lunes, 24 de febrero de 2020

¿Los felices años 20?

(este artículo se publicó originalmente en el diario 20 minutos el día 24 de febrero de 2020)



Hace justo cien años en Estados Unidos comenzó una década que pasó a la historia por los rascacielos, las interminables fiestas con música de charlestón y el desenfreno consumista. Los felices años 20, fueron definidos así porque tras la Primera Guerra Mundial emergió una época de abundancia en Norteamérica, cebada por el pleno empleo y las nuevas fórmulas de financiación del consumo. El Nueva York que hoy conocemos fue construido en esa década y América se convirtió en la fábrica de una Europa que no levantaba cabeza tras la Gran Guerra. La ausencia de paro y la venta a plazos popularizó el acceso masivo a bienes de consumo fabricados gracias a increíbles innovaciones técnicas. La clase media descubrió la Bolsa y los mercados de capitales vivieron una época dorada. El resultado de todo ello fue un inédito periodo de expansión económica. El art decó, el cine mudo y los cómics de superhéroes amenizaron esos locos años. Pero al mismo tiempo Hitler tomaba el poder en Alemania, Japón expandía su imperio en Asia y la Unión Soviética construía los primeros campos de concentración conocidos como gulags. El resto ya lo conocemos. El crac bursátil de 1929 arruinó a millones de familias, dio paso al auge de los totalitarismos y a una guerra con bombas atómicas. 

Ahora, un siglo después, el mundo ha comenzado otra década de los 20. Y el charlestón ha sido sustituido por el reggaetón. Vivimos el auge de las energías renovables, con molinos de viento, coches eléctricos y hasta créditos verdes. La diversidad se ha implantado en nuestra sociedad y sin temor a equivocarnos podemos afirmar que no ha habido mejor época en la historia de la humanidad para vivir si perteneces a una minoría. La esperanza de vida de Argelia es prácticamente la misma que la de Estados Unidos. Nunca en el mundo hubo tantos niños escolarizados y la mortalidad infantil tan baja. Más del 80 por ciento de los habitantes del planeta tiene acceso a electricidad y en los últimos 20 años hemos sido capaces de reducir a la mitad la población mundial que vive en condiciones de pobreza extrema.

Pero a la vez la moderación ha desaparecido de nuestros gobiernos con Trump o Putin, pero también en el Reino Unido o en España los pactos transversales son imposibles. Los organismos multilaterales languidecen, la Unión Europea, la ONU o la OMC son buen ejemplo de ello. Cientos de miles de desplazados se mueven de sur a norte, de este a oeste, por tierra o mar para huir del hambre, la guerra o las dictaduras... pero buscamos excusas de todo tipo para no ayudarles. A su vez nuestros hijos se educan y socializan en una red de redes en la que el mal campa por sus respetos.

Pero tranquilos, sólo estamos empezando el 2020. Nos quedan diez años para construir una década que pase a la posteridad para bien. Eso sí, la historia nos ha avisado, así que luego no nos sorprendamos. 

Iñaki Ortega es director de Deusto Business School y profesor de la UNIR.


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