domingo, 22 de octubre de 2023

Leonor

 (este artículo se publico originalmente en el periódico 20 minutos el 16 de octubre de 2023)

Todo son malas noticias. Menos mal que la princesa Leonor ha salido a la palestra para ser la excepción. La guerra de Ucrania se cronifica con los aliados mostrando claros síntomas de agotamiento. Los precios de la gasolina han vuelto a subir y los alimentos acumulan año y medio de alzas todos los meses a doble dígito. La gobernabilidad en España se acerca al precipicio. Miles de migrantes cada día llegan a nuestras playas, jugándose la vida mientras las mafias se enriquecen a su costa. Mueren periodistas de raza en la radio y los judíos viven otra vez la pesadilla de ser masacrados.

En esas estábamos en este mes de octubre cuando la Princesa de Asturias juró bandera el día siete en la Academia General Militar de Zaragoza junto a algo más de cuatrocientos jóvenes adiestrados para defender nuestro país de amenazas como las que acabamos de citar. Como una más, a pesar de su condición, ha seguido la dura instrucción dando un ejemplo de que el liderazgo ha de estar basado en la humildad, la discreción y el servicio. El pasado doce de octubre le tocó de nuevo examinarse en el desfile y en el besamanos del día de la Fiesta Nacional. Leonor volvió a demostrar que se puede ser el centro de todas las miradas sin arrogancia y soberbia. Virtudes que no todos lo practican a pesar de las altas magistraturas que ostentan. Y ahora en Oviedo en los premios que llevan su nombre se atrevió a defender en su discurso palabras hoy proscritas pero imprescindibles: esfuerzo, obligación, responsabilidad y libertad

En la Grecia de hace veinticinco siglos la palestra era el lugar donde se combatía, derivado del verbo palaíein ‘luchar’. Los griegos y romanos llamaban así a los gimnasios porque se practicaba la lucha clásica. No se sabe porqué pero los antiguos pasaron a denominar con la misma palabra también el sitio de ejercicios literarios y debates públicos, quizás porque era una lucha intelectual. A partir de esta acepción, se formó la expresión salir a la palestra o saltar a la palestra, que significa ‘tomar parte activa en una competencia pública’ o bien ‘aparecer públicamente’.

Leonor ha salido a la palestra y con su mayoría de edad y la jura de la Constitución en el Congreso el próximo 31 de octubre le tocará participar en la vida pública de nuestro país, cada vez más emponzoñada por la política, pero también por una economía que no mejora desde la gran crisis del 2008, que la pandemia del 2020 terminó de rematar y que todo los analistas anuncian empeorará en el 2024.

Leonor necesitará los mejores recursos para esa lucha intelectual, sin duda su formación militar le ayudará y el ejemplo de sus padres que atesoran un reinado impecable repleto de momentos de la verdad que han superado con nota. Pero lo que ha quedado ya en nuestra retina de estos días de octubre es una joven con los mejores valores que reclamamos a las nuevas generaciones y el Rey Felipe VI recordó el Teatro Campoamor: deber, entrega e ilusión. Le viene en el ADN, pero también desde que fue bautizada con el nombre Leonor. Un clásico de las reinas europeas pero qué casualidad también de origen griego, como su abuela la reina Sofía, porque proviene de Leocadia que significa "la que todo lo ilumina con su blancura". Así nos hemos sentido muchos españoles al verla este mes de octubre. Qué dure mucho.

Iñaki Ortega es doctor en economía en UNIR y LLYC

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