(este artículo se publicó originalmente en el periódico económico La Información el 24 de septiembre de 2025)
Cuando estos días oigo "del río hasta el mar. Palestina libre" dicho por Irene Montero, me acuerdo de lo que repetía en los años 90 Arnaldo Otegi "del río Ebro hasta el río Adur. Gora Euskalherria" . Y también ahora que se pregonan boicots contra un país como Israel y sus empresas, recuerdo perfectamente al partido que apoyaba a ETA, Herri Batasuna, empapelar las calles vascas para que no se comprasen productos franceses porque la Gendarmeria empezaba a desmontar el santuario galo etarra.
Qué decir de esta temporada en la que nos olvidamos de los secuestrados por la Gaza de Hamás casi como de Ortega Lara después de un año en un zulo recóndito. Y por supuesto las justificaciones que oímos de los atentados de Hamás como los del 7 de octubre de 2023, son las mismas que se usaban tras las acciones terroristas de ETA, básicamente que algo habrían hecho las víctimas.
Es un patrón común que usa el terrorismo en todo el mundo para disfrazarse de defensor de causas justas. En Palestina la existencia de su pueblo, en el País Vasco, la lucha contra la dictadura y por las libertades. Y con esa bandera, lograr que se olvide que usan el terror indiscriminadamente incluso con su gente. Acaso no tiene Hamás secuestrada a la población gazatí como el terrorismo etarra tuvo a cientos de miles de vascos subyugados. O no es verdad que el gobierno de Gaza prohíbe con la muerte toda libertad religiosa, de expresión o sexual como ETA impedía con las pistolas la disidencia o la resistencia al terror. Y siempre son los mismos socios y los mismos aliados. Hamás recibe las armas de Irán y el apoyo de la izquierda europea, pero esos mismos también lo hicieron con la banda armada vasca cuando creyeron su supuesta lucha romántica.
Hoy todo se ve más claro porque la excusa que esos mismos usan de la defensa de los derechos humanos (¡claro que es un drama lo que está pasando en Gaza y todos los vemos día a día!) no se sostiene por la coexistencia de otros desastres humanitarios como la guerra rusa contra Ucrania en los que no se les ha escuchado ni una palabra de queja. Tampoco boicot alguno al equipo de emiratos árabes (UAE) en La Vuelta a pesar de que ese país pisotea esos mismos derechos humanos. Y ni mucho menos queja algún contra las atrocidades -acreditadas por la ONU- del régimen chavista en Venezuela.
Pero al igual que con el asunto de ETA, los territoristas y sus amigos con una mano apuntaban la pistola al Estado y con la otra cobraban de sus subsidios y pensiones; con sus palabras despreciaba a España y con sus hechos se aprovechaban de la inmunidad parlamentaria de su brazo político. Ahora los que usan la causa palestina contra Eurovisión se quedarán mudos en La Liga por mucho que haya equipos con accionistas hebreos.
O pondrán -sin problema moral alguno- de fondo de pantalla en su móvil la bandera de Palestina aunque ese teléfono se haga en gran parte con tecnología y componentes made in Israel. Sus ensaladas seguirán aderezadas con tomate cherry por muy de Israel que sea esta verdura porque no conviene comer insano. Y sus ordenadores continuarán protegidos con antivirus diseñados en Haifa.
Es que alguien duda que el activismo antisemita se ejerce cuando sirve para tumbar un gobierno o sostener a otro. Pero no sirve, si eso acaba enfadando a los futboleros que son legión, o hace inviable ser vegetariano y por supuesto si deja sin protección ordenadores ante piratas informáticos o impide usar el móvil para difundir en redes sociales las fotos de desnutridos niños gazatíes. Ahí ya no hay embargo ni causa por la que luchar, porque ¡cómo vamos a quedarnos sin futbol el domingo o sin móvil con lo que cuesta tener seguidores en instagram!
Iñaki Ortega es doctor en economía
No hay comentarios:
Publicar un comentario