(este artículo se publicó en El Periódico y otras cabeceras del grupo prensa iberica el 9 de marzo de 2024)
Desde el año 2019 varias asociaciones empresariales, con el respaldo de la Casa Real, conceden el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial a una personalidad que con su empresa haya tenido alto desempeño en la creación de empleo, inversión, innovación e internacionalización. Los círculos de empresarios vascos, catalanes y de Madrid buscan más allá de premiar una carrera, dar un ejemplo para las futuras generaciones a través de figuras empresariales que han promovido el progreso y bienestar de la sociedad española en su conjunto.España ha gozado de una clase empresarial de primera, reconocida en sus respectivas industrias e incluso a nivel global, pero en demasiadas ocasiones con poco conocimiento dentro de nuestras fronteras, lo que ha lesionado las futuras vocaciones. De hecho, en los últimos tiempos al necesario dinamismo de estos empresarios se les ha exigido un importante espíritu de sacrificio para adaptarse a las dificultades del mercado y a las trabas promovidas desde el sector público. Crisis, pandemias, regulaciones, nuevos impuestos, aumento de la carga fiscal y sobre todo la sombra de la sospecha sobre la actividad empresarial han desincentivado la creación de empresas en España.
El premio de este año al presidente de Mango, Isak Andic, es una oportunidad espléndida para que millones de españoles encuentren la inspiración necesaria para ser emprendedores. Isak nace en Turquía, pero siendo menor de edad y adolescente llega a Barcelona con su familia. Sin cumplir los 18 años ya comienza su actividad mercantil con unas alegres camisas que importa de su país natal y que arrasan en la Barcelona gris de esos años. Han pasado más de cincuenta años, Andik ya no vende en mercadillos, sino que tiene más de 2700 tiendas en los cinco continentes. De tener como empleados a su familia ha pasado a dar trabajo a más de 15.000 personas. De una maleta con 50 camisetas a más de 180 millones de prendas cada año.
Siendo importante esa evolución, lo relevante son los valores de Isak Andic que lo han hecho posible y que se han acabado convirtiendo en la cultura de Mango y en su mejor legado. Peter Drucker alertaba que la cultura se come a la estrategia de desayuno. Para el profesor de NYU no hay plan de éxito sin una cultura potente. Los objetivos por muy sofisticados y ambiciosos que sean no resisten un primer asalto si van en contra de la cultura. Durante los últimos meses he tenido el honor de zambullirme en la cultura de Mango de la mano de sus empleados. Las increíbles anécdotas escuchadas sobre su fundador ratifican lo que el economista Robbins lleva tiempo defendiendo, las historias son una de las formas más potentes para transmitir los principios de una compañía.
No volver nunca a casa, cuando Isak era viajante, hasta que la maleta de prendas para vender estuviera vacía. Por eso en 2024 desde el centro logístico de Lliçà se puede servir género a 115 países del mundo; esa fuerza de voluntad que ha llevado a Andik a trabajar durante cerca de medio siglo, todos los días, desde al alba hasta la noche, ha imprimido en los más de 30.000 colaboradores de Mango la ambición de cumplir con la palabra.
Soñar en grande, tras abrir la primera tienda en Barcelona Andik prometió tener un establecimiento en cada una de las grandes capitales del mundo. Ahora no hay gran capital sin tienda Mango y en breve serán más de un millón de metros cuadrados de superficie de venta en todo el planeta. Siempre desde Barcelona con una vocación de servir al mundo como marca española.
Isak invirtió, casi a ciegas, en lo desconocido como era internet en los años noventa para acabar siendo la primera marca de moda en ver la oportunidad del online. Ahora nuevas plataformas con altas capacidades cognitivas permitirán a los colaboradores de Mango tener copilotos para mantener esa obsesión de su fundador, que cada cliente se sienta como invitado a nuestra casa.
Rodearse de los mejores, pero ante todo de buenas personas. Este año se cumplirán cuarenta años de la creación de Mango y siguiendo la máxima lampedusiana, todo ha cambiado para que nada cambie. Isak sigue siendo el presidente de la compañía, pero con un equipo directivo de altísimo rendimiento liderado por un consejero delegado, Toni Ruiz, que ha conseguido los mejores resultados de la historia cuidando los equipos y que representa a la perfección el espíritu de los primeros tiempos de la empresa.
Isak Andic es un faro para los españoles, un emprendedor que emigró a nuestro país y encontró el mejor lugar para crear su empresa y por tanto generar riqueza para esa tierra. Constancia, ambición, innovación y generosidad. El premio que recibirá en unos días es una llamada de atención para todos porque sin una clase empresarial fuerte, reconocida y apoyada, España no puede pretender ofrecer un futuro esperanzador a sus habitantes y ni mucho menos estar en el grupo de los países más desarrollados del mundo.
Iñaki Ortega es doctor en economía en UNIR y LLYC
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