milagroso de su cornamenta y los poderosos de todas las
épocas han buscado beber pociones hechas con ese cuerno para alcanzar la vida
eterna.
Pero hoy, en el mundo empresarial, un unicornio es una
compañía muy poco común que consigue en los tres primeros años de vida una
capitalización global superior a mil millones de dólares. Seguro que conoces a
la americana Dropbox que te ayuda a colgar tus archivos en la nube o la alemana
Zalando con la que compras moda por internet, ambas son unicornios como también
lo es AirBnB para conseguir hacer turismo sin pagar caros hoteles. No es algo
tan ajeno a ti porque en España también tenemos unicornios que superan la
valoración de un billón, usando la terminología americana. Cabify en el
trasporte de personas en las ciudades o Glovo en la comida a domicilio,
engrosan la lista de estos nuevos “seres fantásticos”.
Estas empresas son el objeto de deseo de todas las
grandes corporaciones como lo era el cuerno del unicornio en la Edad Media para
los reyes ansiosos de alcanzar la inmortalidad. La explicación es sencilla, las
empresas y los humanos seguimos tendencias contrarias. Me explico: las niñas que están naciendo en
nuestro país vivirán más de 100 años, en cambio la edad media de las empresas
no ha dejado de caer en el último siglo. La vida media de las empresas más
importantes del mundo ha pasado de 65 años en 1955 a apenas 15 años hoy día.
Éste será un proceso de regeneración increíble de la población de las grandes
empresas, en el que sólo sobrevivirán unas pocas que practiquen un nuevo
liderazgo y una nueva capacitación que sí poseen los unicornios.
Por eso te decía que trabajarás para estas
“mitológicas empresas” y aunque pienses que esos “poderosos” les encontrarán
antes que tú, no olvides que los unicornios, tal y como nos ha llegado a
nuestros días en sucesivas leyendas, solo se aparecen ante personas puras.
Iñaki Ortega es director de Deusto Business School y
profesor de la UNIR
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